sábado, 16 de mayo de 2015

Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 46



Capítulo 46

Está sucediendo —Jae admitió a SoHyun mientras ella bebía a sorbos una Coca-Cola.
Me estoy enamorando de él.

El y la Fey estaban en la terraza observando la puesta del sol mientras Jae esperaba ansiosamente a Yunho. Él había estado desaparecido todo el día.

Cuando él se había ido, Jae le había vuelto a decir que no se preocuparía. En cuanto a eso.
Junsu había ido de visita más temprano. Por horas, él y SoHyun habían tratado de distraerlo, pero su sensación de temor había ido creciendo constantemente durante todo el día.

A las cuatro de la tarde, le había exigido a SoHyun que tirara los huesos. Lo que sea que la Fey había visto se había filtrado en el color de su rostro, y le había arrancado una palabra: “…ardiendo.”

Sin embargo, una vez que se había recompuesto, SoHyun había puesto una falsa sonrisa y consideró que esa lectura era un “fiasco”.Sin importar lo mucho que Jae la trato de engatusar, ella se rehusó a hablar más sobre el tema.

Ahora SoHyun dijo: —Ya me había dado cuenta, por la forma en que lo miras. ¿Se lo has dicho?

Jae murmuró: —No todavía. —Aferrándose al hilo de su anterior testarudez, había retrocedido en su promesa. Nunca enamorarme de Yunho se había convertido en no decirle que lo amo primero…

Jaejoong —comenzó SoHyun en tono afligido—, hay algo que necesitas saber sobre Ren y…
Yunho apareció repentinamente; Jae dejó caer la mandíbula.

Estaba quemado profundamente en algunas partes, sus músculos saltados, sudor y sangre manaban de su piel carbonizada.

Antes de que Hag o Jae pudieran decir una palabra, él ya había tomado el brazo de Jae, teletransportándolo a su dormitorio en el departamento.

¡Yunho, Dios mío! ¿Qué te pasó? —¿SoHyun lo había presenciado?
Sus iris eran del rojo más profundo del que Jae jamás los había visto antes, el color de la sangre atravesaba la blancura de sus ojos.

Mira lo que he recuperado, Joongie. —Él apretaba un sencillo anillo de oro con dos dedos hasta que los nudillos se le pusieron blancos, su expresión era una mezcla de locura y agonía.

Eso es bueno, ¿cierto?
Él se rió amargamente.
¿Bueno? Es tu perdición.
¿De qué estás hablando?
No puedo salvarte… Sin importar lo que intente, mis votos me controlan.

Escalofríos se deslizaron por la espalda de Jae.
No lo entiendo. Por favor cálmate, Yunho.

¿Bebiste de alguien?
Jaejoong, ni siquiera puedo matar tu cuerpo antes para salvar tu alma…
¿Matarme? ¿Qué pasa con mi alma? ¡Estás hablando locuras otra vez! —gritó Jae—.
Sólo tienes que usar ese anillo para sacar a Ren de mí.

Yunho comenzó a pasearse por la habitación, nunca una buena señal.
No puedo traicionarlo. ¡Tú no entiendes!
¡Entonces haz que entienda!

Como si lo hiciera con gran dificultad, él rechinó:
Prometí al Lore convertir a Ren en inmortal… y destruirte a ti. Tú no puedes morir simplemente. Tú alma será expulsada. He tratado de todo para salir de la promesa… luchando contra ella incluso ahora.

¿Él había sabido todo el tiempo que él tendría que hacer esto? Incluso si Jae entendía que las promesas hacia el Lore eran inquebrantables.
Déjame escapar, Yunho.
Se paseó más en la habitación.
Podrías estar al otro lado del mundo. Eso no hará una diferencia cuando me vea obligado a… forzado a… terminar contigo.

Jae no podía tomar suficiente aire. —¿Mi alma será expulsada de mi cuerpo… o de todo?
¡Desaparecerá! ¡Como si nunca hubieras existido!
Respira, Jae, respira. —¡Esto es lo que habías estado insinuando!
¿Por qué no me lo dijiste? ¿Para prepararme?
No podía… físicamente no podía colocarte en un camino que pudiera interferir con mis votos. Pensé que podría ahorrártelo de todos modos.

La desesperación se profundizó. Y aún así voy a morir. De regresó a donde había comenzado.

No, ahora era mucho peor. Al menos antes no había estado enamorado del vampiro. Al menos antes pasaría de ser un condenado a muerte al cielo, o eso había creído.
Ahora iba a irse del paraíso del placer a… la nada.

