Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 10

Capítulo 10

—Siéntate—Yunho indico el comedor. Encima de la extensa mesa había platos, cubiertos de plata y dos lugares puestos con suficientes utensilios para confundir al chico.

Jaejoong miró a su alrededor —¿Quién cocinó esto?

—Un chef vino antes—dijo Yunho eventualmente sorprendido, por su prolongada lucidez. Antes de que Jaejoong despertara, había observado la subida y la caída de su pecho, con los párpados cada vez más pesados.

—¿Cómo logró el cocinero atravesar el campo de fuerza?—Preguntó "Pensé que era impenetrable.”

—Lo es —En teoría, el límite nunca podría ser roto, protegiéndolo contra las legiones de inmortales que darían cualquier cosa por matarlo o capturarlo, sólo para castigar o presionar a Yunho. Si es que podían encontrar este lugar.

Pero Yunho no correría ningún riesgo. En su larga vida, había encontrado que cada vez que uno describía algo en el Lore, como siempre o nunca ocurre, el destino usualmente le demostraba que estaba equivocado.

—Puedo abrirlo a voluntad, por supuesto.

Cuando Jae escogió el asiento al final del lado derecho, le espetó: —¡Ah—ah! Ese no. Tú no te sientas allí. Él no había tenido control sobre la puta mortal de In Wook en aquellos años, pero ahora, en su propia casa, haría las reglas para este humano.

—De acuerdo, de acuerdo—Jaejoong se trasladó a otro sitio y tomó asiento.

—Continúa.

Con una mirada hostil, Jae desenrolló la servilleta y la colocó sobre su regazo, entonces con la cuchara sirvió porciones en su plato. Cuando empezó a comer, tomo delicados bocados de diferentes platillos, Yunho notó que su comportamiento en la mesa no era tan tosco como él había esperado.

Jae escogió ese momento para levantar un bocado de foie gras, (paté) dejándolo caer en su plato con un plaf. —¿Qué es esto?

—No es la comida provinciana a la que estás acostumbrado, pero tendrás que comerla

—Estoy lleno.

Su plato apenas había sido tocado. —Come, más.

Cuando Jae empezó a mordisquear el aderezo, él dijo —Eso es perejil.

—La única cosa que reconocí.

—Come de todo lo demás.

Después de una pausa consiguió tomar otras viseras, cortó una suculenta cola de langosta, le dio un mordisco vacilante, entonces furtivamente la escupió en su servilleta.

Dos cosas lo golpearon. El nunca había tomado langosta y al tonto descarado no le gustaba. Incluso Yunho recordaba el sabor de esta.

Con el salmón no le fue mejor. Pronto había más comida en la servilleta que en su estómago.

—La comida huele delicioso, o al menos lo haría para un ser humano—dijo Yunho —Especialmente para uno que podría comerse un caballo ¿Estas desafiándome una vez más?

—Nací y me críe en una montaña. Luego fui a prisión. Nunca he comido de esta manera. Mariscos lujosos como estos. Si querías que comiera pescado, este debería venir en una bolsa de Mc Donalds.

Ah, sólo es eso. —Entonces, come el pan.

Jae comenzó a untar un rollo de hojaldre. —¿Ren realmente quiere subir de peso?—Cuando él asintió, dijo —¿Y tú estás de acuerdo?

Yunho pensó que estaba hermoso ahora, casi irresistible, pero no tenía ninguna preferencia en particular. Más carne significaba más de lo que ya le gustaba. Y Ren sería el único que habitaría el cuerpo por toda la eternidad. —Si mi novio lo quiere, entonces estoy de acuerdo.

—Bieeen, pero no digas que no te lo advertí, porque demasiado pan y mi trasero obtendrá proporciones enormes —El dio un mordisco.

—Tomo nota

—Hablas gracioso. ¿Tú acento es europeo?

Yunho rodó los ojos. —Es ruso.

—¡Espera! ¿Dijiste novio?—Farfulló Jaejoong. —¿Estás casado con él?

El vampiro exhalando impaciente, sentado a la cabecera de la mesa. —El matrimonio no es necesario para mi clase. Nuestro vínculo es mucho más fuerte.

—¿Cómo qué?

—Un Novio es el compañero de un vampiro, la única pareja que significa todo para él. Ren es mío.

Jae procesó esa información —mente abierta—entonces le preguntó

—¿Cómo sabes que es él?

