jueves, 30 de abril de 2015

Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 29




Capítulo 29

Yunho solamente… me dejó, —murmuró Jae a Hag, su voz sonaba tan desconcertada y ¿triste? como el lo estaba. Durante las últimas siete noches lo había dejado con la Fey “como si fuera un niño malcriado con su niñera” mientras que él había estado afuera sin descanso buscando el anillo, tan determinado a reemplazarlo para siempre.

Pero esta salida de sol, no había venido a recogerlo. Eran las tres de la tarde. Ahora sabía cómo se sentía ser el último niño en ser recogido de la guardería.
¿Que se supone que debo hacer con esto? —Mirando a la nada, Jae le dió un trago a su cerveza.

El y Hag estaban en la terraza de la Fey, recostados en unas sillas de sol, con aperitivos, revistas y una cubeta con hielo con unas Coronas Lights entre ellos.
Después del susto con la —bruja-en-el-espejo-, el oráculo había sido mucho más amable con Jae.

Probablemente porque sabía que Jae estaba a punto de morir y todo.
Y Jae la había finalmente perdonado por poner a Yunho en su camino, después de todo, Hag no tenía nada que ver con que Ren se hubiese establecido en su interior.
No tienes que hacer nada, Jaejoong, —dijo Hag. —Esta tarde vamos a disfrutar de nosotros mismos, hasta que vuelva.

Dándose cuenta de que Ren probablemente no querría un bronceado, Jae se había ido a St.Tropez, para pasar el día allí, untado en aceite de coco. A pesar de que siempre se había bronceado con facilidad, por el tiempo que había pasado últimamente en prisión, estaba pálido. No más. Iba a broncearse, frenéticamente.

Y como Ren quería subir de peso, Jae había decidido perderlo. En la actualidad estaba a dieta de cebada y lúpulo.
Algo pasó después de que Ren se levantó la última vez, dijo Jae.
Desde entonces Yunho ha estado actuado diferente conmigo. Como si todo el terreno que había ganado con él lo hubiera perdido.

Cuando Jae había despertado, Yunho lo había mirado como si el lo hubiera ofendido, como si él estuviera resentido. Tal vez había probado que Ren era seducible. Tal vez lo había había instruido en los intentos de Jae. “Aunque todavía soy virgen”. Por supuesto, Yunho le había explicado por qué no podían tener relaciones sexuales.

Me gustaría apretar tu mano, en un gesto bien intencionado pero torpe, si mi piel no fuera venenosa. Hag estaba tan desacostumbrada a tener amigos como Jae.
Cada noche, una vez que la fey terminaba sus labores, ella y Jae, habían tomado sus bebidas y conversado.

Emborrachándose con una Fey. Mi nueva vida normal.
Habían hablado de pociones, la caza, la locura del Lore. Y de la condición única de Hag. Resultó que hace años, Hag se había enamorado de un demonio,estrictamente fuera de los límites para una fey como ella. El musculoso guerrero había dudado que su “pequeña y delicada Fey” lo amara, sobre todo porque era muy joven. A su vez, ella había dudado que pudiera soportar su piel envenenada el tiempo suficiente para reclamarla. Habían decidido reunirse una década más tarde bajo el árbol de manzanas de oro de Draiksulia, si todavía se sentía de la misma manera y el podría obtener un antídoto para ella.

A causa de la maldición de Hag, perdió siglos para su cita. Ahora era incapaz de encontrar al guerrero, ni siquiera sus huesos podían decirle donde había desaparecido.
Los ojos marrones de cierva de Hag, brillaban verdes con la emoción cada vez que hablaba de él…

¿Oye, no crees que Yunho este… muerto?, pregunto Jae, confundido de sentirse casi preocupado por la seguridad de su captor. Captor y prontamente verdugo. Definitivamente le estaba dando el "Síndrome de Estocolmo" pensó.
El volverá, Jaejoong.
Y ¿cómo me siento acerca de eso?”

Me gustaría saber si está muerto, —dijo Hag mirando su reloj. La fey estaba trabajando en una poción experimental, que esperaba pudiera contrarrestar el hechizo que protegía a uno de los enemigos de Yunho, alguna Valkyria llamada Sora la Radiante. Al
descubrir que Sora tenía un hechizo de protección, Yunho habia dicho entre dientes,
¡Nix! ¡Esa perra! Cualquier cosa que eso significara.

Podría haberse distraído en su mente y perder el camino temporalmente. —agregó Hag.
Jae podía creer eso. Yunho se había ido deteriorando mentalmente muy rápido ultimamente, pero ¿porqué?. Un amanecer que había ido a buscarlo, estaba cubierto de sangre y delirando sobre sus enemigos. “¡Sígueme!, no es seguro para ti.” Hace dos noches, se había despertado en su lugar en el sofá y lo encontró arrodillado a su lado, acariciándole el cabello.

Había murmurado, “Cada vez es más difícil de decir cuando estoy despierto… no se puede vivir así durante mucho tiempo.” Algunas veces él le hablaba en ruso, como si esperara completamente que Jae le respondiera en el mismo idioma.

Nunca lo había interrogado de nuevo aparte de ocasionalmente preguntarle, “¿Voy a morir esta noche?” “No todavía,” respondía distantemente. Pero en la última puesta del sol, no había respondido, solo había mirado fijamente a lo lejos.

Jae abrió otra cerveza, tapando la botella con un trozo de lima.
agregó —¿Puedes decirme por qué Ren no está intentando ni siquiera alzarse? ¿No debería estar preocupado por él justo ahora? ¿Por qué no está anhelando verlo? Si yo fuera malo y Yunho me hubiera bañado con joyas y ropa, estaría encima de él.