¿No existiré más? ¿Destruído por el hombre que empezaba a amar?
Yunho se pasó los dedos por el cabello cubierto de hollín.
Ni siquiera pude permanecer en el sol…

Jae separó los labios. ¿Era por eso que su piel se había quemado?
SoHyun le había dicho que el dolor era insoportable para un vampiro.
¿Trataste de morir por mí?
¡Por supuesto! —Espetó, atrayéndolo a sus brazos—. ¡Preferiría morir antes que hacerte daño!

Jae no podía creer eso, pero sabía que él no podía mentir.
Hoy, Yunho había tratado de acabar con su vida por él, había desafiado al instinto de supervivencia que lo había mantenido vivo por miles de años.
¿Cómo eres capaz de decirme todo esto ahora? ¿Debido a que ya no hay marcha atrás?

Él se aferró a sus hombros, mirándolo a la cara. Su expresión le respondió.
Oh. —Las lágrimas se acumularon y cayeron. ¿Por qué no llorar?
Nunca se había sentido más desesperanzado.
Al menos ahora sabía con lo que él había estado luchando.

¿Do—dolerá?
Ante sus palabras, Yunho lanzó un bramido de angustia, sangre salió por la comisura de un ojo. — Jaejoong, no lo haré…
¿Puedes usar el anillo para traerme de vuelta?
¡No se puede revertir un deseo! ¡Pero encontraré la forma de traerte de regreso!

Yunho, yo —dio un sollozo—tengo miedo.
Otro agonizante bramido le siguió, luego lo envolvió contra su pecho.
Estaba temblando a su alrededor, luchando contra esa batalla interior.
Si no puedo salvarte, te seguiré.
Lo estrechó con más fuerza, meciéndolo, murmurando palabras desconocidas en ruso.

Su piel chamuscada y ropas olían a ceniza. Él trató de quemarse por mí.
¿Sería ese el último aroma que percibiría? —No me sigas, Yunho. No quiero que tú…

¡“RIIIIINNNNNNGGGGG!” (“¡AAANIIIIIIIILLOOOOOOO!”)
Jae alzó la cabeza de golpe. 
—¿Qué es eso?
¡Devuélveme mi aaniiiilloooo! —El grito de una mujer sonaba justo desde afuera del balcón —veinticinco pisos arriba del suelo.

A la vez, Yunho empujó a Jae a un lado para quitarse el anillo.
La Dorada. ¿Cómo mierda nos encontró?
¿Alguna mujer desde el exterior lo estaba controlando? ¡Justo como temía!
¡Enemigo de lo Antiguo! —Las palabras de la Dorada sonaban estáticas, como si fueran pasadas por un filtro—. Déjame entrar. No te me resistas.

No puedo luchar contra ella —espetó Yunho en voz baja mientras iba a la pared junto a la puerta del balcón. Los símbolos estaban grabados en el yeso—. 
¡Ve a la puerta de enfrente, Jaejoong! Serás capaz de abrirla pronto.

Una vez que Yunho desbloqueó los límites, la Dorada descendió sobre la barandilla del balcón, como si acabara de atravesar una entrada invisible. Con un movimiento de su mano, las puertas de estilo francés se abrieron de golpe.

Mientras Jae se quedaba boquiabierto, la hechicera flotó al interior, a escasos centímetros del suelo.

Yunho le había revelado algunas cosas de la Dorada, cómo que estaba medio loca, grotescamente momificada, gritaba por su anillo.

Ahora la hechicera estaba regenerándose. Todavía tenía un solo ojo —pero sorprendentemente era de color verde oliva con espesas pestañas.
Algunas hebras de su cabello eran espesas y lustrosamente negras, otras eran fibras lacias. La mitad de su rostro tenía piel suave y morena; la otra estaba incrustada con gasa putrefacta.

Una sólida coraza de oro cubría su torso, una falda de hilos dorados se envolvían alrededor de sus caderas.

¡Corre, Jaejoong!
Jae cerró la mandíbula con un chasquido, y se dio vuelta, corriendo hacia la puerta principal. Pasando a través de los pasillos corriendo. La entrada principal la vista.

Al llegar, abrió el ordinario cerrojo, luego abrió la puerta, Jae se detuvo en seco con un grito; Yunho dió un bramido como respuesta desde su habitación.
Wendigos le cerraban el paso.

Sus cuerpos eran escuálidos, encorvados y deformes, sus colmillos del tamaño de sus dedos. Piel pálida se estiraba por sus esqueletos, y aún así parecía ondularse en algunos sitios.

