Capítulo
11
—Tengo
trabajo que hacer, —dijo el vampiro, mientras ubicaba a
Jaejoong de nuevo en su habitación, dejándolo tambaleante en sus
pies. ¿Se acostumbraría alguna vez a teletransportarse? —Te
quedarás aquí hasta que regrese por ti.
—¿Trabajo?
¿Regresar por tus tronos?
—¿Siempre
haces tantas preguntas?
—¿Siempre
contestas tan pocas de ellas?, —Respondió Jae, ganándose otra
mueca. —Sólo dime esto.
Si
Ren es tan excesivamente importante para ti, entonces ¿por qué me
dejaste en la cárcel?
—Estaba
seguro de que estarías físicamente a salvo.
—¿Y
mentalmente?
—Me
importa menos. Sólo estoy interesado en tu cuerpo.
Típico
macho. —¿De qué tenía que estar protegido?
—Soy
el Enemigo de lo Antiguo. Hay muchos que dañarían a Ren para
vengarse de mí.
—Dañarlo.
En mi cuerpo.
Le
agarró la mandíbula, su piel sorprendentemente cálida. —Como te
he dicho, aquí estás protegido, muchacho. Al único que debes temer
es a mí.
Lo
que quería decir que era en el último lugar en el que necesitaba
estar. Jae podría forzar una cerradura, pero ¿pero como destrozar
una cárcel invisible? ¿Si había cerraduras místicas, habría
aperturas místicas?
—¿Qué
pasa con mis pertenencias? ¿Cepillo de dientes, ropa interior, etc.?
—Todo
lo que necesitas estaba en el cuarto de baño. Cualquier prenda de
vestir, —abrió una puerta en el corredor, —está aquí. —Él
había revelado un armario tan grande como su viejo remolque.
Sus
pensamientos se quedaron en blanco cuando él entró. Trajes,
abrigos, bolsos, pantalones en todas partes. Debía de haber varias
docenas de pares de zapatos, aún más suéteres y camisas.
Con
los ojos muy abiertos, giró en su lugar. —¡Estas son las ropas
más finas que he visto!
Yunho
apoyó el hombro contra la puerta. —Ellas lo serían. La alta
costura de Gangwon tiene reputación por sus carencias.
Sabía
que deliberadamente lo estaba insultando, pero optó por actuar como
si estuviera bromeando. Había luchado codo a codo con él y perdió.
Ahora iba a tratar en otra dirección.
Su
mamá siempre había dicho, —Consigues más con miel que con
vinagre. Y cuando te quedas sin los dos, alcanza los perdigones.
Jae
llegó a la conclusión que podría llegar a los perdigones muy
pronto.
Ahora,
dijo, —¿Gangwon y la alta costura? Pon una moneda en el tarro de
las contradicciones.
—Jae
serpenteó hacia la parte trasera, después de curiosear estante tras
estante.
En
casa, había tenido poca ropa —un par de jeans gastados, algunos
cortos para el verano, pocas camisetas, del equipo de guía. Luego,
en la cárcel, cuatro uniformes alternos.
Esta
selección era abrumadora. —¿Compraste todo esto para Ren?
Parecía
más relajado de lo que había estado en el comedor, tal vez la
miraba con un poco menos de hostilidad. —Lo hice.
Jae
trató de imaginar la reacción del dios. —El debió volverse loco.
—Deseaba
cada última prenda y chuchería, dijo, con marcado acento ruso.
—¿Y
terminaste comprando todo eso por él? Jae chasqueó los dedos. —¿Así
nada más?
—Por
supuesto. Ren es mi pareja.
—Tienes
que amarlo mucho.
No
dijo nada, sólo cruzó los brazos sobre su musculoso pecho.
—¿Lo
haces?
—Ya
te lo he dicho, él es mi Novio predestinado.
Si
había dicho la verdad acerca de no mentir —¿eso podría ser una
mentira?, Entonces Jae podría ver su respuesta como una desviación.
—¿Amas a Ren?
—Cuando
los mortales me hacen preguntas incesantes, habitualmente les arranco
las lenguas y los veo desangrarse hasta morir.
En
lugar de estar horrorizado, pensó, ¡Definitiva desviación!
