Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 19

Capítulo 19

La costa.

Jae estaba viéndola, sus manos y mejillas presionadas contra la frontera invisible.

Estaba tan cerca que podía oler la sal en el aire, podía oír las olas, pero no podía tocar nada. El límite existía únicamente para el porche cubierto de Hag, como Yunho había sabido obviamente.

La frente de Jae aun palpitaba. El paisaje delante de él era tan diferente de sus amadas montañas, la vista aquí abierta y alarmantemente infinita.

Sus hombros se tensaron cuando Yunho se colocó junto a él. Dejó caer sus manos, furioso consigo mismo de que el lo atrapara mirando nostálgicamente al océano. —¿Me dejas estar así de cerca pero no me dejarás tocar la arena, el agua?

─Es justo como con las joyas.—Sus palabras goteaban diversión.

─Serás feliz simplemente de haber visto esto.

Jae dijo en voz baja, ─Te odio más que al infierno.

─Lo sé. Confórtate con saber que solo tendrás que lidiar conmigo por unos pocos días más. Con la nueva poción de Hag, podre soñar con el anillo esta noche. Por lo que, ¡podrías estar muerto mañana!

─Planeo regresar y atormentarte.

─Entonces tendrás que formarte. Por ahora, regresaré en un par de horas o nunca.

─Sé lo que espero. Después de que Yunho desapareciera murmurando un juramento, Jae se volcó a idea tras idea para su fuga. Pero él solo no sabía lo suficiente acerca de este mundo para navegar su situación actual.

Permaneció en el límite hasta que la luz del día desapareció sobre el océano en un tumulto de violetas y naranjas. Vistas como estas podían hacer que un chico quisiera no estar ya muerto.

Con pesar en el corazón, fue adentro, tomando un taburete en el mostrador de Hag.

La vidente estaba trabajando en alguna poción, parecía ajetreada. Transpiración goteando sobre su labio, rizos sueltos pendiendo sobre su rostro sonrojado. Incluso las puntas de sus puntiagudas orejas estaban rosadas. Y aun Hag estaba hermosa con sus fantasmales ojos cafés y delicados rasgos.

Dos de los dos inmortales que Jae había conocido eran sobrenaturalmente hermosos. Lo que sugería la pregunta —¿Cómo se había ganado esta su nombre?

Hag tomó lo que parecían ser huevos azules endurecidos, luego comenzó a molerlos con un mazo y un mortero. Cuando su delantal se abrió, Jae se congeló. La vidente tenía un teléfono celular atado a su cinturón.

Decidió ganarse a Hag, tal vez convencerla de una llamada telefónica. Con ese pensamiento en mente, Jae regresó al cofre de comida y ordenó, ─Dos Coca—colas heladas. Dos vasos de Coca fría aparecieron. Para alguien que amaba la comida tanto como Jae, este cofre era como un arca sagrado.

Jae llevó las bebidas de vuelta al mostrador, colocándola una enfrente del oráculo. ─Tú no me pareces una bruja.

─Y esperaba tanto no desilusionarte.

—¿Así que cual es tu nombre real?

Silencio.

La mirada de Jae cayó en el viejo libro que yacía cerca del mortero.

—¿Es un libro de hechizos?—lo recogió, corriendo sus dedos por la cubierta. ─Nunca sentí una piel tan suave. ─De hecho de un humano dedicado al cuidado de la piel.

Jae lo dejó con un escalofrío. —¿Realmente puedes ver el futuro?

─Si.

—¿Puedo abrir una ventana?

─No.

─Tus orejas son puntiagudas.

─Y tus ojos funcionan.

─Podría hacer la molienda por ti, —se ofreció Jae. —¿Por qué no me pones a trabajar?

─Creo que las órdenes de Yunho fueron que te sentaras, te callaras, y no tocaras nada. Sugiero que las obedezcas, Jaejoong.

Su actitud condescendiente lo irritaba. ─No soy un niño.

─Para nosotros, bien podrías serlo.

—¿Qué si te noqueo y robo tu teléfono?

La vidente hizo rodar sus ojos. ─Inténtalo, mortal.

Planeo hacerlo. ─Date por advertida, Hag.

─Incluso aunque de alguna manera obtuvieras un triunfo sobre mí, lo tengo bloqueado con una contraseña.

Maldición, de vuelta a la simpatía. En un tono más conciliador, dijo,

─Puedes llamarme Jae, si quieres.

─No quiero.—Hag corrió el dorso de una mano teñida de azul sobre un brillante rizo café. ─Mira. Esta es la parte en la que intentas trabar amistad conmigo para que yo te ayude, ahórratelo. Solo sirvo a los intereses de Yunho.