El horror lo golpeó. Llevaban puesta la piel de otros.
Mangas, chalecos, collares…

Jae golpeó una mano sobre su boca, aguantando las ganas de vomitar, retrocediendo. Es demasiado.
No puedo soportar más de esto. A medida que ellos se escabullían hacia el departamento, se relamieron los labios ante él, con sus ojos rojos encendidos.
Con hambre.

Jae huyó de regreso hacia Yunho, impulsándose con los brazos, corriendo como nunca antes lo había hecho. Estaban pisándole los talones, gruñendo, babeando. Dentro del dormitorio Jae se tambaleó.

Con los ojos abiertos de par en par, Yunho le tendió una mano, pero no se movió, no trató de protegerlo. Jae corrió detrás de él de todas formas.

¡Me está controlando, Jaejoong! Me dijo que no me moviera. Estoy atrapado en esta posición.

La Dorada sacó la silla del escritorio de Yunho, tomando asiento con aire casual. 
Pero sus movimientos eran lentos.
¿Cómo encontraste este lugar? —demandó Yunho.

La hechicera sostuvo el anillo contra la luz de la lámpara. —Un viejo conocido me lo dijo. —Deslizó el anillo en su dedo pulgar, luego hizo señas a Jae—. Ven, chico.
Jae negó con la cabeza lentamente.
Ven, o haré que tu vampiro te beba hasta la muerte.
Yunho le apretó la muñeca… hasta que la Dorada ordenó: —Suéltalo.
Él lo hizo al momento.

Viendo el control que la hechicera tenía sobre Yunho, Jae cruzó la habitación hasta detenerse ante la Dorada. ¿Me matará? ¿Me convertirá en una de esas cosas?
Arrodíllate.
Sin otra alternativa, Jae lo hizo.

La hechicera lo examinó con ese único ojo. 
—¿Ren el Segador de Almas está escondido profundamente en este mortal, Yunho? ¿Era el dios de los vampiros el Novio que buscabas? Tal vez querías volver a este huésped humano en inmortal con mi anillo.
Él permaneció en silencio.

¿Proteges el cuerpo con tanta vehemencia para preservar a Ren? ¿O este chico es tuyo?
¿Viniste aquí para insultarme? Tú sabes la respuesta a esa pregunta.
¿Lenguaje de Yunho?—Jae pensó.

La Dorada levantó su mano buena para tocar la frente de Jae, ordenando: 
—Enfréntame, Ren. Jae retrocedió, resistiéndose a Ren con todas sus fuerzas.
¡No, hechicera! —gritó Yunho—. ¡No hagas esto!

Sé que puedes sentirme en el fondo, dios —dijo la Dorada, ignorándolo—. ¡Ahora sal!
El revestimiento de oro de la mujer parecía vibrar mientras el poder infundía la habitación.

Jae podía sentir a Ren deslizándose violentamente en su pecho, pero aún así él luchó.
Yunho tiró con fuerza contra el control de la Dorada. 
—Esto tiene que ver más con mis crímenes contra ti. ¿Qué quieres de Ren?
Venganza.

Jae guardó silencio, luchando por mantener al dios atrás.
¿Por qué? —gruñó Yunho.
¿Por qué crees que estaba en esa tumba, vampiro? —dijo la Dorada—.
¡Debido a que los asesinos de Ren me perseguían sin cesar!
Desesperada, volví al anillo, pero era demasiado poderoso para vencerlo.

Así que deseé nunca ser encontrada por sus asesinos, ser liberada de sus tormentos. Y el anillo se aseguró de que yo estuviera siempre fuera de su alcance, haciendo que mis otros enemigos me atraparan en una tumba por siglos. —Ella se quedó con la mirada fija con su único ojo por un largo rato, luego se giró hacia Yunho—.

Hasta que tú llegaste, despertándome. Al mismo tiempo, sentí la ausencia de la divinidad de Ren. Me niego a dejarte usar mi propio anillo para empoderarlo de cualquier manera.

Esto no tiene sentido, Dorada. Ren no tendría ninguna razón para asesinarte. ¿Quién eres tú para un dios?

La visión de Jae flaqueó. Estaba perdiendo terreno, no podía aguantar mucho más tiempo…

La Dorada le frunció el ceño a Yunho. 
—¿No conoces la profecía?
¿De qué estás hablando? —dijo él—. ¿Qué profecía?

