Yoochun se alejó
lentamente de la Sala de Emergencias, el ya había cumplido con
llevarlo hasta allí, pero no podía hacerse responsable por esa
persona, no después de lo que había ocurrido, estaba ensimismado en
sus pensamientos cuando no se percató que se le acercó una
enfermera.
-Disculpe señor,
¿es usted familiar del paciente de la habitación 301?-
Yoochun la miró
confundido ¿301? no, no, creo que usted me está confundiendo con
otra persona, con permiso... -Señor -insistió la enfermera- vi
cuando usted llegó cargando en su espalda al paciente de la
habitación 301 y cómo no tenemos sus datos yo pensé que usted...
No lo conozco,
-interrumpió secamente Yoochun- es cierto yo lo traje, pero fue
porque lo encontré abandonado en la calle, posiblemente víctima de
algún asalto, o algo así, pero no lo conozco, no sé su nombre.
-Señor en ese
caso, ¿podría usted acompañarme? -dijo la enfermera-, como
hospital público debemos tener los datos de los pacientes ingresados
y si esta persona no está identificada, usted por ser quien lo trajo
deberá dar su declaración a la policía para que puedan iniciar la
búsqueda de posibles familiares.
¿Hablar con la
policía? No, yo no puedo hacer eso, lo siento mucho, pero debo irme,
lo siento, de verdad lo siento... acto seguido Yoochun salió
corriendo del Hospital dejando a la enfermera confundida y con la
palabra en la boca.
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-Changmin miraba
online la tienda de mascotas de la que le había hablado Minho, si,
definitivamente regalarle una mascota a Jae sería una buena idea,
porque además de ser un regalo romántico, también haría que el
pelirrojo se preocupara de otro ser vivo, además de si mismo, y
podrían a esta nueva mascota considerarlo un hijo de ambos, antes de
que llegaran los propios, Changmin sonrió ante la idea,
verdaderamente casarse con JaeJoong y formar familia le hacía
ilusión.
A ver veamos ¿que
será mejor para él? ¿un perro o un gato?, si es un perro tendría
que ser pequeño, pues si bien el departamento de Jae es grande si es
un perro grande talvez lo asuste y no lo quiera, o peor aun le
destroce algo de su preciosa indumentaria y tanto el perro como yo
terminaríamos de patitas en la calle... mmm no, creo que perro no es
una buena idea, mejor buscar un gatito, la personalidad de los gatos
es mas altiva, no son tan dependientes como los perros asi que
tampoco necesitan demasiada atención y son hermosos, buscó en la
pantalla y dió click a “gatos” y comenzó a mirar hasta que
encontró uno que le pareció hermoso, llamaría a Minho para decirle
que ya había encontrado el regalo ideal para Jae y que por favor el
fuera a la tienda a pagar por el y a buscar el gatito.
-Hola ¿Minho? ¡Lo
encontré!
Hola...
¿Hyung?... hyung ¿pasó algo?
Si lo encontré
Minho ¡Encontré el regalo perfecto para Jae!
“…”
-¿Hola? ¿me
estas escuchando? Pensé que te alegrarías, tu fuiste el de la idea
de la mascota.
Hyung...si me
alegro, pero, son las 3 a.m y yo estaba durmiendo...
Oh disculpa, pero
es que estoy seguro que le va a encantar y que nos vamos a
reconciliar que no me pude aguantar hasta mañana para contártelo.
¡Oh gracias Minho, de verdad eres un amigo increíble!
De nada hyung voy
mañana temprano a tu departamento, ahora vete a dormir, buenas
nochessss...
Changmin contento
y decidido se fue a dormir, convencido de que mañana sería el día
de su reconciliación definitiva con Jae.
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Cuando Siwon llegó
al departamento esa noche Heechul ya estaba dormido, con nostalgia
miró la mesa preparada para dos, las velas casi consumidas por
completo y la comida ya fría.
