Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 18

Capítulo 18

Varias realidades se habían hecho evidentes para Jae mientras los inmortales habían hablado en frente de él como si fuera un niño pequeño olvidado en una silla alta.

Uno: Yunho estaba teniendo dificultades para encontrar el anillo que era igual a la muerte de Jae.

Dos: Su concentración sufría cuando estaba chiflado.

Tres: Jae necesitaba volverlo loco tan a menudo como fuera posible.

Cuatro: Corría el riesgo de morir con cada intento. Y eso estaba bien.

Ganar… Ganar.

Sin embargo, ahora su severa expresión estaba haciendo un número sobre su coraje. Para reforzarse de nuevo, se recordó que estaba prácticamente ya muerto.

Jae había leído una vez un artículo sobre el desorden de estrés postraumático en tiempos de guerra. Recordó en particular lo que un oficial de la armada decía a los soldados nuevos en la primera línea. — Moriste el día que te apuntaste a esta guerra. Ya están muertos. ¿Por qué no ser valientes ahora?

Morí el día en que Ren me poseyó. ¿Por qué no llevarme la cordura de Yunho conmigo?

Con la voz vibrando de cólera, el vampiro dijo, —Había sido torturado y privado de sangre durante semanas antes de enfrentarme a La Dorada. Jae le miró como si estuviera ligeramente avergonzado por él.

—¿Pero no era ella todavía una momia o algo así? ¿Regenerándose y todo eso? Suena como si fueras el peso mosca para un peso pesado. Por el rabillo del ojo vio caer la mandíbula de Hag.

Yunho se teletransportó frente a él, apretando sus puños con tanta fuerza que la sangre comenzó a gotear de ellos. —La bruja tenía una docena de wendigos protegiéndola que derroté.

—No sé lo que es un wendigo. Podría ser un conejito del Lore. Pero suena como si consideraras esa hazaña una gran cosa.

Hag intervino. —Los wendigos son zombies voraces, contagiosos incluso para los inmortales, rápidos como el rayo, con garras y colmillos tan largos como espadas. En el pasado, uno habría sido suficiente para diezmar una especie entera de inmortales. Mucho mas una docena.

En un tono alegre, Jae le preguntó, —Eres muy dulce con Yunho, ¿no es así?

Ahora Hag se dirigió hacia ella con malicia no disimulada.

En un tono incrédulo, Yunho rechinó, —Tu insolencia.

—Solo me estoy divirtiendo con ustedes dos payasos. Pero en serio, Yunho, debes derrotar a La Dorada antes de preocuparte por el anillo. Hag dijo, 

—Si no cierras la boca, sellaré tus labios por ti. Jaejoong se encogió de hombros. —Supongo que no quieres hacer caso de mis consejos.

—Él dijo que te callaras.

Pero Yunho alzó sus manos. —De vez en cuando mi nueva mascota hace trucos. —A Jaejoong le dijo, —Habla.

—Si la Dorada puede controlar a todas esas diabólicas criaturas, entonces será mejor que la consigas mientras resuelve todo eso —Alzó su mirada. —Soy plenamente consciente de que no hay nadie que luche cuando tienen el poder sobre ti por completo.

—Si encuentro el anillo que busco, entonces podría derrotarlo con él.

—¿Me dijiste que podría tomarte un mes encontrarlo?

—Poco probable. Pero posible.

—La Dorada estará con toda su fuerza en una fracción de ese tiempo.

Siempre debes atacar la tarea sensible a tiempo en primer lugar.

—Una deducción razonable, pero no tienes todas las variables. La localización del anillo puede cambiar. Si no lo alcanzo, podría perderlo para siempre. —¿Y eso sería una vergüenza?

Justo cuando Jae decidió que había empujado demasiado lejos — y marcado sus tantos — él le dijo, —Ahora hablaré con Hag en privado.

—¿Dónde exactamente quieres que me vaya, Yunho?

—¿Querías ver el océano?—dijo en un tono enigmático. —Está justo afuera. Ve. Contémplalo. La excitación vibró a través de Jae. —¿De verdad?

—Estamos en Busan.

Jae saltó sobre sus pies, corriendo hacia la puerta principal.

Yunho murmuró, —En cinco, cuatro, tres…

—¿Qué estás diciendo?—Preguntó Hag.

—El mortal está corriendo de cara contra el…

—Aaahhhh.

—…límite. Sonrió con satisfacción.

—Normalmente no atormentas a tus presas, Yunho.

—Sí, lo hago, le corrigió. Y además mi presa suele ponerlo en marcha.

—¿Su mente esta defectuosa? La mente de los mortales se rompe tan fácilmente.

—El quiere provocarme, para aguijonear mi locura, tanto que lo ataque y lo mate.

—¿El está sacando provecho de tu mayor debilidad tan pronto? Entonces es sorprendentemente inteligente, ¿no?—Hag añadió un sobre de cristales verdes a un

matraz, y se consumió brevemente. —¿Estás seguro de que no es él tu novio?

—Cuidado, Hag, le advirtió, enfurecido de que ella incluso considerase que Jaejoong fuera para él. —Tus anteriores empleadores pueden haber perdonado tu descaro; yo no lo haré.

—Nunca predije que tu pareja fuera Ren.