Distracción. —Hmm. Sólo sé que está a punto de cumplirse.
Con eso, Jae dio un grito, colapsando mientras su visión se oscurecía.

Ren se sintió obligado a surgir, parpadeando. ¿Estaba en la habitación de Yunho? Con la mano en la frente, se puso de rodillas… y se encontró a sí mismo rodeado de Wendigos.
De cara a su antigua enemiga.

¡La predicción! El miedo creció en Ren, pareciendo hincharse dentro de su garganta. Pero Ren hizo como si todavía tuviera poderes. —Dorada —se burló—. Han pasado siglos.

La Dorada sonrió, dejando al descubierto unos colmillos podridos entre otros blancos brillantes. —Ya no eres el dios de los ojos de gato —dijo ella, hablando español estático a través de algún tipo de hechizo traductor.

Tú ya no eres digna de ver. Rodeándote de la compañía de bestias babeantes.
Regeneración. —La Dorada se encogió de hombros. Sus adornos habituales casi resplandecían, revestiduras de oro tan pesadas que parecían como si aplastaran su forma putrefacta—.

Tu hombre me perjudicó muy a fondo. Quería vengarme de Yunho. No tenía idea de que podría impartírtela a ti también.

Esto no podía estar pasando. Estaba anunciado… Estaba anunciado…
El miedo inundó a Ren, pero se forzó a sí mismo a hacer un gesto de desprecio.
¿Qué me puedes hacer? —¿Estoy sudando de miedo?—Yo soy un dios.

No tienes poderes. Y eres pura maldad. Fácil de controlar para mí.
¿Debo hacer lo que se adivinó hace tanto tiempo?

Ren tragó. —Si lo intentas, fracasarás. Y luego te castigaré con la ira de un Dios.
La Dorada sonrió, su rostro estirado en una máscara repelente.
Creo que correré el riesgo.
Ren se giró hacia Yunho. —¡Vampiro, haz algo!

Sus músculos estaban anudados, su expresión tensa, pero él permaneció inmóvil. La Dorada claramente lo tenía bajo su yugo.

No tomes a Ren, hechicera. ¡Debe haber otra manera de arreglar esto!
La comprensión lo golpeó. Yunho estaba actuando como si él fuera su Novio, porque él sabía que la Dorada lo expulsaría para castigarlo.

Efectivamente el vampiro, había descubierto una manera de escapar de su promesa. 
 
¡Dorada, yo no soy su Novio! Si buscas venganza contra Yunho, entonces debes matar…
¿Por qué me niegas ahora, Ren? —gritó Yunho.

La Dorada levantó su mano, sus dedos extendidos dirigiendo la energía mística a Ren.
La joyería de oro de su cuerpo retumbó, su único ojo brilló. Los Wendigos aullaban mientras el aire se volvía eléctrico.

¡No! —gritó Ren—. ¡No lo hagas!
Nunca te hubiera hecho daño, dios, nunca te habría puesto como objetivo, si no me hubieras asediado con tus asesinos. ¡Idiota! Me diste la espalda en este camino. Tú cumpliste esta profecía.

¡Pagarás, Dorada! Mi hermano…
Envíale saludos. —La Dorada cerró su ojo y tiró el puño de golpe.

La oscuridad se extendió ante Ren, la profecía repitiéndose una y otra vez mientras su consciencia comenzaba a apagarse.

Se predice que La Dorada, la Reina del Mal y del Oro, una hechicera de gran poder, destruirá a Ren el Segador de Almas, Dios de la Muerte Divina, condenándolo al Éter que lo engendró, por siempre sin forma como el caos de donde surgió…

Anunciada. Una profecía autorealizada. Oscuridad. Silencio. Frialdad.

Vacío.

El último pensamiento de Ren: Mis acciones tuvieron una consecuencia.

17 comentarios:

  1. Toda acción tiene una reacción xD Oh sí *-* que interesante seestá poniendo >< me gusta mucho *O*
    Ya era hora que Ren tuviera su castigo è-é
    Jae D: ¿qué pasará con Joongie?

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  2. Lloro... Bien se fue Ren *tira confeti* y ahora que va a pasar con Yunho y Jae???

    Wahhh cada vez se va poniendo más interesante la historia >o< ya quiero leer el próximo capítulo!!!!