¿Lo harías? —Hag estudió su rostro. —¿Incluso después de todo lo que él te ha hecho?
Como siempre, Jae reprodujo la voz burlona del vampiro en su cabeza. “No puedes compararte con Ren.” Pensaba que era inmune a los insultos, pero por alguna razón, los suyos habían dado en el blanco. “Eres demostrablemente mi inferior en cualquier manera. Inteligencia, riqueza, apariencia, linaje…”

El desprecio en su tono, su sonrisa de suficiencia. Suspiró. La verdad de sus palabras.
Su ego había recibido un golpe.
Pero entonces estaban esos destellos de un lado diferente de él. 
El Yunho seductor, encantador cuyos besos ponían su sangre ardiendo. El vampiro que hacía que sus dedos se enroscaran con su acento, sus anticuadas frases. “Se mi querido...”

¿Estás preguntando si podría enamorarme de él? —Jae le preguntó, intentando imaginar cómo sería ser amado por Yunho. Pero sabía que era mejor no soñar con cosas que nunca iban a ser. —Incluso si por algún milagro el sintiera más por mí, nunca lo amaría. Solo un tonto se enamoraría de su captor. —Encontró la mirada de Hag. —No soy tonto. Mi interés en él es puramente de vida-o-muerte.

Tomó un largo trago de su cerveza. —En ese sentido, ¿Hay alguna opción de que yo sea su novio? Pareciendo elegir sus palabras con mucho cuidado, Hag dijo. —Los compañeros mortales son extremadamente raros para los Loreans. Estoy pensando ahora en todas las parejas que ha reunido esta Accession y no puedo citar ni una sola con un humano en la mezcla. En cualquier caso, Yunho desprecia a los mortales más que cualquiera que yo conozca.

¿Por qué?
No te lo voy a decir, y te sugiero que no le preguntes.
Pero es posible que sea suyo. ¿Por qué no haces de oráculo y lo sabes con certeza?
Sabes que solo puedo hacer un número de tiradas al día.
Jae había preguntado a Hag como funcionaba lanzar los huesos. Ella había respondido que era como buscar un texto en un libro, pero si se hacía demasiado a menudo, las palabras podían volverse borrosas.

¿Qué si soy suyo? —insistió Jae. —Si sirves a los intereses de Yunho, entonces ¿Cómo crees que le afectará una vez descubra que ha matado a su único y solo novio? ¿Piensas que estará enojado?

La mirada de Hag voló lejos. —Confío en el juicio de Yunho...
Cuéntame por qué le debes tanto.
Muy bien. —Hag obtuvo otra cerveza, abriendo fácilmente el tapón con la uña de su pulgar.

Hace siglos, comencé a trabajar para un poderoso hechicero y sus hermanas. A él no le gustó una de mis predicciones, así que me maldijo para parecer una vieja bruja repulsiva, cautiva de su voluntad durante el tiempo que él viviera —una situación especialmente grave, teniendo en cuenta lo difícil que era asesinarle. Era conocido como el Único Inmortal. —Sus dedos se tensaron alrededor de la botella. Justo cuando Jae pensó que se haría añicos, Hag aflojó su agarre.

Si no es por Yunho, todavía estaría atrapada en el sótano de un húmedo castillo. Él traicionó todas sus alianzas, rompiendo un pacto para liberarme del hechicero... 
 
¿Yunho hizo todo eso por ti?
Hag soltó una carcajada sin ganas. —No, él tenía otras misteriosas razones. Mi libertad fue simplemente una feliz coincidencia, pero de todos modos, me hizo prometer una deuda por adelantado, lo que me puso en su famoso libro —Su temporizador se puso en marcha. —Vuelvo después de un rato. No te quemes demasiado.

Solo, Jae recogió su revista de viajes una vez más. Volvió la página, examinando atentamente un artículo sobre Bora-Bora, pero sin leerlo realmente. En cambio, reflexionó sobre todas las cosas que nunca llegaría a hacer.

Ver a su familia de nuevo. Viajar alrededor del mundo. Conseguir una casa de su propiedad. Tener niños. ¿La idea de Jae de una cerca blanca de madera? Su propia cabaña en la Montaña Kim. Nunca iba a llegar a encontrar a ese hombre que lo idolatraría.
Siempre había imaginado el tipo de chico con el que terminaría, fantaseando con todo detalle cómo sería. Básicamente todo lo contrario de Yunho en todos los sentidos.

Reflexionando como este podía hacer que un chico no deseara estar tambaleándose al borde de la muerte. Tambaleándose. Jae estaba harto de eso. Por lo menos en el corredor de la muerte había sido capaz de contar los días hasta que al fin fuese liberado. Los bordes de la revista se arrugaron con su apretón. Ahora el sobrevivía en este infierno-de-espera.

Jae quería gritar, quería estrangular a Yunho, de verdad podía ver el atractivo de acabar con la vida de alguien. Como deseaba otra oportunidad de "cruzar espadas" con él, especialmente ahora que había aprendido a descifrar la forma en que hablaba. Había analizado sus declaraciones una y otra vez y estaba seguro de poder decir cuando se desviaba o cambiaba de tema.

Si el le preguntaba,"¿te gusta el azul?" y si le gustaba pero no lo quería admitir, él se burlaba,"¿parezco el tipo de hombre al que le gusta el azul?".
Yunho empezaba sus frases con “Tal vez" o "Apuesto que" para evitar mentir. O decía algo escandaloso para distraer la atención.