Él inclinó la cabeza de esa manera evaluándolo, como si estuviera considerando los pros y los contras de responderle. —El me sangró—Ante su mirada interrogativa, dijo —Cada vampiro adulto macho camina como un muerto en vida hasta que encuentra a su compañero y él lo sangra, lo trae de vuelta a la vida. Ren hizo que mi corazón volviera a latir, hizo que mis pulmones inhalaron aliento —En un tono ronco, añadió. —Entre otras cosas.

—¿Cómo sabes que no fui yo quién… te sangró?

Un músculo palpitó en su mandíbula. —Porque el destino no podría despreciarme tan indeciblemente. Buscaría el sol de mediodía si fuera emparejado con alguien como tú.

—Como yo—repitió Jae con suavidad. Se habían burlado de él demasiado a menudo durante su vida para sentirse ofendido. Su piel era tan gruesa como una armadura.

—Sí, como tú. Un ignorante, mortal cajero de Kmart. —tomó el cuchillo más afilado de sus cubiertos, distraídamente lo giró entre su pulgar izquierdo y dedo índice.

—¿Kmart? Tendría que haber tenido mucha suerte. Esos puestos de trabajo eran difíciles de conseguir. Trabajaba en la tienda de provisiones de mi tío.

—Entonces eres incluso peor. Un aprendiz de cajero con aspiraciones a Kmart.

—Aún mejor que un demonio.

—Ren no es un demonio—rechinó. —Yo no tendría uno de ellos tampoco.

—Oh, es cierto, el es un dios. Y tú eres un vampiro. Supongo que los Pookas son reales, también.

¿Y los cambia formas?—Entonces sus ojos se abrieron. —¿El Mothman es real?

En las montañas, todo el mundo había oído hablar de ese ser alado demoniaco, con orbes rojos por ojos. Continuaba habiendo avistamientos incompletos de lo que volaba entre la penumbra y el polvo de carbón.

El policía que apresó a Jae había bromeado con los demás que podían haber tenido un avistamiento del Mothman la noche de su detención, un encuentro entretenido sobre la aislada Montaña Taebaek Sanmaek.

—Todo lo que has soñado es real —dijo Yunho. —Cada criatura que crees un mito. Nosotros llamamos a nuestro mundo Lore. Y para que conste, Mothman es un pusilánime.

Sus labios se separaron al oír eso —¿Cómo es que los de tu clase no se muestran a los seres humanos?

—Somos castigados cuando innecesariamente nos revelamos como inmortales.

—Así que todos estos "mitos" ¿están afuera caminando en secreto por las calles?

—Y gestionando gobiernos, protagonizando películas, infiltrándose en las monarquías humanas. Tú especie es notoriamente débil y distraída en comparación con los Loreans, por lo que vagamos libremente sobre la tierra, los dioses caminan entre tu gente.

Un pensamiento horrible se le ocurrió a Jae. —Si tú has bebido mi sangre,

¿me convertiré en un vampiro también?—¡Di que no, di que no, di que no!

Yunho exhaló. —Si fuera tan simple.

—Oh ¡Gracias a Dios! Uff...

Al vampiro no le gusto eso en lo absoluto. La tensión vibraba de él.

Apretó la punta del cuchillo que tenía contra la yema de su pulgar derecho, girándolo hasta que la sangre empezó a gotear.

El silencio reinó. —¿Yunho?

Él no respondió, gota, gota…

Jae jugueteo con la servilleta. La tranquilidad poco familiar aumentó su nerviosismo.

La cárcel había sido un continuo asalto para sus oídos. Durante el día, los presos golpeaban los barrotes, los guardias pisoteaban los escalones de acero al subir y bajar. Sonaba como un desordenadocajón de utensilios siendo abierto y cerrado de golpe, repetidamente.

Por la noche, misteriosos gemidos tanto de placer como de dolor resonaban en el pabellón. Alaridos descontrolados. Al asesino serial al otro lado del corredor le gustaba silbarle en la oscuridad…

Finalmente Yunho chirrió —He tenido mortales que me rogaron por convertirlos. La mayoría de los seres humanos daría cualquier cosa por ser inmortales. Es considerado un regalo inestimable.

Miró en otra dirección, a pesar de su nueva herida. —No me gustaría eso.

—¿Nunca enfermar, nunca envejecer?

Jae tenía un talento innato para la empatía, para ponerse a sí mismo en los zapatos del otro. Ahora se imaginaba lo que sería vivir miles de años, como Yunho aparentemente había hecho.