Heechul lo había
estado esperando hasta que el sueño y el cansancio hicieron mella en
él, la verdad Siwon pensaba que sólo sería asistir a su Jefe en la
reunión, pero como el mundo de los negocios es impredecible las
cosas se habían ido alargando y cuando por fin tuvo noción del
tiempo ya había oscurecido y conociendo a su celoso y posesivo
novio, una llamada y un “disculpa” no serían suficientes, pero
nunca pensó que el lo estaría esperando con un detalle tan lindo y
se le apretó el corazón, se sentía el peor de los hombres, pues
aunque le había prometido a su novio pasar su único día libre con
él, ¿que había hecho? trabajar durante todo el día, como siempre,
olvidándose de que le prometió que pasarían la tarde juntos, pero
hasta había pasado la noche y no el no había sido capaz de llegar, asi que suspirando
se dirigió en silencio a la habitación y comenzó a desvestirse,
tampoco tenía derecho de despertarlo y darle siquiera un beso,
porque una vez más le había fallado, se deslizó suavemente entre
las sábanas y se acomodó para dormir cuando sintió un golpe en su
espalda
– sal de aquí-
le dijo en voz baja, pero segura Heechul, -no quiero que duermas
aquí, no lo mereces- y sin esperar a que Siwon reaccionara de un
solo empujón lo botó de la cama. En la cómoda hay sábanas y
frazadas, que tengas buenas noches y que tu trabajo te acomode y te
abrace Siwon. Dicho esto se acomodó en medio de la cama y se volvió
a dormir.
Siwon triste, pero
sabiendo que se lo merecía se arrastró hasta el sillón de la sala,
se acomodó como pudo e intentó dormir, estaba triste, sentia que
cada vez que hacía una cosa buena luego hacía dos malas, tendría
que pensar en algo para compensar a Heechul porque si había algo que
él odiaba era tener que estar peleado con él, pues si estar bien
era vivir en el cielo, estar mal, era tener prácticamente declarada
la tercera guerra mundial y el no sería capaz de soportarlo.
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A
pesar de que era domingo Yunho se levantó temprano, la tienda de
mascotas no se habría hasta las 10, pero el prefería salir antes
del departamento, así evitaba tener que compartir el desayuno con
Junsu y las incómodas conversaciones que de por si se generaban. El
amaba a su amigo, pero odiaba tener que mentirle, puesto que muchas
de las preguntas que Junsu le hacía ni el mismo tenía respuestas
para ellas, las sensaciones extrañas que tenía desde aquel día no
eran precisamente una respuesta, porque él sabia que algo andaba
mal, pero no sabía qué, y no quería preocupar a su amigo, ni
parecer malagradecido, pero el intentar recordar, conversar de
ciertas cosas le causaba conflicto, angustia y Junsu era demasiado
bueno con él para además hacerlo partícipe de sus miedos, porque
Yunho en el fondo sentía mucho miedo y no entendía de qué.
Tomó
su chaqueta y las llaves de su auto y se dirigió a la tienda, a
pesar de no estar en su ambiente, la compañía de los animales le
empezaba a gustar, pero no lo admitiria por nada del mundo, el
siempre había manejado la imagen de chico rudo, porque en su soledad
aprendió al poco tiempo que de los blandengues abusan y de el no
iban a abusar no señor, por lo menos no como en el pasado... Abrió
la cortina metálica y una tierna sonrisa brotó de sus labios al ver
a todos los cachorros, perros, gatos, hurones, durmiendo plácidamente
como pequeños bebés.
Puso
a hervir agua para prepararse un café, mientras comenzaba a limpiar
y a alimentar a cada uno de los cachorros – Hola pequeños
¿durmieron bien? Ya vino tío Yun a cuidarlos, los revisaba uno por
uno y de vez en cuando se los acercaba a su cara, Oh pequeño gatito
eres tan suave, ojalá que quien te compre te cuide mucho-, y el
pequeño gatito le devolvía un ronroneo cariñoso, y ustedes
perritos, les tiraba las orejas con cariño, se portarán bien en sus
nuevas casas ¿de acuerdo? Le agradaban, los animales realmente le
gustaban mucho, pero eso ni siquiera Junsu podía saberlo, el le
había dicho que era como un autocastigo estar ahi (y en un principio
lo había sido), pero ahora realmente se sentía cómodo, ya que los
animalitos no lo juzgaban ni le hacían preguntas hasta el cansancio.
Luego
de haber acomodado a los animalitos se dispuso a tomar su café en el
mismo momento que le llegaba un mensaje de texto ¿Estás
en la tienda? Llegaré un poco más tarde, abre tu por favor, Junsu.