—¿Y los de Ren? ¿No te importa que un asesino psicópata este suelto en el mundo?

─Si ese es el deseo de Yunho, entonces también es el mío.

—¿Le temes tanto?

─Le debo a Yunho mi vida. Además, sería una locura no temerle al Enemigo de lo Antiguo.

—¿Están ustedes dos involucrados?

─Claro que no. El tiene un Novio al que le es fiel.

─Pero Ren y Yunho no son íntimos.—Al menos, yo no creo que lo sean…

─No voy a discutir esto contigo.

Yunho apareció en la habitación, haciendo que Jae brincara en su asiento. Desde la última vez que lo había visto, él se había puesto un abrigo largo, hecho a la medida sobre sus amplios hombros. El estaba sin aliento, con rayas de tierra en una mejilla y lodo salpicando encima de sus piernas. —¿Ren ha intentado levantarse?

─El no está tratando por el momento, —dijo Jae ásperamente. —¿Puedo tomar el mensaje?

—¡Me prometiste que lo dejarías levantarse!

─Ren ni siquiera esta intentándolo, —¿Dónde es el incendio, vampiro? El había estado alejado del dios por años. ¿Ahora solo tenía que verlo?

—¿Qué dijiste?

─Ni—un—tic.

Yunho lanzo su puño sobre la pared, luego desapareció.

Hag suspiro sobre el orificio, luego regreso a trabajar.

—¿Es el siempre tan… intenso?—incluso cuando Jae y Yunho habían compartido de alguna manera una conversación normal anoche, el había estado zumbando con algo.

—Tú eres estúpido al insultarlo. Si el pierde el control, morirás — feo.

Nota personal: descubrir su definición de feo. 

—¿Qué sería necesario para que me ayudes? Todo lo que necesito es una llamada.

─Nada que tú tengas. Ahora, cállate.

Dos minutos después: —¿Tienes un baño?

—¿Pensando en escapar?

─Pensando en hacer pis, de hecho.

Hag le señalo hacia un pasillo lateral. ─No abras las ventanas o persianas en ninguna parte de la casa.

─Bien.—En el baño, Jae cerró la puerta detrás de él, paseando. —¿Qué voy a hacer?—murmuro. —¿Qué haré… que haré…?

─ Ven conmigo, —le respondió una voz susurante.

Una voz. ¡Desde el maldito espejo!

Jae se pegó contra la puerta. —¿Qui—quien eres?—¡Mente abierta!

─ La caballería, está aquí para salvarte.—La mano de una mujer apareció directamente a un lado del sorprendido reflejo de Jae — parecía como si viniera de adentro del espejo.

¿Caballería? Su corazón dio un salto. Pero entonces recordó lo que los enemigos de Yunho le harían. Harems, prostitución y cuernos.

Jae se giró y abrió la puerta, corriendo de vuelta a la cocina. —¡Hag!—grito. ─Hay — hay algo en el espejo, algo que quiere que vaya con el.

Hag dejo las hojas que había estado clasificando. —¿Espejo?—tomo el machete del gancho en la pared. ─ Mariketa la Esperada. Debe de haber buscado en cada espejo del mundo por tu reflejo.

—¿Quién es Mariketa?

─Ella es la líder de la Casa de las Brujas, una notoria banda de mercenarias.—Arma en mano, Hag corrió hacia el baño. Esto no va a terminar bien para Mariketa. Cuidadosamente Jae siguió a Hag. —¿Brujas mercenarias? ¡Tienes que estar bromeando!

─Han descifrado el encriptado de nuestra barrera. O al menos parte de ella.—En la puerta, Hag dijo, ─Ve adentro y dile que quieres ir con ella.

─Uh, está bien.—Jae entró, entonces encaró al espejo. ─Oye, ¿están ahí, la Caballería?

La voz contestó, ─No tengo todo el día, Novio de Yunho Tengo cerveza níquel y disco boliche esta noche.—Mariketa sonaba tan humana, tan normal, que Jae tenía sus dudas. Especialmente cuando Hag se deslizó a un lado del espejo y elevó el machete.

Mariketa continuó, ─No puedo atravesar el plano del cristal, a causa del hechizo límite de la vieja escuela. Pero puedes alcanzarme en el espejo y tomar mi mano. Yo haré el resto.

Hag la alentó a que continuara, así que Jae dijo, ─Bueno, está bien, aquí voy.

La fey metió la mano dentro del espejo, como si la estuviera metiendola en una piscina de agua. Mariketa dijo, ─Te tengo.

Hag respondió, ─No, Yo te tengo.

Su machete se estrello con el cristal. Un grito irrumpió. —¡Ahhh! ¡TU PERRA!

