Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 55

Capítulo 55

—¡Paquete!—gritó alguien desde abajo.

Desde el cuarto temporal de Jae, él escuchó lo que sonaba como una docena de valkyrias corriendo escalera abajo.

—¿Para quién es?

—Tiene que ser para mí

—¡Cállate!

—¡No, cállate tú!

Jae suspiró, todavía se maravillaba de lo codiciosas que eran sus carceleras Valkyrias. Las había visto robando ropa en complejos atracos, luchando con espadas por joyas, abalanzándose las unas sobre las otras para arrancarse de las manos las armas nuevas.

Ahora que había prendido la tele, Jae consideró teletransportarse abajo y recoger todo, pero no tenía la energía para hacerlo.

Su apetito lo había abandonado. No ansiaba comida—¿o sangre? En comparación con el rico sabor de la oscuridad de Yunho, la sangre oscura, cálida, espesa y dulce, la cosa en las bolsas era nauseabunda.

Habían pasado unas tres semanas desde que había sido llevado al Val Hall, y aún esperaba que viniera a rescatarlo.

En ese tiempo, Jae había perdonado a Yunho por convertirlo en vampiro. Aunque de vez en cuando se sentía como un bicho de feria — con sus ojos volviéndose grises y sus colmillos afilándose sin motivo aparente — ser un vampiro no era tan malo.

En ocasiones incluso le gustaba ser tan fuerte, como cuando daba puñetazos a Valkyrias respondonas.

Jae le había perdonado muchas de las cosas que había hecho, una vez que se dio cuenta de que lo que Yunho decía y hacía no siempre encajaba.

A pesar de que se había mofado de él por ser un inferior mortal, el había intentado quemarse vivo para salvarle la vida — y en esos momentos había sido mortal.

En su último día juntos, se había comportado como un tirano, ridiculizándolo; sin embargo, en las horas anteriores le había hecho el amor como si lo quisiera.

Cuando había dicho que no eran iguales, no significaba necesariamente que el pensara que era estúpido o que no tuviese ningún valor para él. Le había dicho, “¿Engañando a la Dorada? No podría estar más orgulloso, Jaejoong.”

Una vez más, Jae había sido más bien mortal en esos momentos…

En ocasiones, Jae había soñado con brevísimos recuerdos de Yunho, viendo la noche en la que hicieron el amor desde su punto de vista. O experimentaba un tipo de conexión intensa con él.

Pero sus pensamientos y emociones iban siempre tan frenéticos imposibles de desentrañar para un novato como él. La mente de Yunho era como él, un verdadero laberinto.

Todo lo que sabía era que le echaba tanto de menos, que sentía dolor.

—Es para el vampiro. —gritó alguien desde abajo.

Jae saltó disparado a sus pies. ¿De Yunho? ¿De quién si no?

Mareado, aturdido, se teletransportó abajo a la multitud, dando codazos para llegar al centro. No había otro modo de tratar con las valkyrias.

¿Lo quería Yunho de nuevo? ¿Estaba intentando liberarlo ahora?

—¡Déjenme tenerlo!

Con un despreocupado siseo, una de las valkyrias más jóvenes se lo dió.

El elegante paquete estaba estampado con un sello que parecía de la realeza, dirigido a Jae de Yunho Jung Daciano, Soberano de Dacia, Reino de Sangre y Niebla.

Jae desgarró el paquete, dándoles a todas una sonrisa entusiasmada. Sacó la parte superior, sus dedos flaquearon. El paquete cayó al suelo, lanzando su contenido.

Un corazón negro sangriento salió afuera rodando.

Cuando se detuvo a sus pies, puso la palma de la mano sobre su boca para evitar vomitar. ¿Por qué haría algo así? ¿Cómo…?

La muchedumbre se abrió para la férrea Cara, con Ara siguiéndola detrás.

—Lee la nota, vampiro. —Ordenó Cara.

Con las manos temblorosas, Jae recogió el pergamino quebradizo.

“Jaejoong,

Con mi cordial saludo.

Nunca volverás a tener tus garras en otro de los míos.

Púdrete en el infierno, Y”

Ara juntó las manos sobre el pecho, suspirando, 

—Te ha dado su corazón. Eso es tan romántico. Mucho mejor que un corazón de caramelo.

Esos se quedan pegados en los colmillos, ¿sabes?