Yunho
vio el mensaje y le respondió de vuelta De acuerdo, pero no
demores demasiado. luego de enviarlo y de preguntarse cual
sería el motivo de retraso de Junsu, comenzó a beber su café, en
eso estaba cuando un mareo lo hizo tambalear, afirmándose de la
mesada se sentó con cuidado, no le dio demasiada importancia, la
falta de sueño talvez le estaba pasando la cuenta, se despejó lo
mejor que pudo y se dispuso a abrir la tienda.
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Jaejoong
miraba por milésima vez la pantalla de su celular, ya habían pasado
más de 24 horas de su pelea con Changmin y aún no recibía noticias
de este, ni un lo siento, un disculpa ni menos una visita, empezaba a
cuestionarse de verdad si sus irresistibles encantos estaban dejando
de serlo.
Al
contrario de lo que la gran mayoría de las personas creía, Jaejoong
no era sólo una cara bonita, había asistido a una de las mejores
universidades de Corea y había obtenido un postgrado en el
extranjero, pero como su familia siempre estaba más preocupada de
amasar fortuna y de los negocios que de él, nadie se había tomado
ni siquiera la molestia de saber que era lo que llenaba la vida del
heredero de los Kim aparte de la moda y las fiestas.
Y a él le
gustaba jugar ese papel, ser el niño lindo, con dinero, pero vacío,
sin ni una pizca de materia gris en esa cabecita loca, realmente le
causaba gracia lo banales que podían resultar ser sus pares y lo
inútil que resultaría explicarles algo más complejo que el
descuento de una prenda en liquidación, porque si bien Jae quería a
Changmin, él tampoco había llegado realmente a conocerlo,
seguramente influenciado por las amistades y hasta por la propia
familia, pues teniendo un primo como Heechul era lógico que pensaran
que para él no había nada más devastador que necesitar un fashion
emergency, y cuan lejos estaban de la realidad...
A Jae le
interesaban otras cosas, y le gustaba arriesgarse.
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Siwon
llegó temprano en la mañana a casa de Minho, estaba triste por
estar peleado con Heechul y el visitar a su hermanito siempre lo
animaba puesto que Minho era tan chispeante y jovial que siempre lo
contagiaba de su buen ánimo y cómo era domingo, pensó que sería
un buen día para pasarlo con él.
-¡Siwon!
Hyung no te esperaba,
-¿como
está el pequeño Minho?
-Hyung, de pequeño no tengo nada...
respondió Minho-
Para mi siempre serás un niño, sabes que si, dijo
Siwon revolviéndole los cabellos.
-¿Que te trae por aquí? Pasa-,
le dijo Minho tomándole su abrigo.
-¿Es
que no puedo solo querer visitar a mi hermanito? ¿tengo que tener
alguna razón especial?- dijo Siwon girando los ojos.
Hyung
siempre que vienes solo es porque algo ha pasado y necesitas hablar
con alguien, sabes que me encanta verte, pero me gustaría que
estuvieras más animado.
Tu
siempre tan perspicaz, ¿eh? ese es mi chico, te quiero Minho y yo a
ti hyung.
Sabes,
tengo que ir a una tienda de mascotas por un pequeño encargo que me
hizo Changmin, ¿no te gustaría acompañarme?
-¿Y
porque no va él? Preguntó curioso Siwon.
Ah es que Min es alérgico
a los animales y pues quiere comprarle un regalo a JaeJoong hyung, porque
están peleados ya que el no lo quiso acompañar a la fiesta de
Taemin y yo le sugerí que fuera una mascota, tengo un amigo que
tiene una tienda y pues él se puso a verla en línea y quiere que
recoja a la mascota que el escogió para Jae hyung.
Entiendo-
le dijo pensativo Siwon y en ese momento se iluminó :
¿porqué el no
le regalaba también una mascota a Heechul?
Si, definitivamente sería
una buena idea, buscarle un nuevo amigo a su adorado Chul.
- Claro
que te acompaño- le dijo Siwon y de paso me presentas a tu amigo, el
dueño de la tienda, quizás me anime y compre una mascota también
-¿De verdad hyung? Preguntó un entusiasmado Minho, entonces vamos,
deja y le aviso a Junsu que vamos para allá.
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A
Junsu no le gustaba mentir, pero el hecho de que Yunho saliera
temprano le había dado la oportunidad justa que hace tiempo había
estado esperando, poder entrar a la habitación de Yunho e investigar
que era lo que le estaba ocurriendo a su amigo, pues a pesar de sus
incontables esfuerzos para lograr conversar con él del tema el
resultado siempre era el mismo, no conseguía absolutamente nada,
Yunho era una muralla en cuanto a “ese” tema se refería.