Jae lo llamaba el lenguaje de Yunho. Jae estaba de acuerdo con él en una cosa: para tener la más remota oportunidad de sobrevivir, sólo había una opción abierta para él. Seducirlo.
Una parte de el quería intentarlo una vez más, quizá si conseguía que lo reclamara totalmente, podría abrir una brecha entre él y Ren.

O quizá debería sólo hacerle la mamada que él quería. Recordaba las palabras de su primo Heechul, que era la puta residente de la ladera: "Si quieres comunicarle una idea al cerebro de un hombre, hazlo a través de su pene. Es como ponerle una bocina en el oído a todos".

Reflexionando sobre que la seducción de Yunho no tenía nada que ver con el hecho de que Jae todavía le deseaba como al crack. Efectivamente había despertado algo en él.
Durante toda la semana Jae había estado caliente como el infierno, sufriendo por sentir sus manos sobre él, recordando lo que habían hecho juntos. Cuando dormía soñaba con amamantarlo, y luego teniendo su ancha erección dentro de él.

Se había tocado un par de veces en la ducha, pero nunca se relajaba lo suficiente como para llegar al orgasmo, pues temía que Yunho apareciese de repente, lo descubriera y se burlara de el maliciosamente.

Jae soltó un suspiro, pasando de la página, decidiendo que no había nada que hacer. "Nunca tuve oportunidad con él de todos modos"
Lo que significaba que no había ninguna opción abierta para él. Se daba por muerto, como los soldados en el frente. La idea era liberarse de alguna manera. La presión para influir en él había sido agotadora. Especialmente porque lo había evitado durante días.
Estaba resuelto a ser firme.

¿Entonces por qué se le volvían borrosas las páginas por las lágrimas no derramadas?
Lo odiaba. Lo deseaba. Durante una semana, Yunho se había mantenido a distancia de Jaejoong, dejándolo con Hag e ignorándolo cuando se veían forzados a estar juntos.
Nunca la había necesitado tanto como ahora.

Durante todo el día había estado siguiendo la pista a Yoochun Park —que había sobrevivido sin ayuda de Yunho. Resultó que el Hombre de Hierro había sido un berserker inmortal todo el tiempo, aunque Park no lo había sabido.

Una y otra vez, Yunho había intentado acercarse lo suficiente a él para interceptar su mente, pero su compañera, Sora, tenía algún tipo de hechizo que repelía a Yunho.
La súka nunca se apartaba del lado de Yoochun.

Después de pasar el día espiando a la pareja —incluyendo sus entusiastas encuentros sexuales, Yunho regresó a su departamento, cansado pero excitado, ansiando a su propia pareja. A su Novio. La última vez que Ren había salido a la superficie, él había jurado renunciar al mortal. Y después de haberle comprado al Dios de todo excepto la luna, el había estado de acuerdo en levantarse en dos semanas.

¿Pero qué hacer hasta entonces?
Estar separado de su Novio estaba afectando tanto a su cuerpo como a su cordura. Se había teletransportado dormido más a menudo, había tenido más ataques de rabia, e incluso bloqueos mientras cazaba. En lugar de visiones sobre el anillo, había estado soñando con cosas largo tiempo olvidadas, recuerdos al azar, sus propios recuerdos.
Un niño de pelo castaño alcanzándome."

La valkyria Helen, embarazada, mirando con pesar a su marido.
Nix demandando ¿dónde está tu paciencia...?” Y más, Yunho había percibido esa misteriosa presencia otra vez. Los Daci. Creyó haberlos sentido fuera del departamento un par de veces. Pero no los había visto. ¿Le habían estado siguiendo, o sólo había imaginado su presencia?

Demasiadas novedades, demasiados movimientos."Y apenas puedo dejar de pensar en Jaejoong y mantener mi lujuria bajo control"

Antes de que lo recogiera por el resto del día, sabía que tenía que aliviar un poco esta presión. Valía la pena después de siete días…

Tendido en su cama, con cuidado se bajó los pantalones por encima de su dolorosa erección. La apretó en su puño y comenzó a bombear, preguntándose si Jaejoong se había atrevido a correrse, después de su última vez juntos.
Mientras que él había estado ocupado pensando en su miserable estado sexual lejos de Jaejoong, no había pensado en el de él.

Era un joven lujurioso. Probablemente el pequeño campesino se habría aliviado el mismo
fácilmente. Dentro de su casa, acariciando su sexo virgen. Esa delicada piel desnuda creciendo tan resbaladiza. La idea lo puso a echar humo mientras se bombeaba con el puño. ¿Haría caso de su sugerencia y se penetraría con un dedo? ¿O dos? ¿O esperaría a que él le enseñara…?

Sus colmillos gotearon en su boca, afilados por Jae. Se pasó la lengua por uno, chupando su propia sangre, fantaseando con que era de él. Su espalda se arqueó mientras gemía en ruso, “Espérame, Jaejoong. Espera…” El semen subió hasta su polla desenfrenada mientras se mecían sus caderas, cogiéndosela con el puño…
Sin embargo, luego se desaceleró. ¿Qué pasaría si hubiera esperado por él?

Quiero sus manos sobre mí. Quiero que me vea venirme. Jaejoong había disfrutado viendo derramarse su semilla. Si regresaba con él, podría convencerlo para que la extrajera de él. Con la boca. Este plan tenía sentido —tomando su liberación con él, usándolo como una herramienta. Aunque sólo fuese para apuntalar su cordura.

