Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 32

Capítulo 32

Jae se despertó con escalofríos por todo cuerpo de arriba a abajo.

Yunho estaba a su lado en la cama, pasando el reverso de sus dedos desde su ombligo hasta su pecho. Estaba vestido con lencería sexy, él estaba desnudo.

—Me gustas en rojo—, dijo, su voz áspera, lo que lo hizo temblar aún más.

—Te he estado esperando.

—Qué... ¿qué estás haciendo?

—He decidido darte una oportunidad de expiar tu insolencia anterior.

Con la cabeza.

—Mi insolencia. ¿Acababa Ren de retroceder por su cuenta? —Eso significaba... —Oh, Dios, él me ha librado ¿así de su cama? ¿O simplemente había estado con él aquí?

Jae no se sentía como si hubieran tenido relaciones íntimas. Pero, ¿cómo podía saberlo con certeza?

—Uno u otro, no importa nada.

—Tienes razón—de cualquier manera, esto es enfermizo. ¡Tú y Ren están enfermos! —Jae empujó su pecho, pero no pudo moverlo. —¡Aléjate de mí!

Yunho fácilmente capturo sus muñecas con una de sus manos, fijándolas encima de él.

Cuando cubrió su pecho con su mano libre, amasando suavemente sus pezones, Jae exclamó, —¡No me toques! ¡No te deseo!

Se inclinó para besarlo, pero él estiró la cabeza. Yunho pellizcó su barbilla, sosteniéndolo hasta que Jae... apretó sus labios cerrando contra los suyos.

Él se echó hacia atrás. —¿Qué es esto? ¡Compórtate como las otras veces que estuviste conmigo! Cuando te derretías por mí.

—Eso fue antes de que entendiera por completo la sucia ficha de trabajo que eres.

—¿A causa de que decapite a algunos cambia formas? Vamos, Jaejoong, no es como si anduviera golpeando gnomos con la polla.

Su boca calló abierta. —¡Eres increíble! Un mortífero, monstruo miserable, sin amigos. Bello por fuera, pero no mucho más. ¡Dios, encuentra el anillo y sácame de mi miseria!

—¡Compórtate como las otras veces que estuvimos juntos! No es una petición.

—Que te jodan, vampiro.

—Pronto.

—¡Suéltame!—Cuando no lo hizo, Jae gritó, —¡Suéltame, suéltame, SUELTAME!

—Dioses Oscuros, ¡cállate!—, Gritó Yunho, pero lo soltó.

Jae se escurrió de la cama. —¿Por qué le serías infiel a Ren? La primera vez que estuvimos juntos fue porque llegó tarde a una cita, la segunda solo pasó, pero esta sería premeditada. ¿Por qué simplemente no esperas a tu novio? No es a mí a quien quieres -me has dicho mil veces lo inferior que soy a Ren. Juro que permitiré que se eleve.

Haciendo caso omiso de él, Yunho ordenó: —Vuelve a esta cama ahora.

—¿El se ha retirado porque no te desea?

Soltó una carcajada —¿Qué ser no me desea?

—¿Lenguaje de Yunho?

—¡Yo! ¿Me preguntaste por qué seguía siendo virgen? Es por hombres como tú, los que toman. ¡Hombres egoístas, estúpidos! ¡No te deseo!

—Por supuesto que sí, Jaejoong. Con solo mirarme te mojas.

—Mirarte me hace pensar en la clase de hombre con el que debería estar.

—¿Y qué clase de hombre es ese? ¿Borracho, pobre, patético?

—No. Nunca lo he conocido, pero lo veo claro como el día. Tiene arrugas alrededor de los ojos cuando sonríe y la piel curtida de trabajar al aire libre. El trabajo honrado ha encallecido sus manos. Él y yo cazaremos juntos, cocinaremos y comeremos grandes comidas en familia. Él se casará conmigo y le gustará a mi familia, también. Suavizando la voz dijo, —Él me dará un niño y una niña.

Los ojos de Yunho se estrecharon. —No. No lo hará. Nunca conocerás a otro aparte de mí. Ahora, vuelve a la cama y deja de comportarte como si se trata de algún tipo de evento. Nos hemos dado placer antes el uno al otro, y todo lo que quiero de ti es intercambiar un par de orgasmos.