Junsu
conoció a Yunho en la escuela secundaria y siempre se llevaron bien,
a pesar de ser diametralmente distintos, pues Junsu era muy amistoso
y sociable, en cambio Yunho era el chico rudo, que siempre se metía
en problemas, pero que tenía excelentes calificaciones las cuales
eran su salvación. Siempre se ayudaron y apoyaron mutuamente hasta
terminar la escuela y que por razones de la vida cada uno tomara su
propio camino.
Esto
hasta hace 6 meses atrás, cuando había recibido una llamada de
Yunho en la que le pedía que lo ayudara, que no tenía donde estar y
que no podía volver a su casa, asi sin más, sin ninguna explicación
de por medio, solo apelando a la amistad de juventud, y Junsu con su
corazón de oro le había abierto las puertas de su casa a Yunho y lo
había contratado en su tienda de mascotas para ayudarlo, ayudarlo en
algo que ni el mismo sabía y que luego de 6 meses realmente lo
estaba preocupando, pues había pensado de todo, desde que se estaba
arrancando de la justicia, hasta que tenía una doble vida, pero
extrañamente, nada en Yunho era raro, se comportaba normal, huraño,
hosco, pero normal y Junsu sentía que algo no le cuadraba en el
rompecabezas, es por eso que aprovechando que Yunho había salido
temprano, él había decidido después de mucho pensarlo buscar en su
habitación, ese algo que no le encajaba, y para no despertar
sospechas le había enviado un mensaje de texto avisándole que
llegaría tarde...
Sigilosamente
se deslizó dentro de la habitación de Yunho, pues aunque el sabía
que en ese momento él se encontraba en la tienda, también sabía
que estaba violando su privacidad, su confianza, asi que solamente
echaría un vistazo rápido y saldría de ahí, porque Yunho no le
estaba escondiendo nada importante ¿o si?
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Yoochun
en su casa se alistaba, normalmente no recibía visitas o gente en su
casa, pero esta persona estaba fuertemente recomendada y estaba
iniciándose en las artes ocultas, muchos sabían que él era el
mejor, que no era un simple brujo o un charlatán como muchos, que él
realmente tenía conexiones extrasensoriales.
Aunque
fue un don con el que nació a lo largo de los años y desde muy niño
lo había ido perfeccionando, pero las ciencias ocultas eran algo
impredecible y habían cosas que siempre se alejaban de su control y
eso lo ponía extremadamente nervioso, no por él ni por su
integridad, sino por las personas comunes, que vivían normalmente,
muchas veces ignorando siquiera la existencia de esas fuerzas, de
esos seres, de lo paranormal en general. Pues al no saber su
ignorancia los hacía blanco fácil, ya que la delgada línea entre
la curiosidad y la estupidez era casi inexistente y lamentablemente
muchas personas caían en la segunda.
Mientras
hacía un mantra y tiraba sus runas la imagen de aquel joven del
hospital y de aquel otro joven asustado hasta la muerte se volvían
a materializar en su mente, se sentía intranquilo, preocupado, y
supo que tendría que hacerle una visita al tal Yunho, pues aunque
habían pasado 6 meses el siempre se había mantenido cerca, no sabía
la suerte que había corrido el otro chico y esperaba sinceramente
hubiera sobrevivido, aunque lo que vió aquella noche realmente le
hacían creer lo contrario.
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Siwon
y Minho llegaron felices a la tienda de mascotas, Minho se acercó al
mostrador donde Yunho acomodaba algunos artículos.
-¡Hola!
Soy amigo de Junsu y lo ando buscando ¿él está aquí?
-Hola,
saludó Yunho con amabilidad, no, él aún no ha llegado, pero si
necesitas algo yo soy el encargado aquí asi que con gusto te puedo
ayudar en lo que necesites.
-La
verdad es que ando buscando un gatito, un amigo lo vió por internet
y le gustaría comprarlo. ¡Ohhhh! ¡Es este!!! señalando a la
motita gris, ¿es macho verdad?