¿Cómo podría disfrutar cada día de su vida cuando el suministro de de ellos era ilimitado? ¿Cómo podría experimentar asombro o entusiasmo?

—Todo lo que podía pensar es que sería agotador.

¿Una expresión sombría había cruzado su rostro?

—Entonces, si no me convertiré en un vampiro —dijo Jae —y no es tan fácil de hacer, ¿cómo estarán tú y Ren juntos?

—Busco un anillo que tiene el poder de transformarlo en un vampiro.

—¿Hacerlo un vampiro? ¿En mi cuerpo? Si él es un dios, ¿por qué, esta escarbando en mí como una garrapata?

Él simplemente lo miró con esos ojos espeluznantes, girando el cuchillo mientras su sangre comenzaba a reunirse sobre la superficie de la mesa.

A pesar de que lo aterraba, Jae siguió adelante. —¿Por qué iba a estar dentro de mí, de un cajero?

¿Por qué debo creer que es una… deidad?

—Entiéndeme muchacho, yo no miento. Nunca. Fue condenado a una forma humana.

—¿Quién lo maldijo? ¿Por qué lo puso en mí?

Al ver que no tenía intención de responderle, dijo. —Mira, ustedes están recibiendo mi cuerpo en este acuerdo. Yo no estoy obteniendo nada. Dijiste que te gustaba un buen negocio ¿cierto? Debes reconocer que esto no es exactamente un intercambio justo. Te mataría que me dijeras ¿por qué él necesita mi cuerpo?

Sus ojos tenían una mirada lejana y profundizaban en color, diciéndole que su mente estaba a la deriva. ¿Disociación? Había visto la misma expresión esta mañana cuando él había fijado las pautas. Se le ocurrió entonces que este vampiro no era solamente malo.

El Enemigo de lo Antiguo podría estar clínicamente loco.

—Otro dios lo maldijo a tomar una forma mortal —Yunho finalmente dijo, luchando para frenar la locura de nuevo. Sacudió su cabeza. Enfócate. —No sé por qué fuiste elegido.

—¿Qué dios?

Ren tenía un gemelo, Rin. Cada hermano obtenía su fuerza de la vida. Rin de la creación y protección de esta, y Ren de sesgar y consumir almas. Cuando Ren hizo una tentativa de más poder, matando indiscriminadamente y alterando el equilibrio, Rin se había unido fuerzas con otros dioses y maldijo a Ren a experimentar la muerte una y otra vez como un ser humano. —La maldición de la mortalidad—murmuró. —¿Puede haber algo peor?—Bajó la mirada, sorprendido de encontrarse a si mismo enterrando la punta de un cuchillo en su pulgar.

—Yunho, ¿por qué fue maldecido? —Jaejoong continuo descuidadamente.

Se lamió la herida que goteaba de nuevo. —Porque él es como yo—Un ser insaciable de poder. — El vio una jugada más, y la tomó.

—No entiendo.

—Hazlo, No me importa una mierda —Él estaba enfermo de que los otros actuaran como si estuviera pronunciado un disparate. Él mataba a la mayoría que elegía cuestionarlo.

Pero no podía dañar al humano ante él, al joven de firmes ojos negros midiéndolo. Clavó la mirada en ellos por un largo rato, sorprendido al encontrar que se sentía más equilibrado.

—¿Cómo pudo un joven de los Taebaek Sanmaek alguna vez quedar atrapado en algo tan… poco probable?

Sin romper el contacto visual, se reclinó en su silla. —Me pregunté eso a mí mismo continuamente desde el primer momento en que te vi.

Después de todo, al principio, no tenía idea de que eras algo más que un simple humano, no tenía idea de cómo yo podría estar conectado a ti.

¿Por qué estaba conversando tan fácilmente con Jae? ¿Tal vez porque él sabía que iba a llevarse sus secretos a la tumba? ¿Y pronto? Por alguna razón, las palabras parecían extraídas de él.

—Imagina mi absoluta decepción hacia ti, hombre. Yunho el Enemigo de lo Antiguo —el vampiro vivo más temido, hijo de un rey y nieto de otro—¿emparejado con un mortal? Mucho menos un mortal sin ninguna distinción. Estoy dando a entender que tú gente es peor que los campesinos. En lugar de indignación, la curiosidad iluminó su rostro. —Espera.

¿Yo vine primero? ¿No me encontraste gracias a él? Oye, ¿estás diciendo que eres un príncipe?

