Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 24

Capítulo 24 +18

Yunho puso su mano sobre su cuello, empujándolo hacia atrás. —¿Entonces, estás loco?

Una vez más, no veía miedo en los ojos de Jaejoong. Ellos eran parpados pesados de un negro centelleante y profundo.

—¿Coqueteas con mi rabia, como si intentaras llevarla adelante?

—Eso no es lo que estoy tratando de llevar adelante justo ahora. Estoy ocupado con algo más. —El usó ambas manos para peinar su cabello sedoso hacia arriba, amontonándolo arriba de su cabeza. La esencia sublime de su cabello caia sobre Yunho mientras su pecho

se balanceaba. Sus pensamientos se hicieron borrosos.

¡No! Él estaba enfadado por algo... necesitaba disciplinarlo. 

—Tuviste tus cinco minutos. Ahora es momento… —Sus palabras se apagaron.

Porque Jae comenzó a moverse. Dioses todopoderosos. Su cabeza cayó hacia adelante, con la mirada clavada mientras el lánguidamente mecía sus caderas hacia arriba y hacia abajo sobre su regazo, sensualmente rozando su propio sexo a lo largo de su hinchado miembro.

Después de otra ondulación, gimió, levantando la mirada hacía Yunho.

Sus instintos vampíricos se encendieron, notando los cambios en su presa. Su respiración era jadeante mientras sus pupilas se dilataban; la sangre teñía sus pómulos, extendiéndose bajo su cuello a su pecho, poniendo más rígidos sus pezones.

Si, el había visto a amantes llegar a un punto sin retorno cuando todas la inhibiciones se perdían, cuando su cerebro perdía el control, cuando nada podría separarlos. Jaejoong estaba ahí.

Por primera vez, Yunho pensó que le gustaría experimentar ese punto para sí mismo.

—Yunho estás mirando mis pezones… ¿aun deseas morderme?

—Jae bajó sus manos, soltando las ondulaciones obscuras de su cabello, luego agarró sus hombros.

—Inclínate hacia delante, mascota. Solo usaré mi lengua en ellos.

Jae se estremeció. —¿Es lo que quieres?

—Si

El se inclinó hacia atrás.

Aunque su atrevimiento lo atrajo como una fuente de sangre fresca, su cólera no podía ser negada. —Quieres que los chupe.

—Adoloridos por ti.

—¡Entonces obedéceme ahora, Jaejoong!

Cerró los ojos, con la cabeza hacia atrás, el susurró, —No.

Él era el maestro, Jae era su pertenencia. Debería obedecerlo. Justo cuando Yunho alcanzó y tomó sus pezones y llevándose uno a la boca… él atrapó la esencia de su excitación.

Y algo explotó en su cabeza. Fue como respirar una droga de la que sabía que nunca tendría suficiente. Yunho gimió, —Estas mojado por mí. Envolvió sus manos alrededor de su nuca, aferrándose a él al igual que utilizaba su regazo. —Empapado. Me sorprende que no puedas sentirlo a través de mis jeans.

La idea de Jae tan excitado que empapó sus boxers y sus jeans…

Los impulsos de un predador lo atormentaron, lo llevaron a dominarlo

—a tomar de él— su liberación, su sangre. Yunho se imaginó fijándolo bajo él, forzando a sus muslos abiertos a aceptar todo su miembro… o a su boca.

Mis colmillos en su deliciosa piel.

—No me irrites, Jaejoong. Mi control se desliza.

Jae tomó una de las manos del vampiro, atrayendo su dedo índice a sus labios.

Cuando lo succionó dentro de su boca, humedeciéndolo libremente, su miembro se sacudió en respuesta.

Después Jae puso su dedo mojado contra uno de sus pezones. Con ojos extasiados Yunho lentamente hizo círculos en la punta. —Puedo sentirlo latir.

Con un grito, extendió las rodillas para bajar más. Cuantos más círculos trazaba, más fuerte Jae lo montaba.

Yunho iba a llegar si no lo detenía pronto. ¿Con un mortal de baja categoría? 

