miércoles, 15 de abril de 2015

Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 11




Capítulo 11

Tengo trabajo que hacer, —dijo el vampiro, mientras ubicaba a Jaejoong de nuevo en  su habitación, dejándolo tambaleante en sus pies. ¿Se acostumbraría alguna vez a teletransportarse? —Te quedarás aquí hasta que regrese por ti.
¿Trabajo? ¿Regresar por tus tronos?
¿Siempre haces tantas preguntas?
¿Siempre contestas tan pocas de ellas?, —Respondió Jae, ganándose otra mueca. —Sólo dime esto.

Si Ren es tan excesivamente importante para ti, entonces ¿por qué me dejaste en la cárcel?
Estaba seguro de que estarías físicamente a salvo.
¿Y mentalmente?
Me importa menos. Sólo estoy interesado en tu cuerpo.
Típico macho. —¿De qué tenía que estar protegido?
Soy el Enemigo de lo Antiguo. Hay muchos que dañarían a Ren para vengarse de mí.
Dañarlo. En mi cuerpo.

Le agarró la mandíbula, su piel sorprendentemente cálida. —Como te he dicho, aquí estás protegido, muchacho. Al único que debes temer es a mí.
Lo que quería decir que era en el último lugar en el que necesitaba estar. Jae podría forzar una cerradura, pero ¿pero como destrozar una cárcel invisible? ¿Si había cerraduras místicas, habría aperturas místicas?

¿Qué pasa con mis pertenencias? ¿Cepillo de dientes, ropa interior, etc.?

Todo lo que necesitas estaba en el cuarto de baño. Cualquier prenda de vestir, —abrió una puerta en el corredor, —está aquí. —Él había revelado un armario tan grande como su viejo remolque.

Sus pensamientos se quedaron en blanco cuando él entró. Trajes, abrigos, bolsos, pantalones en todas partes. Debía de haber varias docenas de pares de zapatos, aún más suéteres y camisas.

Con los ojos muy abiertos, giró en su lugar. —¡Estas son las ropas más finas que he visto!
Yunho apoyó el hombro contra la puerta. —Ellas lo serían. La alta costura de Gangwon tiene reputación por sus carencias.

Sabía que deliberadamente lo estaba insultando, pero optó por actuar como si estuviera bromeando. Había luchado codo a codo con él y perdió. Ahora iba a tratar en otra dirección.

Su mamá siempre había dicho, —Consigues más con miel que con vinagre. Y cuando te quedas sin los dos, alcanza los perdigones.
Jae llegó a la conclusión que podría llegar a los perdigones muy pronto.

Ahora, dijo, —¿Gangwon y la alta costura? Pon una moneda en el tarro de las contradicciones.
Jae serpenteó hacia la parte trasera, después de curiosear estante tras estante.
En casa, había tenido poca ropa —un par de jeans gastados, algunos cortos para el verano, pocas camisetas, del equipo de guía. Luego, en la cárcel, cuatro uniformes alternos.
Esta selección era abrumadora. —¿Compraste todo esto para Ren?

Parecía más relajado de lo que había estado en el comedor, tal vez la miraba con un poco menos de hostilidad. —Lo hice.

Jae trató de imaginar la reacción del dios. —El debió volverse loco.
Deseaba cada última prenda y chuchería, dijo, con marcado acento ruso.
¿Y terminaste comprando todo eso por él? Jae chasqueó los dedos. —¿Así nada más?
Por supuesto. Ren es mi pareja.
Tienes que amarlo mucho.
No dijo nada, sólo cruzó los brazos sobre su musculoso pecho.
¿Lo haces?
Ya te lo he dicho, él es mi Novio predestinado.

Si había dicho la verdad acerca de no mentir —¿eso podría ser una mentira?, Entonces Jae podría ver su respuesta como una desviación. —¿Amas a Ren?
Cuando los mortales me hacen preguntas incesantes, habitualmente les arranco las lenguas y los veo desangrarse hasta morir.