—No, no soy el tipo que deja que un hombre lo trate como basura, después de conseguir lo que desea. No has hecho nada para merecer estar conmigo.

—Sin embargo, ¿tú honesto bronceado, e imaginario marido lo merece? Piensa en él todo lo que quieras, sin embargo, será por mí por quien te retuerzas entre gritos esta noche. Puedo hacer que desees esto. Un mordisco, y estarás rogándome que te toque.

—¿Drogándome vampiro roofie? ¿No puedes conseguirlo de ningún otro modo?

—¿Quieres que trabaje por ello, entonces?—La voz ronca de Yunho creció. 

—Lo haré, Jaejoong. No dejaré la seducción de lado para obtener lo que quiero.

Sus ojos se clavaron con los suyos con ese brillo depredador, y Jae se volvió a sentir como una presa indefensa, el objeto de la lujuria de un vampiro despiadado.

Por alguna razón, la idea de esto hizo sus respiraciones poco profundas. Sintió que su piel enrojecía, cada vez más para atraerlo. En un instante estaba de pie junto a la cama, y al siguiente estaba sobre ella, recostado bajo la firme presión de su mano.

Antes de que pudiera pensar en defenderse, él ya había empezado a bajar la seda desde sus hombros hacia la piscina de su cintura. La indignación quemó dentro de Jae, lanzándole un puñetazo salvaje, pero con velocidad sobrenatural, él fácilmente cogió sus dos muñecas con una mano. —Ah—ah, sólo vas a hacerte daño. Y me distraerás. Ahora bien, relájate. Jae se tensó aún más.

—Dulce Jaejoong, con tu piel caliente y tu sangre caliente.—Estiró los brazos sobre su cabeza, sujetándolo por las muñecas una vez más. 

—Déjame ver si no puedo avivar la fiebre en ti.—Con su mano libre, rodó su pezón entre el pulgar y el dedo índice. 

—¿Te gusta esto?

—¡No!—Jadeó la palabra.

—Mentiroso. ¿Y qué dices de esto?—Le pellizcó el otro.

Sus caderas corcovearon. —¡No!

En su oreja, le susurró: —Sé mi amado, y dime que me deseas.

—¡No lo haré!

Se inclinó sobre uno de sus pezones. Jae sintió su cálido aliento abanicando sobre él y apenas mantuvo los ojos abiertos.

Yunho nunca los había succionado antes. Había querido hacerlo la primera noche, pero Jae se lo negó. Durante su segunda vez juntos había estado absorto en otras cosas. Ahora su deseo era claro.

—Mira tus bonitos pezones.—Su lengua giró en torno a uno, haciéndolo ahogar un grito. —Ellos me ruegan que los pruebe, la sangre los endurece hasta que parecen pequeñas bayas. Haré todo lo que pueda para no perforarlos.

—Él atrapó la punta entre los dientes... y suavemente tiró.

Jae oyó un gemido, apenas podía creer que el sonido carnal, había salido de él.

Sus labios se curvaron en una sonrisa antes de que ellos se cerraran alrededor de la punta para succionar. Su boca era abrasadora al igual que su lengua fustigadora.

Cuando él se echó hacia atrás para ver su reacción con su mirada roja y malvada, Jae estaba jadeando, luchando contra el impulso de arquearse por más.

—Ah, te gusta eso.—Mientras mordisqueaba y chupaba su otro pezón, sus dedos se arrastraban por su cuerpo, haciendo círculos sobre su ombligo. Contra el pezón mojado, con voz áspera dijo: —Y te gustó cuando te toqué aquí, ¿no?—Su mano se deslizó bajo el peluche. (la lencería)

—¡No!, —Exclamó Jae, mientras su dedo índice se deslizaba entre sus pliegues.

—¿No quieres que continúe?—Él dejó todo, la succión en el pezón, el juego habilidoso de sus dedos.

—Yunho...

—Ruégame. Dime que me necesitas, que me deseas solamente.

Jae sacudió la cabeza.

—Te siento temblar, Te siento ponerte resbaladizo. ¿Por qué eres tan obstinado?

¿Obstinado? ¡Esa era la única cosa por la que parecía que no podía estar con él! Debido a que en ese momento, lo único que quería era que le hiciera el amor con la boca y las manos.