Con ese objetivo en mente, minuciosamente puso con mucho cuidado su eje dentro de sus pantalones, puso mala cara para disimular su erección, y entonces se teletransportó hasta Hag.

La fey miraba dentro de una olla hirviendo. ¿Dándole una mirada de censura? —Jaejoong está afuera.

Yunho encontró al mortal tomando el sol mientras leía la revista Travel Leisure, con una cubeta de cervezas heladas a su lado.
Llevaba un traje de baño. Uno pequeño. De color rojo cereza. Su piel dorada reluciendo cubierta de aceite. El aceite de coco —una esencia exótica, y por lo tanto un erótico, olor.
Su mandíbula se aflojó, su polla endureciéndose en expectación. ¡No sabía que esta visión me daría la bienvenida!

Deseando verlo en su tiempo libre, se teletransportó hasta la casa, se puso las gafas de sol y luego regresó. Después de decirle a la fey que diera un paseo, teletransportó una silla hasta el borde de las sombras, en silencio se quitó el abrigo.

Allí, observó, fascinado, por como el sol empapaba la piel ahora dorada de Jaejoong, calentándola, marcándola ante sus ojos. Nunca había visto una carne tan suave como la de él. Sus dientes brillaban incluso más blancos contra su nuevo bronceado. Vio un sutil toque de color caoba en esa brillante melena. Era de las montañas, en algún lugar de su línea, probablemente tenía un antepasado escocés.

Su traje de baño se burlaba de él, el material se aferraba a su miembro vírgen.
El doblaba la página que estaba viendo. Sólo había una razón para guardar las páginas de una revista de viajes. Cuando se sueña con un futuro viaje. Uno que nunca vas a hacer.

Él frunció el ceño ante su reacción a esto, se recordó a sí mismo que no se arrepentía de las decisiones ya tomadas. Y su sacrificio había sido determinado durante media década.

Lo único que quería era el uso de su hermoso cuerpo hasta entonces. —Quítate el traje de baño, mascota.
Jae abrió la boca. —Deja de llamarme así, imbécil.
Pero tú eres una mascota. Te alimento, te doy refugio, te acaricio. Y tú me traes diversión. Ahora haz lo que te digo.

Si hubiera sabido que ibas a pasar el día aquí, me podría haber metido en una bolsa.
Por eso es que estas iracundo hoy.
En esto, Yunho. No tengo nada por lo que estar iracundo.
Ah, tú has debido extrañarme.
Claramente no tanto como tú me echas de menos. —Jae levantó sus gafas de sol, poniendo los ojos sobre su erección.
Te he dado una orden.

Jae al final apretó los labios. —¿Quieres ver mi cuerpo desnudo?—Ronroneo el y le lanzó esa sonrisa cegadora.
Se sentó erguido en la silla, tensándose con anticipación.
Conseguiste que Ren te lo mostrara. —Su sonrisa se desvaneció, Jae tomó la cerveza, doblando su dedo alrededor del cuello de la botella.

Mientras bebía, Yunho pensaba, no tiene clase. Pero, curiosamente… excitante. —Tu ni siquiera aspiras a su gracia ¿verdad?
No.—El chupó ruidosamente una rodaja de lima.
Tú realmente no quieres hacer esto hoy, Jaejoong.
¡Pero tengo que hacerlo! Ya ves, me estoy quedando sin días con demasiada rapidez para aplazar cualquier cosa. Negándose a morder el anzuelo, él estuvo de acuerdo: —Sí. Lo estas.

Ahora cierra la boca y quítatelo.
Jae se río y bebió más cerveza. —Tomas un trazado largo de un puente corto, vampiro.
¿Ya no quieres seducirme lejos de mi Novio?
No, he decidido que nada vale la pena prostituirse para ti.
¿Y qué acerca de tu razón alternativa?—¿Simplemente querer estar con un hombre? ¿Conocer su taque?

Fue bueno Yunho, pero no tan bueno.
Te viniste con suficiente rapidez.—Él más bien prefería disfrutar de esta contienda, por que rara vez le sucedía.

¿Estás seguro que quieres ir por ahí?—Porque, oh gran rey, tú te viniste en tus pantalones. Sus ojos se estrecharon. —¿No fue eso lo que pasó con todas tus demás conquistas?

Solo porque yo no sea pobre, imbécil y vulgar como ellos eso no quiere decir que sea inmune a tus encantos. Ahora. Quítatelo.. Al ver que el no lo hizo, le espetó: —Tú me desobedeces, ya que asumes que no recibirás ningún castigo.

Que te parece jugar un juego de toma y da. Tú respondes a mis preguntas y yo tiraré de esto — indicó con su dedo el borde de la pretina.

Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 28




Capítulo 28

Oh tú, pequeño brujo” Ren se levantó en la cama, mirando con horror su vientre cubierto. Tan cerca de tomar su fruto. Era por eso que se había visto obligado a alzarse. La simiente de Yunho se sentía como si escaldase su piel, como ácido sobre él.
Vida en cada maldita gota.

Ren se apresuró dentro del cuarto de baño de su suite, limpiándose frenéticamente, recorriéndose a sí mismo con un paño húmedo hasta que su piel estuvo erosionada.
Como se habría reído Rin.

Si se hubiera alzado cuando el vampiro se lo había pedido, ¿era esto lo que Yunho tenía planeado para él? ¿Degradación? ¡El sabía que no sería capaz de ocultar su repulsión!
Una vez que se sintió relativamente limpio de su marca, se evaluó a sí mismo en el espejo.