En lugar de estar horrorizado, pensó, ¡Definitiva desviación!
¿Problemas en el paraíso?
Haciendo su tono casual, dijo, —Es bueno saber acerca de las lenguas. —Las puntas rojas de sus dedos se perdieron amorosamente sobre el resbaloso cuero de una chaqueta. —¿Puedo probarme esto?

Cuando Yunho se encogió de hombros, Jae se deslizo en la chaqueta, su mirada cambio a parpados caídos mientras la abrazaba cerca de él. —Yunho, no podía haber imaginado este tipo de cosas.
Una vez más, aceptaré sólo lo mejor.
¿Como un dios para novio, en lugar de un mortal? ¿Una deidad, en lugar de un campesino él lo había encontrado tan carente que lo vigiló durante años, decepcionado por la elección del destino para él?

Y durante todo ese tiempo nunca supo que un vampiro lo mantuvo en la mira.
Aparentemente tomando una decisión, se dirigió a un tocador pulido en contra de la pared del fondo. Después de conseguir abrir un cajón superficial, regresó su puesto en la puerta sin decir palabra.
¿Qué hay allí?—Joyas. Enormes. Brillantes. —Oh, mi Dios. —Jadeó. —No puedo recuperar el aliento.
Inmediatamente se teletransportó junto a él, agarrándolo del brazo, esta vez más suavemente.

Te lo agradezco, Yunho El brillo me ciega. —Y no podía dejar de pensar que una sola de esas piedras probablemente pondría a flote a toda su familia por años.
Podría mantener a la compañía de carbón fuera de sus culos…
¿Reaccionas de esta manera, a pesar de que nunca tendrás nada de eso?

En un tono defensivo, dijo, —Ellas son todavía hermosas. Todavía estoy feliz de haberlas visto. —tiró contra su agarre, pero él lo giró hacia él.

Jae lo miró fijamente, preguntándose lo qué sería tener a un hombre comprándole cosas como esas. Que me quiera tan desesperadamente, que mataría por mí.

Sus cejas se juntaron. Se dio cuenta de que eran más oscuras que su pelo, negras barras diagonales sobre rasgos bien definidos con piel tan suave y pálida como el mármol.
Como si no pudiera evitarlo, enroscó sus dedos por el pelo de Jae.

Normalmente, a él le encantaba ser acariciado de esta manera, podría ser dócil como un gatito. Pero ahora un asesino lo estaba tocando.
Dejó que las hebras se filtraran a través de sus dedos extendidos, su mirada siguio el movimiento. Acariciando, acariciando...

Sorprendentemente, algo de su tensión comenzó a ceder—Dejó caer la mano. —Te voy a dejar solo en tu habitación durante algún tiempo. Estarás solo, —repitió en un tono insistente. Como si estuviera discutiendo ese punto con él.

Se volvió hacia una puerta lateral de una recámara conectada a la suya. ¿La de él? Bueno, qué acogedor.
No hay escapatoria, ni teléfono. Considera esta habitación tu nueva celda.
El lo siguió. —Espera, ¿qué se supone que debo hacer?
Ve a la cama al amanecer. Acostumbra tu cuerpo a dormir durante el día.
¿Y mañana? ¿Luego qué? Dijiste que podría tener un mes de vida.
¿Qué esperas que haga en ese tiempo?
Ganar peso. Él cerró la puerta en su cara.

Jae miró a los paneles de la puerta sólida, con los puños cerrados.
"¡Idiota!" El dio un tirón en la manija de la puerta. ¡Cerrado!
Barrió la mirada por la habitación. ¿Mi nueva celda? No importa qué tan amplia y espaciosa fuera, seguía atrapado. ¡Odiaba estar confinado!

Apresurándose a través de las puertas francesas de su balcón, aspiró en profundas bocanadas el aire de la noche.

Nueva York descansaba delante de él, todas las luces brillantes y la energía. ¡Deseaba muchísimo estar allí! Se imaginó todos los lugares para explorar, toda la gente nueva e interesante que podría conocer. Pero nunca tendría la oportunidad. Porque habían barreras místicas. Y dioses y arrogantes bebedores de sangre.