En un chorro de sangre, la fey brinco hacia atrás; Jae jadeó. Hag sostenía la mano cercenada de la bruja. Como una especie de bestia rugió desde dentro del espejo, la energía comenzó a llenar el aire, haciendo que el fino vello del brazo de Jae se erizara.

Usando la sangre, Hag dibujo frenéticamente raros símbolos en el vidrio, terminando justo cuando un destello de lo que parecía un rayo torpedeaba hacia ellos.

─Aguanta… mantente firme, —murmuro Hag. El rayo chocó en la superficie del cristal y de regreso hacia la oscuridad. Otro grito sonó — — ¡Pagaras por esto, fey! —luego silencio.

El cristal estaba sólido una vez más, los símbolos dieron la impresión de filtrarse en el espejo antes de desaparecer.

Hag se recargó contra la pared. ─Ellas sabían lo suficiente sobre nuestra clave para localizarte. Dioses oscuros, eso estuvo cerca.

─Me salvaste, gracias.

Su rostro palideció. ─ Estuvo demasiado cerca. Debí cambiar el encriptado hace una hora. No eras invisible para los enemigos. Yunho me matará por esto.

—¿No hay daño, no hay falla? No tengo ni un rasguño sobre mí.

─No conoces a Yunho.—La expresión de Hag era afligida.

—¿Qué si no le digo?

—¿Y qué querías a cambio?

La mirada de Jae bajo al teléfono. ─Sabes que lo que quiero.

─Le prometí al Lore nunca traicionar a Yunho. Incluso si quisiera dejarte llamar, es imposible romper mi juramento al Lore.

—¿Entonces que puedes darme?

Los ojos de Hag se clavaron. ─No lo sé… No puedo pensar.

─Mejor apresúrate. El podría regresar pronto. Oye, tal vez podrías contestarme veinte preguntas. En un repiqueteo rápido, Hag dijo, ─Tendría que reservarme el derecho de no contestar ciertas preguntas si dichas preguntas pueden inadvertidamente afectar los intereses de Yunho. Una persona inteligente puede recoger mucho únicamente de las preguntas que refute.

Por ejemplo, ¿Cómo acabo de recoger que es posible que los intereses de Yunho se vean perjudicados? ¿Y tú crees que soy inteligente?

─Entonces prométeme información acerca de este mundo, acerca de los inmortales en general.

─Ayúdame a limpiar, y haré que valga la pena.

─Um, si, necesitaré que prometas eso al Lore.

Hag miro a Jae. ─Tengo un presentimiento muy portentoso acerca de ti. Pero quiero vivir. Así que, prometo al Lore darte la información acerca de nuestro mundo.

─Está bien. Dime qué quieres que haga…

Hag le dio un polvo para verter sobre el lavabo y a lo largo del machete para hacer que la sangre desapareciera mientras ella desintegraba la mano de la bruja en otro recipiente.

Cuando todo estuvo en orden, Hag dijo, ─No importa cuán limpio lo dejemos — nos vas a entregar.

Él vera a través de ti. Jae regresó a su taburete. ─Mira, es como cuando la Ley viene preguntando acerca un paradero o un laboratorio. Incluso si me atrapan con una jarra brillante en la mano, lo niego. Me convierto en una pared de ladrillo. No soy el eslabón débil aquí.

─Huelo sangre de bruja, —entonó Yunho detrás de ellos.

La fey se giró algo rápido, pero Jae era un experto en esto. ─Si, no puedo creer que los monstruos como ustedes envíen mierda como esa por UPS. —Tamborileo sus uñas en el mostrador.

─Planeo reportarlos cuando escape.

─Uh—huh.—Yunho entrecerró los ojos hacia Hag. —¿Qué poción requiere sangre de bruja?

─Fortalecí la barrera contra ellas específicamente después de que me dijiste acerca de la recompensa. La Casa no se detendrá ante nada para capturar a Jaejoong.

El escrutinio el rostro de Hag, claramente sospechoso. ─Tal previsión.

─ Soy un oráculo. Muy buena.

—¿Cómo va tu búsqueda, Yunho?—preguntó Hag.

─Estoy cerca.—Giro su penetrante mirada hacia Jae. —¿Ren?

─Ni sus luces.

─Si descubro que la has estado conteniendo…

—¡Maldición, que no!

Yunho evidenciaba la más terrorífica apariencia que Jae hubiera visto nunca en un hombre. Le daba escalofríos, lo hacía querer buscar escondite. Entonces el desapareció.

Jae estaba a punto de exhalar un aliento contenido cuando recordó el viejo truco de la policía.

─Rostro firme, Hag. Él regresara enseguida...