—No va a venir por ti—Dijo Cara en tono incrédulo.

Jae agitó su cabeza, insensible. —No, no lo va a hacer.

—Entonces no eres una ventaja—Los ojos violeta de Cara brillaron.

—Tu utilidad ha terminado. Ara me ha recomendado que no te mate. Así que estás por tu cuenta.

—¿Me estás liberando?—¿Me estás echando?

—¿Por qué debería tenerte aquí?

¡Porque no tengo ningún sitio al que ir! Jae no podía vivir con su familia. No tenía buenos amigos aparte de Junsu y Hag, y su fidelidad iba en primer lugar para Yunho.

Jae se había convertido en un vampiro… sin ninguna razón. Estaría completamente solo en su mundo. Yunho no quería ni siquiera hablar con él, discutir qué había pasado, mucho menos esforzarse por la relación.

Él lo había abandonado al… al Lore. Después de haberlo tomado de su familia.

Ante ese pensamiento, todas las racionalizaciones que había hecho sobre él desaparecieron. ¡Ese bastardo! 

¿Vas a vivir en este mundo, Jae?

Entonces hazte duro, hazte malo. Cuida de tus propios asuntos.

Yunho le había dicho, “Para vivir en el Lore hay que dar golpes osados”

El podía ser igual de loco que todos esos fenómenos. ¡Soy Apalache!

¡El ir a la montaña como nunca lo habían visto!

Jae se giró hacia Ara. —¿Puedo enviarle un paquete de vuelta?

Ella saludó a Jae, gorgojeando, —Me encargaré yo misma.

Conducido por una rabia abrasadora, Jae miró a Cara. —Dame una espada.

Lo que fuera que vió Cara en su expresión le hizo lanzarle un cuchillo.

Jae apretó el puño alrededor de la empuñadura.

Entonces, ante los ruidos de los murmullos impactados de las Valkyrias…

—Oh, vamos, el vampiro no será capaz de… ¡Mierda! ¡El lo hizo, mierda!

—Jae es mi mejor amigo.

—A mí me gustaba incluso antes de conocerlo — Tú lo odias en comparación de lo mucho que me gusta.

—Nunca tendrá que volver a pagar una ronda en el Lore.

Jae le hizo a Yunho un regalo de todo corazón de su propia cosecha.

*******

—¿Hoy está cuerdo?—Murmuró Stelian mientras él y los otros machos de la realeza se teletransportaron dentro del cuarto de consejo.

Habían pedido encontrarse con Yunho esa noche para evaluar su nueva regla.

Sí sus noches coherentes y estables habían sido sorprendentemente frecuentes; esa noche no era una de ellas.

Yunho frotó un colmillo con su lengua. Tengo su evaluación.

En la sala del consejo había habido una vez una ornamentada mesa redonda, indicando la igualdad entre los que se sentaban. Él había hecho destrozar la mesa, reemplazándola con una rectangular. Un trono dominaba un extremo. Sin silla en el otro.

Y si Yunho recibiese alguna queja por su redecoración, no volvería a haber consejo.

Estaba realmente consiguiendo quejas por otras cosas. Stelian a menudo estaba demasiado borracho para estar asustado de Yunho así que tontamente decía lo que pensaba.

Mirceo normalmente pensaba que Yunho estaba bromeando, creyendo que él podía bromear con su tío.

Sin su novia, a Trehan le daba igual si vivía o moría. Viktor deseaba luchar con su rey, tomándose cada ofensa con el espíritu malvado con el que Yunho las daba.

Kosmina adoraba a su Nuevo —malhablado pero bien intencionado tío. —Porque, como ella decía, —Quizás no se supone que tengamos que entenderle. Quizás él es tanto un enigma como un amo de los rompecabezas.

Escucha, escucha, Kosmina. Pero aun así voy a enviar tu culo a Japón.

Quizás la familia real necesitaba presenciar una demostración del poder sin igual de Yunho. Por el momento, ellos simplemente pensaban que era un tonto enamorado que había sido abandonado por su pareja.

Todavía recuperándose… Después de semanas en Dacia y numerosos días de sueños, Yunho seguía sin tener ningún recuerdo de Jaejoong. Su conciencia parecía moverse en el borde mismo de ellos.

El sabía que los vampiros nunca veían nada en sus visiones de lo que no se pudiesen recuperar mentalmente.