—En pocas palabras lo hiciste. ‘Un ser grande y sin miedo amado por los vampiros, que asegurará tu trono para ti,’—dijo, —Jaejoong Kim, un pobre montañez de Taebaek Sanmaek, no va a inspirar amor a la Horda de vampiros.

Jaejoong no era de la realeza, no era noble, no era un vampiro. Ni siquiera de lo más bajo del Lore.

Ren era una deidad.

Hag apretó los labios. ¿Todavía no estaba convencido? ¿Cómo podía ser él? Por supuesto, la pareja de Yunho era un dios.

Él tenía la intención de comenzar una dinastía con Ren que durara para la eternidad. La madre de esa dinastía no podía ser un ignorante campesino mortal.

—¿Recuerdas la primera vez que encontré a Jaejoong?—preguntó.

—¿Cómo regresé y te dije que había sido un error? Clamé y negué tu visión, hasta que encontré a Ren y todo cobró sentido. Fue como una epifanía. Y te recuerdo que nunca fui sangrado hasta que vi a Ren.

—Podría lanzarlos ahora. Saber con certeza.

—Es lo mismo que lanzarlos para saber si el cielo es azul. ¿Para que perder tu poder en eso, cuando apenas puedes conseguir lo suficiente como para ayudarme como está? Entre otras cosas, se suponía que habías localizado a la reina Valkyria. Pero fue en vano.

Cuando ella abrió la boca de nuevo, Yunho la cortó. —Diosa de la sangre triunfa sobre camión de basura mortal. Punto. Incluso entretenerse con la alternativa es ridículo. Niveló su mirada con la de ella.

—No podría— y nunca podré — renunciar a Ren. Plantea este tema de nuevo de cualquier manera y cortaré tu garganta hasta la columna vertebral. ¿Entendido?

Ella musitó, —Entendido.

Al menos una mujer sabía cuando retroceder ante él. No es que Hag fuera cobarde, pero sobre todas las cosas, la hembra fey había destacado en la elección de sus batallas. —Ahora, teniendo en cuenta a la Dorada. No quiero usar el anillo para derrotarla.

Había planeado no usarlo más de tres veces. Aunque el anillo de Sums era fácil de utilizar, era uno de los talismanes más difíciles en el Lore. El anillo podía convertir casi cualquier deseo en realidad, pero entre más se usara, el decidía malinterpretar los deseos.

En el pasado había oído de dos poseedores. El primer deseo de un hombre fue una fortuna de oro. Cofres de lo mismo aparecieron frente a su puerta principal. El cuarto deseo de otro hombre fue lo mismo. El oro había caído desde el cielo, sepultando a su familia.

Y el anillo no permitió que ningún deseo fuera revertido.

Yunho bien podía poner a La Dorada en espera y arriesgarse a una malinterpretación del anillo para más tarde, o encararla ahora y arriesgarse a que el anillo fuera trasladado de las instalaciones de Shim.

El movimiento lógico en realidad sería buscar a la hechicera. —Encuéntrala para mí, dijo Yunho, —Y la afrontaré.

Hag asintió con la cabeza. —Estaré en su búsqueda tanto como mis visiones me lo permitan. —¿Y qué hay de mi confusión, mi falta de concentración?

—Tu novio puede calmar tu mente tan bien como cualquier cosa que pueda preparar para ti.

—¿Qué debo hacer? ¿Llevar a Ren conmigo mientras lucho para recuperar mi anillo?—El no se levantará de todos modos, susurró su mente. No, esta noche lo haría. Debía hacerlo. ¿Sería suficiente para calmar su mente?

En cualquier caso, buscaría una poción. —No puedo exponerlo al Lore. Mis enemigos podrían aniquilarlo. —Entonces aproxímate a él tanto como sea posible. Háblale. Tócalo.

—Es inconveniente. Solo prepara algo para mí.

—Hay un remedio, pero necesitaré la ceniza de cinco vides para hacerlo. Las vides no se encuentran usualmente en este plano. Tendré que hacer una tirada para localizar alguna.

—Hazlo. Sacó ese rollo de tela negra de su cinturón, desenrollándolo en el mostrador, soltando docenas de pequeños huesos de varias formas. Ella los cogió y los lanzó como si fueran dados, entonces estudió su localización, enfocando su visión.

—Hay una manada de cambiaformas lobeznos en los bosques de Moldavia. Ellos utilizan las vides para curar a sus esclavos mortales después de tener sexo vigoroso. —¿Cómo puedo encontrar la guarida de la manada?

Vacilante tiró de nuevo sus huesos. —Es un lugar a un día de viaje del Templo de Riora.

Riora, la diosa de lo imposible. —Conozco la localización. Quedaban unas seis horas antes del amanecer en Moldavia. Se teletransportaría hasta el exterior del templo, kilómetro a kilómetro, mientras revisaba de nuevo cada hora por si Ren se alzaba. —Iré directamente. Quiero la base de la poción preparada cuando regrese.

—Habrá docenas de machos, dijo Hag. —¿No puedes usar una deuda de sangre y conseguir una espada extra o dos? Solamente un loco asaltaría una guarida de cambiaformas solo.

Yunho alzó una ceja. —¿Y tu punto es?