Había moretones en la parte superior de sus brazos y en el interior de sus muslos. ¿Había sangre en su boca? ¡Le había cortado la lengua con sus colmillos! Bruto.

El primer impulso de Ren fue retirarse. Pero evidentemente, Yunho ya se había servido. Si había permanecido en el departamento, este sería un momento ideal para que Ren se enfrentara a él…

Mientras comenzaba a prepararse a sí mismo, añoró las épocas en que había tenido decenas de sirvientes para bañarlo, vestirlo y adornarlo con joyas. Ahora debía arreglárselas solo. Después de aplicarse sus propios cosméticos, escogió entre el mísero número de prendas de vestir asignadas a él eligiendo un pantalón negro ajustado, tacones de aguja y un halter metálico.

Satisfecho con el resultado, fue hacía la habitación de él, encontrando a Yunho en su escritorio, mirando distraído un rompecabezas en sus manos. ¿Hundido en sus pensamientos? ¿Sobre lo que acababa de ocurrir con Jaejoong?

Todo alrededor de la habitación eran escombros aplastados. ¿Había experimentado uno de esos momentos de furia de los que le había hablado? No era un buen augurio. Quizás eso era por lo que había usado al humano — para dar rienda suelta a su rencor.

Alzó la cabeza, le lanzó una mirada de desprecio. Antes de que Ren pudiera decir una palabra, la mirada se desvaneció. —Ah, Ren se ha dignado a alzarse para mí.
¿Por qué no me confundes con Jaejoong? —El y el mortal no eran meramente gemelos, ellos compartían un cuerpo.

Ignorando su pregunta, le preguntó —¿Cuándo te has despertado?
A tiempo para encontrar tus… restos sobre mi vientre. Jaejoong me permitió alzarme solamente para disfrutar de eso.

Él soltó una medio sonrisa. —No te mereces nada menos. Esperé por ti ayer por la noche, pero te rehusaste a encontrarte conmigo.
Y ¿eso es lo que tenías reservado para mí?
Depende de lo bueno que seas. No llego como una fuente para cualquiera.
¡Qué descaro! —Entonces él debe haber sido muy talentoso.
Sorprendentemente bastante.

Debería haberse sentido vulnerable de que Jaejoong tan bien le hubiera dado placer a él, pero el era Ren, dios de la sangre y la muerte divina. Por otro lado, Yunho estaba destinado a él.

Yunho no podía renunciar a el más de lo que el sol podía dejar de amanecer.
Tal vez hubiera tratado a mi Novio de manera diferente, —dijo. —En cualquier caso, deberías haber sido tú trayéndome placer. Ren examinó sus uñas. Nunca sería él. El había evitado entregarse a un varón por veinte milenios.

Solo Yunho creería que es el único que puede dominarme. Alzó su mirada hacia él.
El Enemigo de lo Antiguo haría bien en no persistir en la creencia de que después él se transformaría. Al contrario, él se deleitaría con su último triste pensamiento: Creía que Ren me quería.

Yunho había esperado que Jaejoong viniera dentro de su habitación, reprendiéndole por su salida y los comentarios punzantes. ¿Estaba incluso deseando que llegara?
En su lugar, Ren se enfrentaba a él una vez más.
Estaba todavía furioso con el dios por no dejarse ver — pero aún más con Jaejoong por ser tan increíblemente sexy.

La manera en que había pasado la lengua por sus colmillos… sus roncos gemidos…
Su pasión le había excitado como ninguna otra cosa que pudiera recordar. Lejos de estar disgustado por su semilla marcándolo, había parecido excitarse por ello.
Mira lo que te hecho a hacer, —le había provocado, muy cerca seduciéndolo.
No pienses en él. Tu Novio está frente a ti.

El que no se había alzado para él. —Dime por qué no viniste a mi encuentro como prometiste.
Jaejoong no me dejó alzarme.
Bastante mentiroso. Otra vez, ¿dónde estaba la lealtad, la confianza?
Si es así, entonces él será castigado. Severamente. Aunque me pregunto cómo pudo impedírtelo “mientras dormía.” Si Ren no se había alzado, entonces tal vez había tenido miedo.

¿El dios de la sangre asustado de enfrentarme? Imposible.
¿Estás más cerca del anillo?—El cambió de tema, y Yunho se lo permitió, decidiendo abandonar esto, superando su resentimiento.

JiYool le había dicho que sería un buen y fiel compañero para su Novio. No importaba por qué Ren le había negado, Yunho comenzaría de nuevo con él.
No, no estoy más cerca en mi búsqueda, —dijo. —Pero podría ver los recuerdos de mi objetivo la próxima vez que sueñe. Si no, planeo capturar a su mujer valkyria para forzarla a cooperar. — Si Yoochun Park vivía. Yunho podría encontrarlo esta víspera. —Como sabes, no hay influencia más grande que un ser querido.

Por supuesto, Yunho podría matar a la mujer de Park la primera vez que fanfarroneara delante de él. Sora la Radiante pondría a prueba la paciencia de un monje fey.
Tus planes son sensatos. ¿Y La Dorada?
Mi oráculo la está buscando. Hasta el momento no se ha desviado cerca de ti.
Notó su evidente alivio, pero no hizo comentarios sobre ello. —Ahora que te tengo aquí, puedes pasar la noche conmigo. Siéntate. —Señaló el sofá.

Cuando cruzó la habitación para seguir su orden, Yunho se teletransportó a su closet para vestirse adecuadamente con una camisa, como un buen compañero haría.
Ren le gritó, —¿Cómo sabías que era yo en lugar del mortal?

