Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 21

Capítulo 21

—¿Así que cual es mi recompensa por salvar tu culo fey?—Preguntó Jae cuando Hag regresó a la cocina. Poco después de la última sospechosa aparición de Yunho, Hag se había excusado diciendo que tenía que comprobar algo. Ahora que había vuelto contemplaba a Jae con extraña intensidad.

—Ve a ese librero. —Hag señaló a un conjunto de desvencijadas estanterías. —Busca un viejo tomo titulado —"El libro vivo del Lore", —es una enciclopedia de nuestro mundo que se actualiza por sí solo. ¿Enciclopedia? ¡Premio! Jae la encontró y rápidamente abrió las anticuadas páginas. Las palabras estaban escritas a mano con una letra al estilo antiguo pero eran legibles.

—Si Yunho regresa y te encuentra con el negaré habértelo señalado.

—Afirmativo.—Momentos más tarde Jae se reclinó con el libro en una silla bajo la luz de la luna llena. Primero, buscó Dios de Sangre, Ren o Devorador de almas, pero no había nada.

Abatido, fue a la entrada Vampiros. ¡Allí sí que había información! se concentró y empezó a leer sobre las distintas facciones de vampiros. Yunho se había burlado de él ——No podría esperar que entendieses las maquinaciones políticas de los vampiros. Por lo tanto era imperativo para Jae entenderlas.

Los Abstemios eran un ejército relativamente joven de humanos convertidos liderados por un vampiro nacido llamado Kris El caminante entre Tumbas. Ellos habían jurado no beber sangre directamente de la carne “abstenerse” sus ojos eran claros, sus mentes fuertes y Kris los gobernaba desde su castillo en Monte Negro.

Los Daci eran supuestamente otra facción, se pensaba que eran los primeros vampiros y se rumoraba que vivían en un reino bajo tierra, con un legendario castillo que nadie en el Lore podía encontrar, Tampoco nadie podía probar su existencia.

La Horda era la principal facción vampírica, en su mayoría formada por Los Caídos “vampiros de ojos rojos como Yunho” que habían asesinado a su presa mientras bebían de ella. Eran liderados por Minho El Leal, llamado así porque servía a quienquiera que fuera el rey sentado en el trono. Incluso si su anterior Señor había sido asesinado por el nuevo.

Desde la muerte del rey Demetrio el año anterior, Minho y otros vampiros leales habían guardado el castillo de Helvita, la sede real, mientras esperaban la llegada del próximo heredero. Ellos sólo aceptarían a un heredero legítimo que considerara sagrada La Sed —la necesidad de los vampiros de beber directamente de la carne.

Yunho, ciertamente, no tenía ningún problema en beber de otros, Así qué ¿era ilegítimo?

Por la información que él había podido reunir, probablemente él estaba interesado en el trono de La Horda o en El Dacian —o en ambos—¿pero cómo podía estar siquiera seguro de que los Daci existían?

Sus ojos se estrecharon ¿Era él un dacian de carne y hueso (realmente vivo)?

Jae memorizó todo lo que pudo, repitiendo los hechos en su cabeza.

Abstemios, Kris, Oblak, abstenerse de la carne, ojos claros. Horda, Minho, Helvita. Compuesta por los caídos. Asesinos de ojos rojos. Daci ¿Mito? Castillo en Dacia. Los primeros vampiros, ojos desconocidos Luego, Jae examinó con detenimiento todos los rasgos de los vampiros como especie. Los vampiros nacidos enfermaban si mentían.

Analizaré los métodos de evasión de Yunho. Podían teletransportarse por el mundo. El caminante de tumbas entero, pero no podían teletransportarse fuera de ciertas trampas místicas, cadenas o del agarre de un enemigo más fuerte.

Los vampiros machos, normalmente se convertían en inmortales entre los veintitantos a los treinta y pocos, transformándose en muertos vivientes hasta que encontraban a su Novia y ésta los sangraba.

Lo que significaba que Yunho se había pasado miles de años sin sexo. MILES...

¡Concéntrate Jae! Después de estudiar cada palabra sobre los vampiros, cambió su búsqueda a otra entrada. ¿No había dicho Yunho que Hag era fey?

Los fey del Dominio de Grimm eran maestros en el arte de los venenos. Comprobado. Tenían su propio reino místico llamado Draiksulia.

