Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 37

Capítulo 37

¿Dónde se ha ido Yunho? Jae se preguntó en su mente.

¿Estaba él en peligro? No sabía por qué debería importarle un bledo.

Aparte de su catatonia, nada había cambiado entre ellos. ¿Verdad?

Aquel joven se inclinó delante de Jae, entonces con mucho cuidado movió su cabeza hasta que Jae lo estaba observando. Pero todavía no podía enfocar sus ojos.

—Así que tú eres el Novio del Señor Yunho. ¡Sabía que él me permitiría conocerte! 

No importa lo rudo que parecía al principio.

“No soy su Novio, solamente una mascota campesina que utiliza para salir del paso hasta que pueda matarme”. Al menos, eso es lo que Jae había pensado hace sólo unas horas cuando había llorado en sus brazos.

¿Pero considerando la reacción anterior de Yunho...?

Ahora Jae no lo sabía.

—¿Jaejoong, verdad?—el recién llegado preguntó con un acento sureño. No era un acento de montaña, pero definitivamente del Sur.

Hag dijo, —El prefiere que lo llamen Jae.

—¿Y tú? No puedo llamar a alguien tan bonita como tu... Hag. 

¿Tal vez tienes un segundo nombre?

Jae pensó que él sonreía abiertamente cuando dijo eso.

—A Yunho no le gustará que me llames...

—Simplemente deja que yo me preocupe de él.

—Muy bien. Mi nombre es SoHyun.

—¿Ella se lo dijo a él, pero a mí no? —pensó Jae un poco herido.

—Encantado de conocerte, SoHyun.

—¿Y tú podrías ser, Junsu? Pareces mortal.

—Gracias. Pero en realidad soy un vampiro y fantasma mestizo.

Hag... SoHyun... contuvo el aliento. ¿Por qué?

—Sí, tengo mucho de eso. —Una vez más Jae oyó diversión en su tono. —Ya que soy malo,

poderoso y raro y todo. —Entonces a Jae, él le dijo, —Mi nombre es Su. Soy un amigo del Señor Yunho. Y voy a ayudarte con esto.

¿Este tipo era de verdad? Su voz profunda estaba llena de bondad, pero si era amigo de Yunho y parte vampiro, ¿eso no lo convertiría en malvado?

—El Señor Yunho se acercó y me trajo porque yo era humano hace muy poco tiempo. 

O al menos, pensaba que lo era. Y estuve catatónico cuando vi a algunas de las criaturas que encontraste. Cosas espeluznantes, eh.

Las cosas que vi…

Su tomó sus manos entre las suyas. Eran grandes y ásperas, calentando las suyas. 

—Pero ahora estas a salvo. Nadie te hará daño.

Vamos a protegerte.

—Seguro. Protegido. ¡Cómo había deseado Jae que alguien le dijera exactamente esto! En cualquier momento de los últimos cinco años.

Pero aún así no era capaz de enfocar su mirada, ni siquiera para ver el aspecto que él tenía. Su mente se negaba a cooperar aún bastante traumatizado.

—Cuando logré salir de eso, —él continuo, —estaba con una valkyria llamada Sora la Radiante muy bonita y una fey oscura llamada Natalya y me tomaron bajo sus alas.

¿Sora la Radiante?, ¿la que Yunho acechaba? Oh, muchacho. Odio este mundo.

—Todos los días las damas se dirigían a mí, hablándome de cosas normales sobre todo. 

Y después de un tiempo, me sentí lo bastante cómodo para salir de mi cabeza. 

—Él le dio un ligero apretón a sus manos.

—Entonces eso es lo que voy a hacer contigo. Conversar. Porque no prefiero estar en algún otro lugar. Me oculto de mi mamá adoptiva. Ella es la mejor, pero piensa que estoy en la escuela superior... y que todavía soy humano... pero he terminado con la escuela mortal.

Así que cada día de ocho a tres, tengo que desaparecer. Me quedo con las valkyrias la mayoría de las veces, pero ninguna de ellas juega al fútbol. ¡Amo el fútbol! Le diré al Señor Yunho si alguna vez quiere jugar conmigo.

Ellas no paran de emborracharse con las brujas, jugar videojuegos, y dar alaridos en desorden. 

¡Vaya! Esto es mejor que el Libro del Lore...

—¡Eh!, si emerges, te contaré historias sobre el señor Yunho. Sobre como salvó mi vida una y otra vez.

¿Hag brevemente había dejado de revolver su poción ante eso?

—Entonces ¿de qué debería hablarte ahora? —Junsu reflexionó. Jae lo oyó chasquear los dedos cuando dijo, —Ah, ya lo sé... 

 

Su voz era un bálsamo calmante, él le habló sobre las valkyirias que emiten un rayo con sus emociones, encendiendo el cielo como si fuera el cuatro de julio. 

Le habló de cómo una valkyria tipo hada madrina llamada Nïx le había puesto un tutor de vampiro, uno que le estaba enseñando a teletransportarse... y como pedir una entrega de sangre.

Le contó a Jae como él y su mamá y abuela vivían ahora en una magnífica mansión en Seúl.

Y durante todo el tiempo él hacia una pausa para recordarle que nunca dejaría que nadie lo lastimara, que él estaba a salvo.

Con el paso del tiempo, la mirada de Jae comenzó a enfocarlo. El podía decir que Junsu era alto, musculoso, y de cabello oscuro. Hermoso.

—¡Tu vuelves, Jae!—Junsu sonrió abiertamente.

¡Oh, esa sonrisa! Con hoyuelos. Tan adorable, tan genuino, tan abierto.

—Sólo tienes que volver un poco más. No dejaré que nada te haga daño.

Jae trató de hablar, de moverse. Luchando...

Puedo hacer esto. Mente sobre mente. Igual que dar de patadas a Ren fuera de escena. Jae comenzó a empujar su camino de regreso a través de su propia mente.

—Eso es todo, cariño. Vuelve con nosotros.

Pelea…pelea… respiración profunda. 

—¿Hola? su voz sonaba rasposa.

—¡Bienvenido de nuevo!

—¡Oh, gracias a los dioses!, —dijo Hag, añadiendo en un murmullo,

—Ahora todos conseguiremos vivir.