Las manos de Yunho se detuvieron en un botón. Lo sabía porque Jaejoong es… más bonito pensó.
No se iba a engañar más a sí mismo — los dos jóvenes no eran uno y él mismo. El dios cubría su cara con maquillaje, cubriendo esos encantadores lunares, cerca de su ojo y en su pómulo. Y caminaba con rigidez, no con ese sensual bamboleo de sus caderas.

Los ojos de Jaejoong eran brillantes. Sonreía en algunas ocasiones.
No, no. Ren parecía y caminaba de forma diferente porque era un dios. El mismo se comportaba como uno. No de forma común como Jaejoong.

Cuando volvió, le respondió, —Sin duda, reconozco a mi propio Novio. —Se sentó en la silla del escritorio; Ren se sentó en el extremo más alejado del sofá, tan lejos de él como le era posible. Incluso Jaejoong no había hecho eso y el le temía. No importa. —Habla conmigo, Ren.

¿Sobre qué?
De cualquier cosa que esté en tu mente.—Antes se había sentado haciendo juegos de ingenio con Jae. Por un rato, sus intercambios le habían distraído de otros asuntos. ¿Podía esperar lo mismo de Ren?

Muy bien. Quiero sirvientes.
No puedo confiar en nadie más que Hag.
Entonces dámela. Haz que me sirva.
Dudo que resultara como tú piensas. Algunos inmortales no son buenos esclavos.
Desgraciadamente, ella está entre uno de ellos. Además necesito sus talentos como oráculo.

Esto me decepciona profundamente, Yunho.
Es temporal. Hacemos sacrificios ahora para ser recompensados más tarde.—Siguió un silencio. —¿Y no hay ninguna otra cosa en tu mente?—Eso sonaba más duro de lo que él había querido decir.

Mis pensamientos están consumidos por el anillo.
Otro ataque de silencio. Como un hombre cuya existencia había sido casi siempre solitaria, Yunho no estaba acostumbrado a buscar cosas sobre las que hablar. —¿Cuál es tu recuerdo favorito, Ren? —Tan buena pregunta como cualquier otra, supuso.
¿Por qué lo preguntas?
Solamente estoy de humor.

El miró sus uñas. —Una vez, para divertirme, elegí a un par de mis acólitos vampiros, un macho y su novia, y amenacé la vida de sus dos descendientes. Por supuesto, los padres habrían hecho cualquier cosa para salvarlos. Así que hice al padre jurar por el Lore que se comería a su mujer, bocado a bocado— comenzando por los dedos de los pies.

Ren suspiró. —Después, lo intentó todo para salir de su promesa, para sortearla. Por lo menos para aliviar su sufrimiento. Pero su juramento le obligaba, y su molesta regeneración le aseguró que esto se prolongara durante décadas. De hecho él estaba todavía en ello cuando fui maldecido.

Esos votos inquebrantables al Lore… Los Inmortales dependían de ellos, incluso cuando siempre temían ser atrapado por uno.
Ren se encogió de hombros. —Le aseguré a mis acólitos que criaría a sus hijos mientras estaban ocupados de otra forma. Pero recuerdo con cariño haber bebido de ellos de todos modos.

Los hombros de Yunho se anudaron, cualquier relajación anterior desapareció. ¿Cuán buena madre podría ser Ren…? —¿Hiciste daño a los jóvenes? Eso no lo harás más.
¿Piensas darme órdenes de nuevo, Yunho? Comprende que soy un dios — no tengo
sensibilidad con la edad. Mis acólitos eran meramente organismos que utilizaba como juguetes. Jóvenes, viejos… la edad no importa nada.

Si vas contra las crías, entonces tus enemigos irán contra las tuyas.
El parpadeo. —Yo no tengo crías.
Pero tendrás. Yo tendré.—Maldito Jaejoong por plantar dudas en su mente.
Si tal es tu deseo, vampiro. Me esforzaré en ser más dócil para ti. Eso es lo que quieres, ¿no?

Podría querer a una pareja que aceptara mis órdenes — y entonces hacer todo pero. Empujó esos pensamientos a un lado. —Di algo gracioso, Ren. —Ordenó.
¿Qué?
¿Eres rápido de ingenio, con mucha labia?—Como Jaejoong continuaba siendo. Tú eres el peso mosca para el peso pesado…
Yunho, yo esclavizaba a otros para hacer esas cosas, para que pudieran entretenerme.
Silencio una vez más.

Siguió recordando la noche en el bosque con Ren, lo bien que se había llevado con él. O ¿simplemente había estado asombrado por su sangrado? —La primera noche que te encontré, hablamos durante horas. ¿Por qué ahora es como sacarse los dientes?

Estoy confundido, Yunho. Suena como si me estuvieras haciendo una audición para un papel que ya gané. Uno que es mío más allá de cualquier rectificación. ¿Ha sembrado de alguna manera la discordia entre nosotros el mortal?

Yunho volvió su expresión neutral. Su cerebro le gritaba El mortal lo ha hecho. Nunca había pensado más allá de la llegada al trono y la realización de sus objetivos hasta que un chico humano lo había desafiado. Ahora se vio forzado a preguntarse cómo sería la eternidad con la pareja delante de él.

No, no, más inmortales tenían dificultades con sus compañeras al principio. Sobre todo si eran de diferentes facciones o culturas. Yunhono iba a ser diferente. Al menos en esto.
Como otros varones del Lore hacían cada día, Yunho ganaría a su pareja. Podía ser cariñoso, si decidía serlo. Podía convencerlo para que le respondiera. Si no hablamos, ¿qué vamos a hacer esta tarde,flor?