¿Entonces qué hace Hag en Corea? Normalmente estaban en guerra con los vampiros o con

varias monarquías demoníacas también llamadas demonarquías. Así qué ¿porqué estaba Hag trabajando para Yunho? Continuó. Jae ojeó el libro por encima leyendo sobre ninfas, ghouls y cerunnos “criaturas parecidas a las serpientes que podían hablar” Tragó ante la espantosa ilustración de un wendigo, sintiendo un reticente respeto hacia Yunho por haber sido capaz de derrotar a tantos de ellos.

Dentro del Lore había diferentes facciones de poder tales como las Valkirias, los Lycae y la Casa de Las Brujas. Efectivamente las brujas eran mercenarias místicas que vendían sus hechizos al mejor postor. Aparentemente la mano de su líder había crecido de nuevo.

Los vampiros no eran la única especie con poderes regenerativos. Hag y Yunho también habían hablado sobre una hechicera llamada La Dorada, La Reina del Mal, así que Jae pasó por encima de Demonios de Arena, Sasquatch y Shifters...

Hechiceras. Tenían la habilidad de controlar materiales o seres vivos de diferentes maneras. Una hechicera era conocida como reina, si su poder particular era más fuerte que el de cualquier otra. Así que La Dorada verdaderamente podía controlar el mal.

Incapaz de evitarlo Jae buscó Aliens. En cambio encontró Accession —Un fenómeno místico que ocurría cada 500 años y que compelía a las facciones tanto a ir a la guerra como a encontrar a sus parejas.

La Accession actuaba como un control de población de Inmortales, y una estaba en marcha en este momento. Cuando el cielo comenzó a clarear levantó la vista consternado. El sol saldría pronto y él apenas había arañado la superficie. De repente el libro fue cerrado de golpe y arrancado de sus manos. 

—¿Qué tenemos aquí?

Yunho. Delante de él y cubierto de sangre y pedazos de ¿piel...? Sus ojos llameaban mientras apretaba con fuerza el libro.

Mierda.

Cuando él se teletransportó dentro, Jae rápidamente lo siguió. Yunho ondeó el libro ante la cara de Hag.

— ¿Por qué tiene él esto?

Jae rápidamente dijo.—Lo vi y lo tomé. Sólo quería aprender sobre este mundo.

En un tono furioso él dijo —No estarás en él el suficiente tiempo para que te importe.

—El es imposible de controlar, Yunho —dijo Hag calmadamente mientras elaboraba algo en la cocina. —Como sabes él es astuto. Dime ¿encontraste las viñas?

Él asintió con la cabeza y al sentir a Jae estudiándole se giró hacia él —¿Qué?

—Estás cubierto de piel y cartílagos.

Yunho se echó una mirada.

—¿Y? Jae chasqueó la lengua.

—¿Has tenido una pelea Yunho? ¿Jugaste sucio con otros vampiros?

—Poshiol ty — ¿ha intentado Ren levantarse?

—El está en el fondo, casi hibernando. Ni siquiera un escalofrío, lo que significa que no estará por aquí pronto.

En ese momento, la furia incendió los ojos de Yunho. Agarró a Jae por el antebrazo teletransportándolos a ambos al dormitorio de su departamento todavía con el libro en la mano.

Cuando lo soltó él se encogió la manga.

—¡Me llenaste de piel!—Cuando Yunho comenzó a pasearse por a la habitación, Jae agarró una de las cartas arrugadas del suelo y la usó como toallita para limpiarse la sangre. Aunque estaba tentado a correr para darse una ducha, tenía al menos, que intentar quitarle el libro.

—No he terminado de leer eso.

Él miró el libro con el ceño fruncido, como si no recordara que lo sostenía.

—Deberías dejarme leerlo, Yunho, de hecho quedé muy impresionado contigo al ver la ilustración del wendigo, casi como si hubieras cazado el alce más grande en una competición de caza.

Clavó su mirada en él, su expresión como diciendo ¿Quién eres tú? entonces frunciendo el ceño se teletransportó hasta su caja fuerte y guardó el libro dentro.

Cuando regresó Jae le dijo,—No puedes estar tan enfadado sólo porque leí algo de ese viejo libro, o porque tuviste que pelear con algunos pequeños vampiros.

—¡Eran shifters!

—No conseguí leer nada sobre los shifters aún, así que no puedo apreciar el esfuerzo que tuviste que usar en la pelea, pero estoy seguro de que tú lo consideras una gran proeza.

Yunho se teletransportó ante Jae fuera de sí, lo agarró de la garganta, usando la suficiente presión para que lo tomara en serio.

El ni se inmutó. —O quizás estás enfadado porque Ren no apareció. —Considerando el acalorado encuentro entre Jae y él del principio, Jae se había imaginado que Yunho querría acostarse con Ren cuanto antes pero rechazó la idea al ver su estado tan ruinoso horas después.