—Sí, campesinos— repitió lentamente. —Lo más bajo de lo bajo entre los humanos —Entonces él enuncio, —Excesivamente atrasados y vulgares montañeses.

—He sido llamado peores cosas, señor —Con su cejas arqueadas, exhaló con impaciencia. — Contrabandista, destilador clandestino, campesino sureño, basura de remolque, patán, y, más recientemente, condenado a muerte.

—¿Ninguna referencias a la minería? Estoy decepcionado.

La tristeza brilló en sus ojos expresivos. —Mi padre murió en un derrumbe en la mina. Desde entonces, ninguno de mis parientes trabaja bajo tierra.

—¿Naturalmente, la gran malvada compañía de carbón fue la culpable?

—Estoy seguro que hay buenas empresas de carbón por ahí, Va—Co no es una de ellas. La minería se terminó para nosotros.

—Por lo que continuarán siendo extremadamente pobres.

—Supongo que, la conclusión más acertada es que los insultos sólo duelen cuando vienen de alguien a quien respetas.

—¿Entonces nadie te enseñó a respetar a tus superiores?

—¿Crees que eres mejor que yo porque tú eres un príncipe?—¿Había sonado incrédulo?

—Soy un rey desplazado de dos facciones de vampiros. Ahora trabajo para reclamar mis tronos. 

—¿Por qué estoy diciéndole esto? No le importaba un comino si lo respetaba. —En cuanto a lo otro, creo que soy mejor que tú porque eres demostrablemente mi inferior en todos los sentidos. Inteligencia, riqueza, salud, apariencia, linaje, ¿debo continuar?

Jae agito la mano. —¿Cómo me encontraste? Obviamente eres rico, ¡oh, y de la realeza!, ¿por qué estarías en una de las zonas más pobres de Asia?

Separó los labios para decirle que se callara, pero él diligentemente tomó otro bocado de salmón, en realidad lo tragó. —La llegada de mi Novio había sido pronosticada. Un oráculo predijo dónde y cuándo estaría.

Pero no que sería—El mismo oráculo que le ayudaba ahora, una Fey llamada Hag.

Echó un vistazo al plato de Jaejoong. El tomó otro bocado.

—Te encontré cuando tenías catorce años, pero no provocaste mi sangrado —Había asumido que era demasiado joven. —Decidí entonces que nunca regresaría, caminaría como los muertos antes de estar eternamente vinculado a una criatura tan baja como tú. —Independientemente de que él prometía ser físicamente hermoso.

—Entonces, ¿por qué volviste?

—Por pura curiosidad —Podría haber sido pura curiosidad, pero esto lo había atormentado, y había regresado tres veces más.

Cuando tenía quince años, una belleza en ciernes, lo había encontrado nadando una noche con un chico, con impaciencia explorando un beso con él. A los diecisiete años, había estado al borde de lo espectacular, con su piel bañada por el sol, los ojos muy negros, y características impactantes, sin embargo, todavía demasiado humilde para tentarle.

Hasta un año después… —Justo cuando juré rechazarte por siempre, te encontré en el bosque en un improvisado altar, rodeado de cuerpos.

La expresión de Jaejoong se endureció. —No era yo. sino Ren.

—Sí, Ren —suspiró. Cubierto de sangre de pies a cabeza, audaz y letal, él me sangró inmediatamente. Ahora veía el pasado de Jaejoong, saboreando el recuerdo de esa noche…

Entre inexpertas inhalaciones, él preguntó —¿Quién eres? —Él sabía que la conciencia del mortal había desaparecido, sintió la ausencia de Jaejoong.

Ante él había otra entidad.

—Soy Ren, vampiro —Su acento había cambiado. —Tú dios, atrapado en la mortalidad.

Todos los vampiros sabían que Ren había sido engañado en su alto plano y había sido maldecido por su hermano a vivir dentro de los seres humanos al azar, uno tras otro, experimentando en repetidas ocasiones su propia muerte a través de ellos.

Si Yunho había tenido alguna duda sobre su identidad, la había eliminado hablándole en ruso, en el acento real. No había manera de que un ignorante campesino de dieciocho años, conociese esa lengua.

Y además, Yunho se merecía un dios. Él sabía que el destino no lo habría emparejado con ¡el humilde Jaejoong Kim!

Durante miles de años había buscado dominar a los vampiros de la Horda. ¿Cómo iban a negar su reclamo con Ren, el protector de los vampiros, como su pareja?