    Gracias Gaby por la Actualización :)

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  3. Bien Dorada si eso era lo que queria la venganza a Ren
    Jae ya podra ser el mismo con su hombre sexy sera que se cumpliran sus sueños

    Gracias

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  4. que bien que por fin Ren obtuvo su merecido y espero que la Dorada no lastime a Yunho ni a Jae los deje ser libres y felices
    Gracias me encanto este capitulo por que por fin Ren esta fuera de Jae
    Gracias hasta el próximo

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  5. ya Ren no pinta más en la historia??' así de fácil?? qué bien... y yo que pensaba que a Ren no lo sacaban ni con una grúa y seguiría con sus maldades,
    ahora lo importante... la Dorada odia a Yunho, presiento que seguirá haciendo el mal y a todo ésto... Jae volverá??' le harán daños esos zombies... qué miedito.
    gracias ,gracias por este fabuloso capítulo

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  6. Eso quiere decir que ren ya no habita el cuerpo de Joongie.... Waaaaa, esa dorada me da un miedo atroz, mas q por su maldad es por como la describieron, que horrible! .... Que hara Yunho, q hara para proteger a Jae. U.u ...... A por cierto felizmente Yunho no se carbonizo bajo el sol, y el querer hacerlo fue una muestra de ese amor tan grande que le tiene a Jae. Tiene que haber una manera de que ellos sean felices. Gracias Gaby, estoy ansiosa por otro cap mas. <3 :-)

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  7. Nuevamente el capítulo quedó en la mejor parte. Hasta que por fin se deshizo de Ren (o eso espero), y ahora, ¿Qué pasará con mi Jae? Sólo espero que llegue alguien y evite que la Dorada acabe con Yunho, ya las cosas - como dije en el capítulo anterior- se están arreglando lentamente. Espero actualices pronto, gracias por el capítulo. Amo este fic enormemente.

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  8. Ohhhhh Yunho intenso morir por Jae 😍 😍 😍 😍 que preciosidad me muero por saber como contijua la trama mil gracias por subirlo te mando besitos 😘 😘 😘 😘 😘

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  9. Este capitulo si que estuvo muy intrigante Yunho si se sacrificó por el y Jaejoong acepto que se enamoro de su vampiro y ahora estoy perdida porque Ren perseguia a la dorada o solo era por capricho pero que hizo la dorada lo expulsó del cuerpo de Jaejoong? el ya jamás regresará? que pasará ahora? y que es lo que dijo Ren al final que sus acciones tenían una consecuencia ? de que ? para quien ? aish quiero saber que pasarás u.u ...no nos dejes asii >^<

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  10. Con esto Yunho podra estar con Jae verdad???, lo unico que espero es que la bruja esa no haga daño a Jae o Yunho,
    gracias por el cap esta genial y me dio esperanza de que esten juntos por siempre
    besos bye

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  11. murio ren ? y que pasara con jae¡¡ uuu que nervios y que rebueno el capitulo y la dorada que ara con yunho ? gracias gaby por el capitulo besos

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  12. Agonizante y terrorífico capitulo. Yunho no logra hacer nada con el anillo y prefiere morir que cumplir el juramento ante el lore, afortunadamente no lo logro, pero ahora ya apareció la Dorada y Yunho logro engañarla haciendola creer que Ren es su novio y lo quiere subir a la inmortalidad, la Dorada ahora cumplió una profesía que tiene que ver con Ren, al cual ya elimino, pero ahora que pasará con Jae y con Yunho. Que emocionante e interesante.
    Gracias.

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  13. Parece que alfinal Dorada acaba ayudando a Yunho eliminar Ren del cuerpo de Jae eso es una gran ayuda asi Jae no tiene que morir ni Yunho tampoco, eso es una buena noticia wiiii <3
    Lo malo es que pasara con Yunho si la Dorada quiere venganza que le ara a Yunho espero que no salga eridos...

    Gracias por la actu <3

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  14. La dorada ayudo a YH y Jae sin querer queriendooo ....se pone mas interesante ahora que ya no hay Ren ^~^ !!!!

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  15. Tómala!!!! eh eh!!! No contabas con la astucia de Yunho, no Ren!!! Yeyyyy!!! Bye bye!!!! Ahora que ya no está, que pasará!!! Omg!! Jae, Yunho!!! >w<

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  16. omo que bueno :) espero que Ren si desaparezca de una vez por todas, ya es tiempo que ese ser deje en paz a Jae. Yunho fue muy afortunado.

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  17. Oh por dios!!
    Funciono? De cerdad funciono? Jaejoong a sido liberado de Ren?
    La dorada matara a Yunho? O lo dejara "sufrir" pensando que elimino a su novio?
    Diosh tengo que leer el que sigue
    Gracias

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