Cazar, matar, verter la sangre de los inocentes.
Yunho no entendía esta necesidad de Ren de matar. Si él no cosechaba la sangre, ¿qué sentido tenía? Entendía el asesinato de sus enemigos y los obstáculos políticos. Se deleitaba en ello. Pero Ren masacraba sus presas sin ninguna razón. Y Yunho había jurado que no dejaría que él asesinara. —No cazamos. Estás completamente oculto de mis enemigos solo aquí y con mi oráculo.—Le dijo honestamente, aunque podría haberlo llevado fuera, medio—teletransportándose con él para mantenerlo invisible para los otros.

Y había un tatuaje druida que podría usar que lo convertiría en indetectable. Podía adquirir la tinta de uno de sus deudores. Pero mantendría esa información guardada por ahora.
Lamentablemente, Ren, hay una recompensa por tu cabeza.
¡Una recompensa!—exclamó. —¡Devuélveme mi divinidad, y heriré a todos tus enemigos, los quebrantaré con la locura y la peste, hasta que hiervan y supuren, arrastrándose a tus pies por misericordia!

Sus labios se curvaron. —Disfruto cuando te pones así.
Me convertiré en una pareja aterradora para ti, tan pronto como encuentres el anillo para nosotros. Ren estudió su rostro, no podía confundir su interés.
Hasta entonces, disfruta de Jaejoong, —dijo. —Parece que te estás frotando bien con tu juguete mortal.

¿Frotando bien?—¿Cuándo Jae se retorcía mientras había eyaculado sobre él? —Sí, supongo que lo hacemos bastante bien. Es una buena cosa que no seas celoso — porque nosotros somos un par de libertinos juntos.

Muestra desagrado. Maldice lo suficiente porque esto te molesta.
En cambio, estaba incrédulo. —¿Ustedes dos? ¿No tuviste que forzarlo para que te saciara?
Ligeramente ofendido, Yunho gruñó, —Mírame, Ren, apenas podía mantener sus manos lejos de mí.

¿Pero el se fue con eso? ¿Aún sabiendo que estás comprometido con otro?
¿Cómo me comprometí cuando me dirigiste para que usara un sustituto por ti?—Ren claramente no sintiendo ninguno de los lazos vampíricos como él lo hacía. Solo hay una manera de avivar eso. En la cama. —Además, a Jaejoong se le ha metido en la cabeza que puede ganarme sobre ti.

Eso me divierte muchísimo.
¿Lo hace? No podría decirlo. ¿Por qué no sonríes, entonces?—Ninguna expresión. —Hazlo, tienes una hermosa sonrisa.

Quieres decir que Jaejoong la tiene. ¿Sonríe tímidamente para ti, Yunho?
¿Estás perdidamente enamorado? ¿Tal vez lo prefieres por encima de mí?

¿Podría Jaejoong ser mío? Su nombre gritado al cielo se había sentido… correcto.
El pensamiento era tan aborrecible, que inmediatamente lo desterró.
Estoy peligrosamente cerca de hacerte daño, dios.

Seguramente el gran Yunho no estará dejando crecer tontamente el apego.
¿Era el abandono de Jaejoong lo que le había despertado así, o simplemente el cuerpo de su novio? Tiempo de descubrirlo. —¿El apego? Como suele suceder, estoy dispuesto a probar su reemplazo.

¡Qué descaro! ¿Piensas que no recordaré esos insultos sarcásticos?
Ven a mí, y haré que todo dependa de ti.
Puedo leer esa mirada en tus ojos. Extraño. Pensé que estarías agotado por esta noche.
Puedo tener una docena de asaltos si estoy inspirado. Ven a mí. Ahora. Esto no es una petición.

Aunque sus ojos se entornaron, se levantó y caminó penosamente hasta él. Lo arrastró hacia su regazo, pero él seguía estando tenso. —Relájate, Ren.
Cuando él había permanecido junto a Jaejoong con una pierna echada sobre las suyas, su brazo cubriendo su suave pecho… Encajaban.

Esto era como empujar dos piezas de rompecabezas que no coincidían, forzándolas. No, no. Mente trastornada. —Me va a ser fácil contigo. ¿No deseas besarme? ¿Conocer mi tacto?
Me harás daño. Jaejoong no es consciente de tu fuerza sin límites, pero yo lo soy.
Me he controlado para no hacerle daño a él. Dos veces.

¿Lo has usado dos veces? ¿Y nunca luchó contra ti?—Otra vez parecía incrédulo.
Permíteme demostrarte por qué él lo consintió.
Dices que no lo has herido, pero estoy dolorido justo ahora,—dijo Ren. —Magullado y maltratado. Dime, Yunho, ¿tienes alguna herida, alguna punzada de dolor?
Por supuesto que no.

Yo los tengo por todo mi cuerpo.
Entonces seré más suave contigo, incluso más cuidadoso con mi Novio.
Ahuecando las manos en su cara, le murmuró en el oído, —Solo relájate, Ren, y te prometo que solo te daré placer.

Apretó los ojos cerrados, con el cuerpo rígido, como si una helada creciera sobre él.
Se inclinó para presionar sus labios con los de él, una y otra vez, jugando con su lengua. Profundizó el beso, y Ren respondió… Exactamente como él había predicho.

Yunho retrocedió. —Te has vuelto frío.—Sus ojos estaban cerrados apretadamente, sus labios finos. Y lo peor… Se había sorprendido a sí mismo imaginando que era Jaejoong para permanecer duro. —No quieres mi contacto en lo absoluto.