Camino hacia el interior, cogió el taburete del tocador, y lo lanzó a la barrera. El taburete rebotó directamente hacia el interior, saltando hacia él. Se echó a reír histéricamente hasta que conecto con su espinilla. Eso iba a dejar una marca.

Ja, Ja, Ren. Amoratado es tu color. El estaba a punto de correr con la cara hacia el pomo de la puerta cuando recordó que no debía hacerse daño, de lo contrario arriesgaba a su familia.

Así que se marchó al cuarto de baño. Verse a sí mismo con todo ese maquillaje, con el traje caluroso de Morticia era como ver a Ren. Por primera vez, Jae estaba viendo el aspecto que el dios prefería.

Abrió el agua caliente para lavarse la cara. —Te odio más que el infierno, Ren.
Un psicólogo podría tener un día de campo con esto. ¿Contemplando el espejo con odio? ¿Las afirmaciones diarias se volvían acusaciones diarias?
¡Maldita sea, debería estar muerto ahora mismo! Pero la zorra lo había frustrado una vez más. —Es posible que hayas ganado esta batalla, Ren, pero ganaré la guerra. Te destruiré, de alguna manera.

A pesar de que dijo estas palabras audaces, Jae luchaba contra el pesar de su situación actual. Parte de él aún deseaba tener otra oportunidad, la posibilidad de vivir. ¿Por qué tenía que hacer este sacrificio? ¿Por qué había descendido a él?

Pero Jae siempre se había resignado a su suerte.
Recogiendo agua en sus manos, dijo: —Tú gran final está rodando como una tormenta. Nada lo detendrá. —Se frotó la cara más fuerte de lo que nunca lo había hecho, librándose a sí mismo de la pintura de guerra de Ren.

Otro vistazo en el espejo. Ya estoy de vuelta, pensó, a pesar de que la presencia del dios se escondía en su interior, carcomiéndolo como un cáncer.
Después de secar su piel sensible, Jae regreso al armario. Repasando las opciones, se metió en un par de jeans y una simple camisa azul marino. Sintiéndose más como Jae, dejó sus pies descalzos.

Incapaz de contenerse, lanzó otro vistazo a las joyas. Recordó la forma en que Yunho se las había mostrado. Sin una palabra, sin jactancia.
¿Por qué le había importado si Jae las veía? ¿Había anticipado su reacción al suelo? ¿Imaginó que se volvería loco como Ren?

Luego frunció el ceño. Yunho no había dicho nada que indicara que él y Ren se gustaran, y
mucho menos que se amaran. Había hablado sólo de destino y sangramiento.
Infinitas preguntas acerca de él surgieron. ¿Amaba al dios? ¿Por qué no se había acostado con su novio? ¿Eran todos los vampiros tan despiadados como él?

Deseó poder analizar a Yunho en su tiempo libre, tal vez utilizaría su título para su beneficio. Una de las razones por las que había estudiado psicología era que siempre le había resultado fácil empatizar con los demás. Una herramienta muy útil para un consejero. Sin embargo, la psicología era la ciencia del comportamiento humano.

Él era inhumano.
Jae sólo tenía que trabajar más para descubrir lo que había marcado a Yunho, utilizando cualquier medio necesario para comprender su mente.

Cuando salió del closet, recordó que antes habían salido por la puerta principal de su suite. Se habían teletransportado al interior. A diferencia de la habitación de Yunho la puerta contigua, estaría sin cerrojo Ni siquiera tendría que forzarla.
Tal vez cuando él se fuera, tendría que investigar este lugar. ¿Acaso se atrevería a desobedecerlo? Probablemente nunca sabría que se había escabullido.

Con ese objetivo en mente, se arrodilló en la rendija de la puerta de la habitación de él, escuchándolo. Oyó el susurro de las sábanas, una maldición ahogada. ¿Había ido a la cama? ¿Después de decirle que tenía trabajo que hacer? ¿Y esta era su clase de jornada laboral?
Una vez más pensó, Típico macho.
Espera. Él solamente había... ¿gemido?