—¿Te he de sangrado?—Preguntó con sedosa amenaza.

—Sí, soy Yunho, tú hombre.

—No tengo ningún hombre y no acepto un amo—le espetó él. —¡Soy un dios!

—Eso es una vergüenza—respondió sin problemas, haciendo caso omiso de los latidos de su nuevo corazón y el endurecimiento insoportable de su eje, negándose al frenesí de su demanda, a hundir sus colmillos profundamente en su carne. —Porque eres mío, yo podría encontrar una manera de extinguir el alma humana, y luego hacer tú cuerpo inmortal.

—¿Yunho? —El estrechó sus ojos. —El antiguo, descendiente de dos líneas reales con un gran poder. Incluso yo he oído hablar de ti.

—Y muy pronto tengo la intención de apoderarme de mis reinos. Y tendré a mi pareja inmortal a mi lado.

El se acercó más. —¿Tú me harías inmortal en este cuerpo?

—Con el tiempo, podría encontrar una manera. Nada podría detenerme.

—Sin embargo, ¿deseas aparearte conmigo ahora? Para completar el sangrado.

Cada vampiro tenía que experimentar su primera liberación tocando el cuerpo de su Novio. La mayoría de los vampiros sólo tomaban a sus parejas, pero Yunho sabía que él no podría. Teletransportándose a pocos centímetros de él, lo tomó por la nuca con una mano temblorosa. —La única cosa más grande que mi necesidad es mi fortaleza. Tú forma mortal es demasiado frágil para que yo te reclamé. Pero debo finalizar esto.

—Entonces no te daré este cuerpo hasta que destruyas el alma de Jaejoong y sea mío del todo. Por el momento, puedes tener tu alivio físico de algún modo…

—¿Yunho?—Jaejoong interrumpió sus pensamientos.

Al recordar el interludio con Ren, le lanzó una mirada de odio renovado al muchacho. Esa noche él y el dios hablaron hasta el amanecer, de sus objetivos. Una y otra vez, había descubierto lo bien que encajaban.

Ren era su igual en todos los sentidos —una pareja ante la que incluso JiYool se inclinaría.

¡Blyad! ¿Cómo podía su Novio esperar que usará a Jaejoong? Tal vez Ren no veía la dicotomía entre los dos seres, pero era evidente que Yunho sí.

Sería como tomar un hombre completamente diferente.

Una vez que Ren entendiera mejor sus circunstancias, no estaría tan deseoso de que Yunho disfrutara de otro. Imaginó cómo se sentiría si la situación fuera al revés.

Homicida.

Aunque había despreciado a Jaejoong en su adolescencia, incluso había sido erróneamente protector con él. Cuando lo había visto besarse con ese hombre, Yunho arrojó su camión hacia el valle. El hombre había salido del agua para investigar, por lo que Yunho le había caído encima también…

-Tal vez Ren no siente celos porque él no siente nada por ti, una parte de su mente le susurró.-

Sí, Yunho se enorgullecía de predecir las acciones de otros,

¿realmente anticipó el levantamiento de Ren para él mañana por la noche?

Aunque le costaba creerlo, el dios no estaba convencido de sus encantos. Un absurdo, lo sabía, pero ¿quién podía entender la mente de los dioses?

Yunho resolvió echarlo a perder aún más y demostrarle su destreza en la cama, para asegurarse de que él lo necesitaba para otras cosas.

Exhaló. Había pasado tanto tiempo desde que había tenido relaciones sexuales que no podía haber retenido ninguna destreza. Sonrió con satisfacción, pensando, tal vez debería practicar con Jaejoong.

Una sacudida repentina de lujuria lo golpeó como un puñetazo, borrándole la sonrisa. Afilo su mirada en él. Estudiando sus ojos negros que se encontraron con los suyos.

La idea era acertada. O tal vez me estoy agarrando a un clavo ardiendo, racionalizándolo porque quiero tocar a un humano.

No, el cuerpo compartido de su Novio confundía su dañada mente.

Esa era la única razón por la que lo deseaba.

¿A menos que me parezca más a mi padre de lo que me atrevo a admitir?

• Pookas: Duendes pequeños y deformes más temidos en Irlanda, el disfraz con el que aparecen con mayor frecuencia es el de un caballo oscuro, aunque dependiendo de la zona toman otra apariencia, un ogro enorme peludo, un águila con una envergadura enorme o un chivo negro con cuernos retorcidos.