¿Qué hay en los recuerdos de Jaejoong que me puedan marcar peor de lo que ya estoy?

Stelian se aclaró la garganta. —Antes de empezar, nos gustaría hablar sobre tu pareja.

Yunho junto sus dedos. —Obviamente, no tengo ninguna.

Mirceo dijo, —Eres un monarca con Novio, mi liege. Eso significa que él es nuestro señor, y lo servimos. Ahora mismo, él es un objetivo de tus enemigos.

La octava parte de una pulgada de tendón. —¡No quiero escuchar una sangrienta cosa sobre eso!

Stelian dijo, —Si no por otro motivo, necesitas a tu Novio para tener herederos.

—No necesito a nadie. Planeo vivir — y gobernar — para siempre.—Así que los herederos son innecesarios. ¿Pero qué de simplemente tener niños? Le había agradado la idea de tener descendencia con Jaejoong.

¡Otra cosa que me ha robado! Entornó los ojos.

—¿Frunces el ceño, joven Viktor? ¿Que gobierne eternamente no te gusta?

El alto vampiro se levantó, con los puños cerrados. —Tu orden del día no es lo que habíamos imaginado, primo. ¿Quieres enviarnos a una nueva guerra y crees que deberíamos revelarnos a todo el Lore? Esto dejará de ser Dacia.

Con su silenciosa intensidad, Trehan dijo, —Prometimos lealtad a un rey y a su consorte.

Viktor añadió, —Juramos proteger al Rey Jaejoong.

En un destello, Yunho saltó de su silla, teletransportándose adelante para golpear la cabeza de Viktor contra la mesa. —¡Te dije que no volvieras a pronunciarme ese nombre!

Viktor liberó su espada y lanzó un golpe, pero Yunho la atrapó, apretándola. —Si no estás conmigo, estás en mi contra.—Su sangre salpicó sobre la cara incrédula de Viktor.

—Te has equivocado.—Yunho dio un tirón brutal, arrojando el arma lejos de él.

Cuando los otros sacaron sus armas, Yunho barrió la habitación con una velocidad que no pudieron comprender. Garras afuera, desarmó a sus oponentes — inutilizando un tendón en el sitio adecuado del brazo, cortando un ligamento…

Volviendo a Viktor, golpeó la cabeza de su primo. —Ahora, —dijo crispado mientras aplastaba el cráneo de Viktor.—¿Estamos todos de acuerdo en que no hay que joder a Yunho? ¿Qué puedo ser tu pariente, pero siempre seré el Enemigo de lo Antiguo?

Aturdidos, todos asintieron reacios.

—Sobre todas las cosas, soy su rey—miró a todos de arriba a abajo mientras ellos luchaban por recuperar el aliento o cerrar una herida sangrante. —Me obedecerán a mí. Su única alianza es hacia mí. ¡Júrenlo!

No como Jaejoong, ellos estarían atados a él. Pero él había querido su lealtad más que la de cualquier otro, más que nada.

Una vez que cada miembro de la realeza hizo su juramento, soltó a Viktor, que cayó al suelo. —Yunho terminó la lección.

Ellos arrastraron a Viktor fuera, entonces se teletransportaron de la habitación, todos menos Stelian, que se sujetaba un brazo efusivamente.

—Te has ganado un enemigo para toda la vida en Viktor.

—¡He ganado respeto!

—Viktor es demasiado parecido a ti como para aprender la lección que trataste de enseñarle.

Yunho lamió distraídamente el corte en su mano. —Entonces el pronto perecerá bajo mi gobierno.

Stelian agitó su cabeza. —Ahora que las ambiciones políticas han sido neutralizadas entre nosotros, tus primos son un grupo bueno y auténtico. Podrían unirse como una familia de nuevo, si tú los guiaras.

—Te has perdido el punto, Stelian. Ellos podrían ser demasiado buenos y auténticos. —Yunho sacó sus colmillos. —Pero yo no lo soy.

Hag entró entonces, vestida en un conservador atuendo Daciano, manchado con pociones rosa chillón y verde neón. 

 

—Necesitamos hablar, Yunho. —Ella le había dicho que le llamaría señor tan pronto como él la llamara SoHyun. O cuando el infierno se congelara.

—¿Qué pasa, Hag?

—No sé qué, o exactamente cuándo, o cómo — pero la primera amenaza a tu reino se acerca… pronto.