Pero, dioses, se siente tan bien. Él no podía evitar corcovear debajo de Jae.

Jae gemía de placer, finalmente llevó sus manos sobre su pecho.

Cuando sintió sus pezones tensos en sus palmas, Yunho casi pierde su semilla.

—Ansioso pequeño Jaejoong —El usaba sus pezones para presionarlo hacia abajo mientras molía su miembro contra él. —¿Es esto lo que te gusta?

—Justo…ahí.

—¿Te vas a venir? —Si él iba a hacerlo, entonces Jae también lo haría.

—Estoy tan cerca. —Jae mordió su labio inferior mientras Yunho anhelaba hacerlo. 

Entonces su mirada se posó en sus labios. —Vampiro, me vendré montándote… me vendré fuerte hasta gritar, si puedo besarte en la boca. ¿Quieres que lo haga?

—Te gusta hablar sucio, muéstrame que más puedes hacer con tu lengua.

Se enganchó en un respiro. Justo cuando percibió otra oleada de deseo, rozó sus labios contra los de Yunho. Los suyos eran suaves, vivificantes. Cuando Jae lanzó su lengua dentro de su boca, Yunho la encontró, entrelazando su lengua con la de él, girándola una y otra vez.

Parecía derretirse para él, Jae envolvió sus delgados brazos alrededor de su cuello como si nunca lo fuera a dejar ir, como si no pudiera estar lo suficientemente cerca.

Cuando comenzó dulcemente a succionar su lengua, sus ojos se volvieron hacia atrás de su cabeza. Su mente perdiendo el control.

¡Jaejoong!

¿Cómo podía esto sentirse tan bien para él? ¿Las historias acerca de las Novias de los vampiros eran ciertas? Infinitamente más placer con su Novio. Demasiado placer.

No. El era un mortal, no su pareja. Lo confundo con mi Novio.

Aunque se dijo a si mismo esto, sus colmillos se prepararon para Jae.

Toma de él… su mente le gritó.

Contra su boca, Yunho gimió—Morderte.—Jae no se retiró; ¿Había asentido?

No importaba. Yunho hundió uno de sus colmillos en su labio inferior, como en una fresa madura.

La sangre se derramó en su lengua; su cuerpo se sacudió. —¡Uhm! —Su esencia corrió a través de sus venas, como la fiebre extendiéndose sobre él.

El frenesí se apoderó, la lujuria lo montó. Gota tras gota mojaban sus lenguas mientras Jae taladraba su sexo en contra de su miembro. Nada podía sentirse tan bien.

Yunho lamió, succionó. Su visión vaciló. Quiero consumirlo, tomarlo dentro de mí.

Demasiado. El es demasiado frágil. Demasiado mortal.

De alguna manera Yunho se alejó de Jae para recuperar el aliento y medir la reacción de él, sabiendo que estaría disgustado por la sangre.

Quería ver ese disgusto, recordarse a sí mismo que el chico humano nunca entendería como vivía él. Sus parpados están pesados, pero sus ojos negros eran feroces sobre su boca. Como si no se hubiera dado cuenta de su propia sangre goteando, sus manos salieron disparadas, sus dedos hicieron túneles en su cabello.

Cogió dos puñados y le dio un tirón de regreso al beso, lamiéndolo con su lengua ensangrentada. ¡Joder! ¡Cosita caliente!

Con manos temblorosas, tomó la parte de atrás de su cabeza y agarró su trasero, atrayéndolo hacia él, empujandolo contra su pecho.

Mientras Jae lo cabalgaba, sus pezones se frotaban hacia arriba y abajo sobre su piel sudorosa. Hazme venir así. No importa. Yunho creció exaltado. Su miembro estaba hinchado por su semilla, la corona gruesa con ello. Solo no pares. Entre besos, el raspó.

 —Te vienes, huelo que estas cerca… —Él sabía que si él lo tocaba en ese momento, sus pantalones estarían mojados en su palma. Quería deslizar sus dedos dentro de Jae, lamer su miel de ellos.