¿Problemas
en el paraíso?
Haciendo
su tono casual, dijo, —Es bueno saber acerca de las lenguas. —Las
puntas rojas de sus dedos se perdieron amorosamente sobre el
resbaloso cuero de una chaqueta. —¿Puedo probarme esto?
Cuando
Yunho se encogió de hombros, Jae se deslizo en la chaqueta, su
mirada cambio a parpados caídos mientras la abrazaba cerca de él.
—Yunho, no podía haber imaginado este tipo de cosas.
—Una
vez más, aceptaré sólo lo mejor.
¿Como
un dios para novio, en lugar de un mortal? ¿Una deidad, en lugar de
un campesino él lo había encontrado tan carente que lo vigiló
durante años, decepcionado por la elección del destino para él?
Y
durante todo ese tiempo nunca supo que un vampiro lo mantuvo en la
mira.
Aparentemente
tomando una decisión, se dirigió a un tocador pulido en contra de
la pared del fondo. Después de conseguir abrir un cajón
superficial, regresó su puesto en la puerta sin decir palabra.
—¿Qué
hay allí?—Joyas. Enormes. Brillantes. —Oh, mi Dios. —Jadeó.
—No puedo recuperar el aliento.
Inmediatamente
se teletransportó junto a él, agarrándolo del brazo, esta vez más
suavemente.
—Te
lo agradezco, Yunho El brillo me ciega. —Y no podía dejar de
pensar que una sola de esas piedras probablemente pondría a flote a
toda su familia por años.
Podría
mantener a la compañía de carbón fuera de sus culos…
—¿Reaccionas
de esta manera, a pesar de que nunca tendrás nada de eso?
En
un tono defensivo, dijo, —Ellas son todavía hermosas. Todavía
estoy feliz de haberlas visto. —tiró contra su agarre, pero él lo
giró hacia él.
Jae
lo miró fijamente, preguntándose lo qué sería tener a un hombre
comprándole cosas como esas. Que me quiera tan desesperadamente, que
mataría por mí.
Sus
cejas se juntaron. Se dio cuenta de que eran más oscuras que su
pelo, negras barras diagonales sobre rasgos bien definidos con piel
tan suave y pálida como el mármol.
Como
si no pudiera evitarlo, enroscó sus dedos por el pelo de Jae.
Normalmente,
a él le encantaba ser acariciado de esta manera, podría ser dócil
como un gatito. Pero ahora un asesino lo estaba tocando.
Dejó
que las hebras se filtraran a través de sus dedos extendidos, su
mirada siguio el movimiento. Acariciando, acariciando...
Sorprendentemente,
algo de su tensión comenzó a ceder—Dejó caer la mano. —Te voy
a dejar solo en tu habitación durante algún tiempo. Estarás
solo, —repitió en un tono insistente. Como si estuviera
discutiendo ese punto con él.
Se
volvió hacia una puerta lateral de una recámara conectada a la
suya. ¿La de él? Bueno, qué acogedor.
—No
hay escapatoria, ni teléfono. Considera esta habitación tu nueva
celda.
El
lo siguió. —Espera, ¿qué se supone que debo hacer?
—Ve
a la cama al amanecer. Acostumbra tu cuerpo a dormir durante el día.
—¿Y
mañana? ¿Luego qué? Dijiste que podría tener un mes de vida.
¿Qué
esperas que haga en ese tiempo?
—Ganar
peso. Él cerró la puerta en su cara.
Jae
miró a los paneles de la puerta sólida, con los puños cerrados.
"¡Idiota!"
El dio un tirón en la manija de la puerta. ¡Cerrado!
Barrió
la mirada por la habitación. ¿Mi nueva celda? No importa qué tan
amplia y espaciosa fuera, seguía atrapado. ¡Odiaba estar confinado!
Apresurándose
a través de las puertas francesas de su balcón, aspiró en
profundas bocanadas el aire de la noche.
Nueva
York descansaba delante de él, todas las luces brillantes y la
energía. ¡Deseaba muchísimo estar allí! Se imaginó todos los
lugares para explorar, toda la gente nueva e interesante que podría
conocer. Pero nunca tendría la oportunidad. Porque habían barreras
místicas. Y dioses y arrogantes bebedores de sangre.