Yunho lo miró con nostalgia, el
también ya se había encariñado con ese gatito, si, es macho y su
hermano también lo es, indicando al del lado con la secreta
esperanza de que lo prefiriera por sobre el primero. Es hermoso
también, pero fue este el que me encargó hyung ¿aceptas tarjetas?
Yunho
suspiró, no entendía bien desde cuando se había encariñado tanto
con los animales, sabía que era un negocio y como tal su misión era
venderlos, no encariñarse con ellos, así que decidió alejar esa
sensación extraña de su pecho y atender cortésmente al chico, que
por lo visto al igual que él era amigo de Junsu.
- Si, aceptamos
tarjetas- dicho esto recibió la tarjeta de manos de Minho y comenzó
a cobrarse cuando Siwon habló
-¿No será triste dejar al otro
gatito sólo aquí sin su hermano? ¿Talvez podría llevarme el otro
de regalo para Chul? Y como él y Jae son primos, a su vez los
gatitos tendrán oportunidad de seguir estando juntos.
A Minho se le
iluminó el rostro ¡Claro Hyung! ¡Que lindo gesto! Entonces nos
llevaremos a los dos, dijo Minho feliz y Yunho sin que lo notaran
sonrió triste. Buscó todos los accesorios para los gatitos, como
cama, rascador, arenero y por supuesto la comida y cuando se los iba
a entregar Minho dijo, -oh se me olvidaba, el gatito que yo escogí es
un regalo, por lo tanto no me lo puedo llevar ahora ¿ustedes tienen
servicio de entrega? Y justo cuando Yunho iba a decir que no,
apareció Junsu y dijo.
-¡Por
supuesto que tenemos servicio de entrega! Sobre todo para un buen
amigo como tu querido Minho, miró a Yunho y le guiñó un ojo
mientras abrazaba al menor. Yunho bufó, aparte de trabajar en la
tienda de mascotas ahora sería el chico de los mandados...
¡Que
gusto verte aquí Minho! ¡Tanto tiempo! ¡Ahhh estás crecido!
Gracias Junsu hyung, tu estás tan guapo como siempre ¡Oh gracias!
De verdad que no has pedido tus modales dijo un ruborizado Junsu.
Hyung
un amigo necesitaba hacer un regalo especial y yo me he acordado de
tu tienda de mascotas, ah por cierto, el es mi hermano Siwon, Siwon
el es mi amigo Junsu – mucho gusto dijeron al unísono y ambos
rieron- y pues nos llevaremos a este par de preciosuras. Ya Yunho nos
atendió muy bien y ahora sólo falta dejarte los datos de donde debe
ser entregado el gatito, pues es un regalo de reconciliación, pero
mi amigo es alérgico y como que no se vería bien que lo llevara yo,
asi que será mejor asi de entrega a domicilio.
No
hay problema, anótame todos los datos y de paso me das también tu
dirección para no perder el contacto chilló un animado Junsu, ¡por
supuesto hyung! respondió alegremete Minho. Luego de esto y de la despedida respectiva Minho y
Siwon se fueron llevándose uno de los gatitos y dejando todo
arreglado para la entrega del otro.
- Ah
Yunho... ¿no es hermoso el amor? preguntó feliz Junsu.
- Si, muy hermoso, respondió el
moreno, cuando no te clavan un puñal en el corazón...lo dijo bajito
sin que Junsu pudiera escucharlo.
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Yunho
partió a alistarse y a alistar al pequeño gatito que tenía que
entregar, Junsu técnicamente había mentido, puesto que aún no
contaban con servicio de mensajería, pero al ver que era un buen
amigo el que necesitaba el servicio no había dudado ni un momento en
decirle que si y Yunho supo que él sería el encargado de cumplir
esa labor.
-Pequeño,
sinceramente espero que seas feliz en tu nuevo hogar, dijo Yunho al
gatito mientras le ponía un collarín azul con un pequeño dije
plateado en blanco al centro, luego lo puso en una cajita y aparte de
esta preparó todos los accesorios que el pequeño iba a necesita,
pues Minho había dejado todo pagado, pidiéndole que todo fuera lo
más lindo.
Estaba
extremadamente nervioso y no sabía porqué, incluso le sudaban las
manos, pero siguó pensando que era culpa de la falta de sueño, ya
que ultimamente le costaba mucho dormir por las noches y cuando lo
hacía extrañas pesadillas venían a interrumpirle su pacífico
sueño. - Debo dejar de tomar tanto café – se dijo a si mismo
mientras acomodaba al pequeño gatito y los accesorios en la parte
trasera de su auto.