¡Diablos! Nunca me voy a dormir con esta erección.
A pesar de que Yunho estaba exhausto, eso palpitaba por liberación, imposible de ignorar. No podía girarse sobre su frente, sin moler su eje contra el colchón, no podía girarse sobre su espalda sin que sus manos descendieran para masturbar su longitud.

Pero estaría maldito si se derramaba en solitario cuando estaba en posesión de su Novio.
Sus ojos se estrecharon cuando el mortal se arrodilló en la puerta de la entrada común. ¿Terminaste de gritar y de arrojar cosas, Jaejoong?
Podía oír su suave respiración jadeante en la grieta debajo de la puerta. ¿El lo espiaba?

Yunho era un maestro del espionaje, disfrutando de algunas cosas más.
Durante su larga vida, había visto a innumerables seres teniendo sexo (relaciones sexuales), era un voyerista descarado. Y había notado que siempre que una pareja se acercaba a la liberación, llegaban a un punto sin retorno en que los sentidos y todas las inhibiciones de su cerebro se perdían, un punto en que nada podría separarlos.

Yunho mismo nunca había estado inconsciente de lo que estaba haciendo, ni incapaz de detenerse. Ahora temía que si se acercaba al clímax esta noche, cruzaría una línea, lanzando a Jaejoong en su cama. Él lo desnudaría completamente y enterraría su miembro y colmillos tan profundamente en él, que no sabría dónde terminaba Jae y comenzaba él...
No. No me rebajaré con un mortal.

Yunho podía esperar a que Ren se elevara mañana por la noche.
Esperaría, se juró a sí mismo, aunque su mente le susurró, "El no lo hará."
Pero, ¿cómo dormir? Encendió el metrónomo al lado de su cama.
Tic... tac... tic... Calmante, pero no lo suficiente para combatir el dolor persistente en sus bolas. Tal vez debería drogarse a sí mismo como su antiguo carcelero habitualmente hacia —Yoochun Park, un soldado irlandés de la Orden, conocido como el Hombre de Hierro.

Yunho se incorporó, llevándose las manos a la frente. ¿Había sido solo ayer su fuga de la isla prisión de la Orden? Se sentía como si hubieran pasado semanas.
Hacia menos de veinticuatro horas, Park había sido herido mortalmente. Yunho le había dado al Hombre de Hierro su sangre a cambio de la propia libertad de Yunho —cualquier cosa para llegar a Ren antes de la ejecución.

Sin embargo, otro acuerdo. La tentativa de convertir a Park en un vampiro; salvar a Ren.
Siglos habían pasado desde que Yunho había convertido a un vampiro. ¿Tal vez soy un padre, una vez más? Pero la sangre no era garantía. ¿Vivía Park, incluso todavía?

Mi enemigo. Y, potencialmente, mi prole. Frunció el ceño, sin saber cómo se sentía al respecto. Especialmente desde que Park torturó a Yunho durante su encarcelamiento.

Aunque el Hombre de Hierro había sido brutalmente torturado cuando joven —y por lo tanto sabía a qué diablos iba—Yunho se había reído del dolor. Incluso cuando su piel se
quemaba en cenizas. Park no había entendido, ninguna miseria podría compararse con estar oculto en la nieve mientras escuchabas como tu propia madre era salvajemente violada y quemada viva. Ninguna crueldad podría compararse con lo que le había hecho In Wook a Yunho años más tarde.

Tierra pulverizándose sobre mí, raíces enroscándose en mi cuerpo.
¡Bloquea ese recuerdo! O mira hacia el abismo...
Sin importar lo que pasó entre Yunho y Park, ahora estaban conectados por la sangre, habían intercambiado sangre entre ellos. Lo que significaba que Yunho podría llegar a la mente de Park con la suya, podría investigar en sus recuerdos. Tal vez no necesito dormir. Sólo tenía que acercarse lo suficiente a Park.