Camino
hacia el interior, cogió el taburete del tocador, y lo lanzó a la
barrera. El taburete rebotó directamente hacia el interior, saltando
hacia él. Se echó a reír histéricamente hasta que conecto con su
espinilla. Eso iba a dejar una marca.
Ja,
Ja, Ren. Amoratado es tu color. El estaba a punto de correr con la
cara hacia el pomo de la puerta cuando recordó que no debía hacerse
daño, de lo contrario arriesgaba a su familia.
Así
que se marchó al cuarto de baño. Verse a sí mismo con todo ese
maquillaje, con el traje caluroso de Morticia era como ver a Ren. Por
primera vez, Jae estaba viendo el aspecto que el dios prefería.
Abrió
el agua caliente para lavarse la cara. —Te odio más que el
infierno, Ren.
Un
psicólogo podría tener un día de campo con esto. ¿Contemplando el
espejo con odio? ¿Las afirmaciones diarias se volvían acusaciones
diarias?
¡Maldita
sea, debería estar muerto ahora mismo! Pero la zorra lo había
frustrado una vez más. —Es posible que hayas ganado esta batalla,
Ren, pero ganaré la guerra. Te destruiré, de alguna manera.
A
pesar de que dijo estas palabras audaces, Jae luchaba contra el pesar
de su situación actual. Parte de él aún deseaba tener otra
oportunidad, la posibilidad de vivir. ¿Por qué tenía que hacer
este sacrificio? ¿Por qué había descendido a él?
Pero
Jae siempre se había resignado a su suerte.
Recogiendo
agua en sus manos, dijo: —Tú gran final está rodando como una
tormenta. Nada lo detendrá. —Se frotó la cara más fuerte de lo
que nunca lo había hecho, librándose a sí mismo de la pintura de
guerra de Ren.
Otro
vistazo en el espejo. Ya estoy de vuelta, pensó, a pesar de que la
presencia del dios se escondía en su interior, carcomiéndolo como
un cáncer.
Después
de secar su piel sensible, Jae regreso al armario. Repasando las
opciones, se metió en un par de jeans y una simple camisa azul
marino. Sintiéndose más como Jae, dejó sus pies descalzos.
Incapaz
de contenerse, lanzó otro vistazo a las joyas. Recordó la forma en
que Yunho se las había mostrado. Sin una palabra, sin jactancia.
¿Por
qué le había importado si Jae las veía? ¿Había anticipado su
reacción al suelo? ¿Imaginó que se volvería loco como Ren?
Luego
frunció el ceño. Yunho no había dicho nada que indicara que él y
Ren se gustaran, y
mucho
menos que se amaran. Había hablado sólo de destino y sangramiento.
Infinitas
preguntas acerca de él surgieron. ¿Amaba al dios? ¿Por qué no se
había acostado con su novio? ¿Eran todos los vampiros tan
despiadados como él?
Deseó
poder analizar a Yunho en su tiempo libre, tal vez utilizaría su
título para su beneficio. Una de las razones por las que había
estudiado psicología era que siempre le había resultado fácil
empatizar con los demás. Una herramienta muy útil para un
consejero. Sin embargo, la psicología era la ciencia del
comportamiento humano.
Él
era inhumano.
Jae
sólo tenía que trabajar más para descubrir lo que había marcado a
Yunho, utilizando cualquier medio necesario para comprender su mente.
Cuando
salió del closet, recordó que antes habían salido por la puerta
principal de su suite. Se habían teletransportado al interior. A
diferencia de la habitación de Yunho la puerta contigua, estaría
sin cerrojo Ni siquiera tendría que forzarla.
Tal
vez cuando él se fuera, tendría que investigar este lugar. ¿Acaso
se atrevería a desobedecerlo? Probablemente nunca sabría que se
había escabullido.
Con
ese objetivo en mente, se arrodilló en la rendija de la puerta de la
habitación de él, escuchándolo. Oyó el susurro de las sábanas,
una maldición ahogada. ¿Había ido a la cama? ¿Después de decirle
que tenía trabajo que hacer? ¿Y esta era su clase de jornada
laboral?