Se
subió al auto y buscó en su bolsillo la dirección que le había
anotado Junsu, “Myeongdong”
uno de los barrios más concurridos y exclusivos de Seúl, de seguro
el nuevo dueño de la pequeña motita sería un “Hijo de papá”
consentido y malcriado, antes de partir ya se estaba arrepintiendo de
siquiera ir, pero una vez más se recordaba que éste era su trabajo
y el tenía que ser profesional en ello.
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Jaejoong
estaba irritado, a estas alturas ya no sabía que pensar, todo el
mundo lo había ignorado, ni siquiera su primo le había devuelto las
llamadas y los mensajes y eso era algo que nunca ocurría, pero ahora
estaba en su habitación solo y aburrido, ya que él por ningún
motivo iba a dar su brazo a torcer y a llamar a Changmin primero,
prefería morirse de los nervios y pensar una y mil cosas antes de
siquiera intentar hacerlo, porque él no se rebajaba ante nadie, se
arregló rápidamente para salir a dar una vuelta y tomar un poco de
aire, quizas ir de compras le quitaría en parte su mal humor, en eso
estaba cuando de repente sintió el timbre, una vez, dos veces, tres veces y
nadie abría ¡Dios santo! ¿Donde se fue la servidumbre el día de
hoy?, decidió bajar a abrir porque el timbre no paraba de sonar y ya
le estaba poniendo los pelos de punta.
Bajó
rápidamente las escaleras pensando que era Changmin y mentalmente
iba preparando su discurso previo a perdonarlo.
-Mira
Chang... -el discurso murió en su garganta- En la puerta estaba un
hombre que claramente no era Changmin, pues para empezar sólo
vestía una camiseta, jeans y zapatillas, era alto, moreno, cabello
castaño, bien formado, ojos almendrados, que lo miraban con
curiosidad y unos labios carnosos adornados sutilmente con un lunar
que definitivamente lo hacían ver muy sexy.
-Buenas
tardes ¿esta es la casa del Señor Kim Jaejoong?
-Definitivamente
hasta su voz era hermosa-
-¿Tu
quien eres? dijo lo más indiferente que pudo Jaejoong.
-Soy Yunho
y vengo de la tienda de mascotas “Sweet Pets” necesito hacer una
entrega al señor Kim Jaejoong.
-¿De
la tienda de mascotas? ¿una entrega?
-Asi es. ¿Es usted? Le dijo
secamente Yunho.
-Ssi, si soy yo- respondió entre ansioso y
confundido Jae. Pasa.
-Bien,
firme aquí.
Acto seguido Yunho le entregó el paquete con una
enorme rosa encima, el cual Jae tomó y miró con curiosidad mientas
lo depositaba en un sillón y lo abría con cuidado... y al ver al
pequeño gatito simplemente su corazón saltó, sabía que había
sido amor a primera vista, ¡era tan hermoso y tan pequeño! en aquella
cajita, era sin duda el regalo más hermoso que le habían dado
nunca, ya pensaría en la forma de agradecérselo a Changmin.
¡Es
precioso! Exclamó Jae, pero Yunho a esas alturas ya se había dado
cuenta que el pequeño gatito había caído en buenas manos e
interiormente lo hacía feliz.
En eso pensaba cuando otro mareo
extraño le nubló momentáneamente la visión.
-¿Te sientes bien?
Jae lo miró con preocupación, te traeré un vaso de agua.
-Gracias
murmuró Yunho, sintiéndose cada vez más débil, intentó llegar
al sillón, pero en ese momento sintió como si algo invisible
golpeara su cabeza y sin poder hacer nada se derrumbó, cuando Jae
volvió con el agua dejó caer el vaso e intentó despertarlo.
-¡Yunho, Yunho, despierta! ¡Yunho por favor reacciona!
Mientras lo
sacudía con fuerza, y cuando por fin él despertó algo no estaba bien...
sus ojos... esos ojos, eran grises y Jae los conocía... ¿cómo podía
ser posible?
Intentó gritar, pero nada salió de su garganta, por
primera vez en la vida Jae quedó mudo...
¡Hola! Ya comienza a tomar más forma la historia, denle mucho amor, asi seguiré escribiendo con mayor motivación, gracias por leer.