Abrió sus ojos. —Nunca sería capaz de relajarme por temor a que me hagas daño. Yunho, imagina ir a la batalla en estado mortal. Sin regeneración, poder, velocidad. Imagina estar indefenso. ¿Estarías tan interesado en lanzarte a la batalla, sin importar lo mucho que ames la guerra?—El tenía un punto.

Convéncete a ti mismo, Yunho. No puedes mentir a los otros, pero puedes mentirte a ti mismo.
Cuando sea un vampiro, las cosas serán diferentes,—insistió. —Por ahora, te pido paciencia. Pido comprensión de mi compañero hasta entonces.

Sí, cuando Ren sea un vampiro…
¿Y todavía se rehusaba aceptar que su Novio fuera sexualmente frío?
No, Ren podría desearlo. —¿Tu cuerpo mortal no siente nada más que dolor? Debes tener necesidades.

No, aparentemente has satisfecho algunos de esos impulsos recientemente.
¡Blyad!.Había desaprovechado ese placer en Jaejoong.
Ren torpemente le palmeó el hombro. —Pronto encontrarás el anillo, y entonces seré tuyo en todos los sentidos. Por ahora, utiliza al mortal.

¿No te preocupa que pudiera llegar a enamorarme de él?—preguntó, aunque sabía la respuesta.

Ren simplemente no podía comprender que alguien pudiera no desearlo por encima de los otros. Su arrogancia le impedía tener ese tipo de dudas. Y no pudo evitar sentir como si no existiera una lección inherente para ser aprendida por él.

No, en absoluto, Yunho. Si lo elijes por encima de mí, tendrías que renunciar a todas tus aspiraciones al trono de la Horda, a todo por lo que has trabajado todos estos miles de años. Además, tú eres más inteligente, se que puedes ver a través de sus manipulaciones. Nunca nos dejarías ser los peones de un humilde mortal.
Un peón. Él y su madre ya habían sido antes peones de una mortal.
Suplica el perdón de Olya… Nunca más.

Has visto a la familia de Jaejoong,—continuó Ren. —Ellos serían tus familia politica. El querría vivir entre ellos. Contuvo un estremecimiento.
Apenas sobreviví viviendo en esa caravana. ¿Qué tan bien encajarías allí?
Yunho preferiría morir.

Tengo una idea, vampiro,—dijo Ren repentinamente. —Llévame con tu oráculo.
¿Por qué?—preguntó, todavía dándose patadas a sí mismo por saciar al humano.
¿Me preguntaste que quería hacer esta noche? Quiero hacerle una pregunta sobre el futuro. Yunho suspiró, teletransportándolo junto a Hag.

Tan pronto como aparecieron en la cocina de la fey, Hag le dijo a Ren. —Oh, eres tú.
Entre dientes apretados, Ren dijo, —¿Cómo supiste que era yo?
¿Incluso antes de que dijera una palabra?
A causa del maquillaje—murmuró Hag. —Los montones y montones de maquillaje.

Ren dijo amablemente, —Acabas de asegurar tu muerte. Una vez que tu utilidad se acabe, Yunho me traerá tu cabeza. La utilizaré como un caza—moscas.
Los ojos de la fey se volvieron verde bosque con la ira. —Eso no está en mi futuro, dios.
Este es mi Novio, Hag.—Yunho interrumpió bruscamente, perplejo por su hostilidad. —No es Jaejoong. Un poco de respeto, entonces.

Muy bien.—Pero los ojos de Hag todavía centellaban.
Has ayudado a Yunho a ver su futuro,—dijo Ren. —Quiero una respuesta sobre mi propia
pregunta.—Solo puedo hacer un número de tiradas por día.—Ante la mirada amenazante de Yunho, Hag añadió. —Pero lo intentaré.—Pregunta a tus huesos si la Horda aceptaría a Yunho como su rey si yo estoy a su lado.

Eso no es tan simple.
Lo es. Él es en parte Dacian. Ellos cortan todos los motivos improcedentes y se centran solo en sus objetivos. El primer objetivo de Yunho es convertirse en rey de la Horda. Quiero saber si soy la llave al trono de la Horda.
Hazlo Hag.

La fey de mala gana se quitó el saco, extendiendo la tela. Lanzó los huesos, leyéndolos.
¿Bien?—exigió Yunho.
Como si las palabras le fueran arrancadas, Hag dijo, —La Horda te aceptará si Ren está a tu lado — y si es un vampiro. Minho el Leal y sus hombres te cederán el Castillo de Helvita y te jurarán lealtad.

Minho de rodillas ante mí, mientras decido si debo decapitarlo… Los ojos entornados de Yunho se agrandaron.
Ahí, Yunho,—dijo Ren, —como te prometí, voy a poner la corona justo en tu cabeza. Serás un rey, como JiYool la Audaz quería. Y después de gobernar la Horda, vas a utilizar ese ejército para apoderarte del trono de Dacia. Está todo tan cerca. Sólo estamos esperando por ti, mi rey.

Rey. Su pecho le dolía con deseo. Coronado, gobernar, poder.
Construiría un monumento a su madre en el viejo castillo de In Wook.
Si no lo arrasaba hasta el suelo, piedra por piedra sangrienta.

Ahora, Yunho,—Ren comenzó, —¿Podemos tener más bienes y servicios ofrecidos en el departamento? Tu pareja anhela rubíes. Y diamantes ojos de gato. Tal vez un collar romano salpicado de esmeraldas…