Jae tiró más fuerte en su cabello, retorciéndose sobre él más rápido. Más rápido. Más rápido. Su sangre en sus venas. Fricción abrazadora sobre su miembro. —¡Ahhh! Independientemente de lo que hagas… no detengas esto…—las lenguas enredadas. La presión creciendo.

Su cuerpo se puso rígido, inclinándose de nuevo. El placer lo hizo romper el beso para aventar su cabeza hacia atrás y gruñir —¡Mierda!

¡Jaejoong!—Y por un momento, su mente rodó, quedando felizmente en blanco.

Todo lo que Yunho podía percibir era su corazón acelerado. Entonces escuchó su propio rugido salvaje: —Me estás haciendo… ¡Venirme! —Su semilla salió disparada de su miembro, eyaculando tan fuerte que bramó maldiciones en ruso. Gritando sin control

con cada chorro, más fuerte y más fuerte.

Sus ondulaciones se volvieron frenéticas. Mientras Jae batía el semen por todo su miembro, Yunho pensaba, Sígueme, Jaejoong, sígueme hacia el final.

—¡Yunho! —Jae gritó. —Oh, Dios, me vengo, vengo—sus parpados se cerraron. Su orgasmo lo abrumó. Oleada tras oleada de éxtasis rápido y ardiente.

Pero la intensidad continúo construyéndose, casi asustándolo. Sus ojos se abrieron. —¿Yu—Yunho? —susurró cuando sin poder hacer nada su sexo siguió en un espasmo, vacio. —¡No termina!

 

Su mirada ardiente se cerró en la de Jae. Yunho le hablaba en palabras extranjeras que el no entendía, pero palpitaban con ferocidad, con hambre.

Esos ojos… perderse en ellos.

Finalmente, su liberación disminuyó. Con un quejido, Jae se derrumbó sobre él, enterrando su cara contra su cuello. Estoy fuera de mi intensidad.

Nunca había conocido algo como esto. ¡Había orgasmos, y después estaba el venirse!

Envolviendo su brazo alrededor de su cuello, le dio un tirón a su lado, atrayéndolo cerca hasta que su pecho se presionó con fuerza en su contra. Jae no tenía otro lugar para poner su mano más que en su agitado pecho, arriba de su palpitante corazón.

Emocionalmente atrofiado, sexualmente desesperado, Jae se lo repitió a sí mismo. Esa era la única razón por la que acababa de gritar en el abandono con el macho que estaba decidido a matarlo. El vampiro que había mordido su labio por sangre.

Después de una vacilación, él recargo su barbilla en su cabeza, justo cuando Jae pensó que estaban actuando como amantes normales, lo tomó de la muñeca y empujó su mano dentro del calor húmedo en sus pantalones. —Pequeño Jaejoong impaciente. Siente lo que me hiciste hacer.

Sin pensarlo, Jae cerró sus dedos alrededor de su húmedo miembro, aun medio duro. Cuando pulsó en reacción, el suspiró suavemente. El primero que alguna vez había sostenido. Anhelaba verlo, besarlo. El nunca había estado interesado en darle a la cabeza, como lo llamaba.

Pero ahora se lamía el labio superior, imaginando que era la corona hinchada…

—Si no estuviera tan agotado, te haría limpiarme. —Sonaba enojado, pero después él se inclinó hacia abajo para rozar sus labios en su oído... Con tu lengua.

Jae se estremeció por su tono ronco. Mientras ponderaba si él hablaba en serio, y cuál debería ser su propia reacción, él dijo, —El beso de sangre no te molestó.

—Estaba siendo amable en el momento. Te complací ¿no?—Jae le dio un apretón, ganando un gruñido. —¿Te hice gritarle a las vigas?

De repente se puso tenso, apretando su muñeca fuerte. —Todo tu esfuerzo fue en vano, pequeña mascota. —Él empujó su mano lejos. —Tú patético intento de recoger mis afectos fracasó. No puedes compararte con Ren.

Sin otra palabra, el vampiro desapareció.