Aún así se había pasado media década sin echarle ni un vistazo a su compañero.

—Yunho, ¿Por qué estabas tan seguro de que aparecería Ren?

El normalmente no lo hace, especialmente si no hay nadie a quien matar o mutilar.

Le soltó con un juramento entre dientes y se deshizo de la gabardina sucia con un movimiento de hombros.

—¿Hay algo terrible de lo que tengas que discutir con el dios?

¿Algún asesinato que planear o algún malvado a quién quieres marcar a puñetazos...?

A Jae se le fue la voz, le faltaron las palabras y se hundió en el sofá, Porque ahora podía ver su descarada erección presionando contra sus pantalones.

—Así que ahí está el fuego, vampiro.

Cuando Jae consiguió dejar de mirar boquiabierto la magnitud de la misma, reticentemente, arrastró la mirada. Sus hombros estaban tensos y sus cejas castañas se estrechaban sobre unos hambrientos ojos rojos.

¡El vampiro necesitaba ponerse a trabajar y Ren no aparecía por ningún lado!

¿Todo esto era por lujuria? ¿Nada de asesinatos ni complots?

La lujuria entraba dentro del ámbito de su conocimiento, El había tenido suficiente experiencia enrollándose con chicos en cabinas de camión y mientras creció, había aprendido mucho simplemente escuchando. Se había criado en las montañas, ¡por el amor de Dios!

Por no mencionar que las mujeres de su familia se habían asegurado de que Jae supiese como manejar a los hombres, porque en tiempos pasados todo dependía de los hombres.

Jae recordaba a su abuela diciéndole. “Los hombres son como calderas de carbón Jae, si encuentras un hombre con el que quieras quedarte, tienes que alimentar su deseo todos los días, hacerle arder por ti y entonces permitir que libere su vapor regularmente, o nunca conseguirás que funcione.”

—¡Demonios Ren podía tomar lecciones de la Abuela Kim!

Jae observó como Yunho seguía deambulando por la habitación sin descanso e imaginaba el dolor que tenía que estar sintiendo ahí abajo. Y en la boca también. Seguía pasándose la lengua por los colmillos.

“Sus colmillos están afilados, pero mi piel no tiene nuevas marcas, su erección excepcionalmente preparada pero mi cuerpo sigue intacto.”Ren, ésa estúpida zorra “que había tenido tiempo para hacerse con un nuevo guardarropa, depilarse sus partes y hacerse las uñas” ¿Había dejado a su vampiro en éstas condiciones?

¿Y entonces lo abandonaba en compañía de otro hombre, otro hombre exactamente igual a él? Si Ren es lo suficientemente estúpido para dejarlo insatisfecho, Jae pensó medio en broma, entonces quizá debería alimentar su deseo y liberar su vapor. Ponerlo de mi parte.

Jae se quedó helado. ¿Qué si lo hacía?

¿Podría él ganar? ¿Tentarlo tanto que lo prefiriera a él antes que a Ren?

Sus ojos se estrecharon, si había una manera de deshacerse de Jae, quizás al revés también funcionaría. ¡Y si él podía conseguir que Yunho echase a Ren!

Podría conseguir que me devolviera mi cuerpo, que me devolviera mi vida.

El vampiro seguía paseándose de un lado a otro de la habitación, en un momento estaba en una esquina, al segundo, justo donde estaba antes. Sus movimientos eran tan vertiginosos como los pensamientos de Jae; por primera vez en años se permitió pensar que tal vez… tal vez no tenía que morir.

Jae podría ir a la cama con Yunho si tenía que hacerlo, podría cerrar los ojos y pretender que él no era malvado y que no lo odiaba con todo su ser. Sin duda. No parecía importarte mientras te pasaba la lengua por todo el cuello, Jae. Con el recuerdo, sus pezones se tensaron otra vez, pero se obligó a sí mismo a ignorar su reacción.

¿Podría él permitirle tomarlo? ¿Arriesgándose a algún daño corporal? ¿A explotar?

¿Qué elección tenía? Si todo lo que necesitaban para deshacerse de Jae era un anillo, tarde o temprano Yunho iba a encontrarlo. Entonces Ren ganaría. ¡Nunca!

—Seduciré a Yunho, me haré irreemplazable para él. Pero Jae sabía que no se trataba sólo de seducir su cuerpo. Si yo fuera un antiguo inmortal ¿qué desearía?

Ímpetu, sorpresa, excitación.