Una
vez más pensó, Típico macho.
Espera.
Él solamente había... ¿gemido?
¡Diablos! Nunca
me voy a dormir con esta erección.
A
pesar de que Yunho estaba exhausto, eso palpitaba por liberación,
imposible de ignorar. No podía girarse sobre su frente, sin moler su
eje contra el colchón, no podía girarse sobre su espalda sin que
sus manos descendieran para masturbar su longitud.
Pero
estaría maldito si se derramaba en solitario cuando estaba en
posesión de su Novio.
Sus
ojos se estrecharon cuando el mortal se arrodilló en la puerta de la
entrada común. ¿Terminaste de gritar y de arrojar cosas, Jaejoong?
Podía
oír su suave respiración jadeante en la grieta debajo de la puerta.
¿El lo espiaba?
Yunho
era un maestro del espionaje, disfrutando de algunas cosas más.
Durante
su larga vida, había visto a innumerables seres teniendo sexo
(relaciones sexuales), era un voyerista descarado. Y había notado
que siempre que una pareja se acercaba a la liberación, llegaban a
un punto sin retorno en que los sentidos y todas las inhibiciones de
su cerebro se perdían, un punto en que nada podría separarlos.
Yunho
mismo nunca había estado inconsciente de lo que estaba haciendo, ni
incapaz de detenerse. Ahora temía que si se acercaba al clímax esta
noche, cruzaría una línea, lanzando a Jaejoong en su cama. Él lo
desnudaría completamente y enterraría su miembro y colmillos tan
profundamente en él, que no sabría dónde terminaba Jae y comenzaba
él...
No.
No me rebajaré con un mortal.
Yunho
podía esperar a que Ren se elevara mañana por la noche.
Esperaría,
se juró a sí mismo, aunque su mente le susurró, "El no lo hará."
Pero,
¿cómo dormir? Encendió el metrónomo al lado de su cama.
Tic...
tac... tic... Calmante, pero no lo suficiente para combatir el dolor
persistente en sus bolas. Tal vez debería drogarse a sí mismo como
su antiguo carcelero habitualmente hacia —Yoochun Park, un soldado
irlandés de la Orden, conocido como el Hombre de Hierro.
Yunho
se incorporó, llevándose las manos a la frente. ¿Había sido solo
ayer su fuga de la isla prisión de la Orden? Se sentía como si
hubieran pasado semanas.
Hacia
menos de veinticuatro horas, Park había sido herido mortalmente.
Yunho le había dado al Hombre de Hierro su sangre a cambio de la
propia libertad de Yunho —cualquier cosa para llegar a Ren antes de
la ejecución.
Sin
embargo, otro acuerdo. La tentativa de convertir a Park en un
vampiro; salvar a Ren.
Siglos
habían pasado desde que Yunho había convertido a un vampiro. ¿Tal
vez soy un padre, una vez más? Pero la sangre no era garantía.
¿Vivía Park, incluso todavía?
Mi
enemigo. Y, potencialmente, mi prole. Frunció el ceño, sin
saber cómo se sentía al respecto. Especialmente desde que
Park torturó a Yunho durante su encarcelamiento.
Aunque
el Hombre de Hierro había sido brutalmente torturado cuando joven —y
por lo tanto sabía a qué diablos iba—Yunho se había reído del
dolor. Incluso cuando su piel se
quemaba
en cenizas. Park no había entendido, ninguna miseria podría
compararse con estar oculto en la nieve mientras escuchabas como tu
propia madre era salvajemente violada y quemada viva. Ninguna
crueldad podría compararse con lo que le había hecho In Wook a
Yunho años más tarde.
Tierra
pulverizándose sobre mí, raíces enroscándose en mi cuerpo.
¡Bloquea
ese recuerdo! O mira hacia el abismo...
Sin
importar lo que pasó entre Yunho y Park, ahora estaban conectados
por la sangre, habían intercambiado sangre entre ellos. Lo que
significaba que Yunho podría llegar a la mente de Park con la suya,
podría investigar en sus recuerdos. Tal vez no necesito dormir. Sólo
tenía que acercarse lo suficiente a Park.