La mujer del Hombre de Hierro era una valkyria. Ella se lo había llevado de regreso al Val Hall, la propiedad en Seúl, donde su aquelarre residía —con su incesante niebla, destellos de relámpagos, y los impíos gritos de Valkyrias. Un lugar que Yunho conocía muy bien. Él era uno de sólo un puñado de vampiros que había visto el interior y seguía vivo. Podría ir allí ahora, en busca de Park.

Sin embargo, si Yunho tenía estos planes, entonces otros podrían también. Inmortales de todo el Lore querían un pedazo de Yoochun Park, el hombre del saco que se había deslizado a través de la noche, secuestrando a decenas de ellos y a sus seres queridos para horribles experimentos.

Pero lo conseguiré primero.
Sobre todo porque Yunho llegaría a él primero...


9 comentarios:

  1. Hola~ :) supongo que con el tiempo entenderé más, en ocasiones se me hace un tanto complejo seguir la historia o lo nuevo que surge de ella~ .... Ppr ahora soll espero que Ren no aparezca, y que Jaejoong se gane a Yunho prontooo~ en todo caso tiene lel uso de la psicología a su favor! Gracias por el capítuloo saludos! :D

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  2. creo que Yunho ya esta comparando a Ren y a Jae y le a gustado mas Jae
    pero como es humano no lo quiere por que lo considera indigno para el
    pues el que no le conviene es Ren ese lo usa y no le dará nunca lo que el quiere recibir de Ren ni su cariño ni mucho menos su amor
    en cambio Jae es mas dulce tierno y nada de ambicioso como el otro que quiere todo lo mejor y nomas piensa en el y en sentirse bien el y nadie mas
    en cambio Jae en su familia y en su pueblo sin importarle mucho que pase con el mismo quiere la salvación de los de mas y eso mi querido Yunho dice mucho de lo noble y bueno que es Jae el si te dará amor y cuidara de ti como tu lo quieres piensa lo mejor y desecha a ese Ren que no te quiere
    Gracias por compartir

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  3. jajaja si Jae tiene esos hermosos ojos grandes como se le verian cuando vio "su guardaropa" jajaja mas las joyas pero que mas le queda al pobre disfrutar mientras pueda asi que debe sacarle provecho a eso y Yunho ya no aguanta las ganas de meterselo hasta lo profundo y ya quiero imaginarme la reaccion de cuando lo haga quedara tan loco "mas de lo que esta " que se olvidara de Ren
    Gracias linda x compartir y perdon por no comentar en todos los cap

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  4. Yo creo que desde principio Yunho no quiso aceptar a Jae porque Jae es un Humano,Pero como que llego Ren pos esta mas satisfecho por eso creo que se va arepentir mas tarde, y otra cosa Ren nunca dijo que amo a Yunho eso quiere decir que solo lo esta utilizando.

    Gracias por compartir

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  5. ya aparecerá Yoochun en acción.
    veremos qué papel juega él en esta relación
    y dale Yunho conteniendo sus instintos y quiere pero no puede estar con Jae.
    y Jae ahí aguantando lo que pueda en ese lugar tan extraño y lleno de misterio para el bien de su familia...
    gracias por la actu

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  6. El principal impedimento por lo pronto para Jae es que es humano y por eso Yunho quiere a Ren, que comparándolo parece ser que le gusta mas Jae, porque no creo que Yunho no se de cuenta que Ren lo esta solo utilizando, porque si fuera su compañero de alma este hubiera aceptado el estar con el íntimamente desde el principio y no hasta llegar a ofrecer a Jae para que tenga sexo con él.
    Gracias

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  7. Ooooh! Yunho esta que no se aguanta de las ganas por Joongie :3 Vamos a ver cuanto tiempo resiste la tentación... kyaaaaa Me gusta mucho como esta yendo la historia ^ ^

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  8. Por un momento crei que yunho habia matado a yoochun, pero no fue asi, lo convirtio, osea que yoochun tendra un papel importante en la historia.
    Cuanto tiempo mas negara yunho su deseo por jj?

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