Jae podía mantenerlo sobre los dedos de sus pies, en vilo, con la expectativa. También ganaría la mente del vampiro. Sus pensamientos.

Entonces patearían el culo de Ren y Jae tendría sus joyas.

No tengo que morir, mi futuro está en mis manos una vez más. Usaría todo su arsenal, todas las lecciones que aprendió, todas las locuras que había hecho en las cabinas de los autos, todos sus vicios y victorias.

Enfrentaría su sabiduría rural contra la mundana y de otro mundo de él.

Mi futuro se reduce a hacer que un vampiro me desee más que a un dios.

Yunho seguía dando vueltas, hirviendo de ira por dentro. El amanecer había ido y venido, la noche había acabado Y Ren continuaba dormido. Lo que significaba que no tenía ningún deseo de verlo. Incluso después de haberle explicado que su lujuria no podía ser acallada, incluso cuando la creciente presión dentro de él se había convertido en dolor.

¡Esa zorra! Había estado en lo cierto. Yo predije esto. ¿Esperaría Ren todo un mes para aparecer? ¿Mientras él estaba afuera luchando por ellos? ¿Dónde estaba la lealtad, la unión entre ellos?

Su sufrida mente apenas podía procesar ésta situación. ¡Él debería haberlo forzado a acostarse con él ayer en vez de comprarle las malditas ropas!

Con un rugido balanceó el puño y con el golpe rompió un antiguo juego de vasos de whisky.

Nunca había deseado a un hombre que no lo deseara a su vez.

—Yunho—murmuró Jaejoong. —Necesito decirte algo.

—Entonces dilo.

—Es embarazoso, no voy a gritarlo a través de la habitación. —El se enroscó el pelo hacia arriba y lentamente lo fue atando en un nudo. Jugaba con esas sedosas hebras como si supiera cómo le afectaba, absorto imaginó que desnudaba su cuello para él.

Desnudo e invitante. Su miembro latió aún más fuerte. —Cuéntame.

Jae dobló su dedo en un gesto para que se acercara. —Ven por favor.

Él se pasó la lengua sobre un colmillo, entonces se teletransportó hasta quedar justo enfrente de él —¿Qué?

Jae permaneció en el mismo sitio y alzándose de puntillas colocó sus delicadas manos sobre su pecho, él casi se estremeció. En su oreja el susurró —Yunho tengo que decirte que estás más duro que una piedra.

Eso fue… inesperado. Otra casi sacudida. —¿Crees que no me he dado cuenta?

—Sólo quería que supieras que otros pueden notarlo también.

—Míralo, Jaejoong, —lo cogió de la barbilla y empujó su cabeza hacia abajo. —¿Crees que podría alguna vez ser tan ingenuo como para pensar que esto pasaría desapercibido?

El continuó contemplando su erección incluso después de que Yunho lo hubiese soltado.

Jae echó su cabeza hacia atrás para poder mirarla. 

Puedo sentir su preciosa mirada en mi pene. Se imaginó colocándolo de rodillas y alimentando sus labios con su pene. Lo obligaría a succionar hasta que no quedara nada de él... 

 

El murmuró. —Tal vez quieras que regresar aquí después.

—¿Después de qué?

—Después de que te hayas ocupado de eso.

—Asumes que necesito ocuparme de mí mismo —Después del primer toque, estaría de vuelta, casi a tientas desesperado por estar con él. O más bien con Ren.

Mi Novio, que no se digna a verme. Que se joda. Él usaría a éste mortal para su propio placer y si por capricho se le antojaba, haría que su pequeño cuerpo se corriese en un clímax tan fuerte, que el dios todavía lo sentiría cuando apareciera.

—Tú, chico te vas a ocupar de mí.

Jaejoong no mostró miedo ni sorpresa, tan sólo le tomó la medida con su mirada onix.

—¿No vas a pelear conmigo?

—No, todo lo que pido es que antes te quites toda esa sangre de encima.

—¿Cuál es tu plan?—Con una mirada burlona él dijo, —¿Quizá estás intentando que te desee más que a Ren?—Jaejoong enarcó las cejas. —He predicho todos los movimientos de tu tablero, cada jugada que podrías hacer y éste es el único movimiento posible para ti.

—Puede ser que eso sea exactamente lo que planeas. Entonces te daré la oportunidad de demostrarme con cuántas ganas me quieres complacer. Cuando regrese de ducharme quiero verte puesto el camisón de seda roja y que te pongas de rodillas ante mí.

Justo cuando se teletransportaba para salir lo escuchó murmurar, —Me aseguraré de que estés complacido.

 

 Poshiol ty : Jódete en ruso.