La
mujer del Hombre de Hierro era una valkyria. Ella se lo había
llevado de regreso al Val Hall, la propiedad en Seúl, donde su
aquelarre residía —con su incesante niebla, destellos de
relámpagos, y los impíos gritos de Valkyrias. Un lugar que Yunho
conocía muy bien. Él era uno de sólo un puñado de vampiros que
había visto el interior y seguía vivo. Podría ir allí ahora, en
busca de Park.
Sin
embargo, si Yunho tenía estos planes, entonces otros podrían
también. Inmortales de todo el Lore querían un pedazo de Yoochun
Park, el hombre del saco que se había deslizado a través de la
noche, secuestrando a decenas de ellos y a sus seres queridos para
horribles experimentos.
Pero
lo conseguiré primero.
Sobre
todo porque Yunho llegaría a él primero...
Hola~ :) supongo que con el tiempo entenderé más, en ocasiones se me hace un tanto complejo seguir la historia o lo nuevo que surge de ella~ .... Ppr ahora soll espero que Ren no aparezca, y que Jaejoong se gane a Yunho prontooo~ en todo caso tiene lel uso de la psicología a su favor! Gracias por el capítuloo saludos! :D
ResponderBorrarcreo que Yunho ya esta comparando a Ren y a Jae y le a gustado mas Jae
ResponderBorrarpero como es humano no lo quiere por que lo considera indigno para el
pues el que no le conviene es Ren ese lo usa y no le dará nunca lo que el quiere recibir de Ren ni su cariño ni mucho menos su amor
en cambio Jae es mas dulce tierno y nada de ambicioso como el otro que quiere todo lo mejor y nomas piensa en el y en sentirse bien el y nadie mas
en cambio Jae en su familia y en su pueblo sin importarle mucho que pase con el mismo quiere la salvación de los de mas y eso mi querido Yunho dice mucho de lo noble y bueno que es Jae el si te dará amor y cuidara de ti como tu lo quieres piensa lo mejor y desecha a ese Ren que no te quiere
Gracias por compartir
jajaja si Jae tiene esos hermosos ojos grandes como se le verian cuando vio "su guardaropa" jajaja mas las joyas pero que mas le queda al pobre disfrutar mientras pueda asi que debe sacarle provecho a eso y Yunho ya no aguanta las ganas de meterselo hasta lo profundo y ya quiero imaginarme la reaccion de cuando lo haga quedara tan loco "mas de lo que esta " que se olvidara de Ren
ResponderBorrarGracias linda x compartir y perdon por no comentar en todos los cap
Yo creo que desde principio Yunho no quiso aceptar a Jae porque Jae es un Humano,Pero como que llego Ren pos esta mas satisfecho por eso creo que se va arepentir mas tarde, y otra cosa Ren nunca dijo que amo a Yunho eso quiere decir que solo lo esta utilizando.
ResponderBorrarGracias por compartir
ya aparecerá Yoochun en acción.
ResponderBorrarveremos qué papel juega él en esta relación
y dale Yunho conteniendo sus instintos y quiere pero no puede estar con Jae.
y Jae ahí aguantando lo que pueda en ese lugar tan extraño y lleno de misterio para el bien de su familia...
gracias por la actu
El principal impedimento por lo pronto para Jae es que es humano y por eso Yunho quiere a Ren, que comparándolo parece ser que le gusta mas Jae, porque no creo que Yunho no se de cuenta que Ren lo esta solo utilizando, porque si fuera su compañero de alma este hubiera aceptado el estar con el íntimamente desde el principio y no hasta llegar a ofrecer a Jae para que tenga sexo con él.
ResponderBorrarGracias
Ooooh! Yunho esta que no se aguanta de las ganas por Joongie :3 Vamos a ver cuanto tiempo resiste la tentación... kyaaaaa Me gusta mucho como esta yendo la historia ^ ^
ResponderBorrarPor un momento crei que yunho habia matado a yoochun, pero no fue asi, lo convirtio, osea que yoochun tendra un papel importante en la historia.
ResponderBorrarCuanto tiempo mas negara yunho su deseo por jj?
Muy interesante...gracias
ResponderBorrar