—Durante siete días, Jaejoong, he pensado en ello constantemente. Sé que me necesitas como yo a ti. —La vulnerabilidad subyacente en sus palabras casi fue su perdición.

Pero entonces volvió a ser de nuevo el Yunho agresivo. 

—A la mierda con esto. Tengo el peso de una semana de semilla para ti 

—y tú estás casi a punto. —Él comenzó a acariciar entre sus piernas de nuevo.

—Puedes no pedirlo con palabras, pero tu cuerpo está suplicando.

Espera. ¿El peso de una semana? La realidad salió a la superficie en su mente saturada de deseo. Entonces ¿Ren realmente no le había dado placer esta noche? El sexo era, obviamente importante — fundamental para él, y a Ren le desagradaba.

Tal vez Jae tenía razón y Ren nunca lo había saciado. ¿Tal vez el dios de la sangre no era un dios en la cama? —Yunho, dime que no me comparo con Ren.

Sus dedos fueron más despacio. —¿Qué?

—Ya me has oído. Me lo dirás inmediatamente después de que lo hagamos, así que me lo quiero quitar de en medio ahora. Dime, No te comparas con Ren. —Entonces me podré relajar —seré todo tuyo.

—Estoy muy ocupado ahora mismo. —Otro golpe entusiasta.

¡Concéntrate, Jae! —Sólo dime esas cinco palabras, y luego podrás hacerme lo que quieras.

—Pronto voy a hacer todo lo que quiero de todos modos.

Él no lo podía decir. Yunho estaba empezando a sentir algo por Jae.

Cuando había mencionado a otro hombre, el vampiro pareció celoso.

Antes, le preguntó sobre pensamientos tiernos hacia él, y Yunho desvió a esa pregunta también.

Lo que significa que la partida —con un solo movimiento a mi disposición—aún está en juego. Seducción.

Tal vez debería darle al vampiro exactamente lo que él quería. ¿Bocina al oído, Heechul? Bueno, Jae tenía algo que necesitaba comunicarle desesperadamente.

¡Quiero vivir, estar libre de Ren!

—Yunho, creo que me puedo comparar a él a tus ojos.

—Piensa lo que quieras. —Dijo poniendo sus manos lejos de Jae, se echó hacia atrás, tenso por la frustración. Pero una vez más, él no lo negó.

¡Todavía tengo una oportunidad con él! —Ren no te desea como yo lo hago, ¿verdad?

Sus puños cerrados, con una expresión que anunciaba otro ataque.

—¿Que te he dicho sobre cuidar tu lengua?—Yunho no quería que el mortal supiera que Ren no lo deseaba, pero, por supuesto, a Jaejoong nada se le escapaba.

Con los nervios de punta, su furia se intensificaba. Su pene y testículos estaban tan hinchados por la necesidad reprimida que se sentían como si hubieran sido maltratados. Succionar sus pequeños pezones duros sólo había aumentado el dolor...

Jae se giró hacia su lado, ahuecando su cara con las palmas de sus manos. Cuando finalmente él volvió su cara para afrontarlo, Jae dijo, —Ren no puede desearte tanto como yo, Yunho. Nadie puede.

Tan similar a lo que él había dicho sobre Jaejoong.

Con voz entrecortada, murmuró: —He estado sufriendo por ti.

Dioses, ¿Cómo le encantaba oír eso, como un bálsamo sobre su orgullo. 

—Dilo de nuevo. Dime cuánto te duele.

—Te lo mostraré. —Cuando Jae se inclinó y apretó sus labios contra los suyos, Yunho trabajó para controlarse a sí mismo, tomando su boca en un beso lento, lánguido, sus lenguas se enredaron con pereza. Al igual que en el pasado, Jae se derritió por él. ¡Sí, Jaejoong! Esto es lo que necesito de ti.

Pero ¿por qué se lo daba ahora? Yunho se separó. —¿Qué provocó este cambio?

—¿Te importa?

—¿Normalmente? Lo es pizdy. Soy suspicaz.

—Pensé que habías estado con Ren y que estabas tratando de tenernos a los dos en una misma noche. Estaba enojado. Y maldita sea, estaba tan celoso como largo es el día.

¿Celoso? ¡Finalmente! Y era lógico, ya que los celos todavía hervían en el interior Yunho por el hombre imaginario de Jaejoong, y él no podía comprender por qué.

Jae se levantó y besó su oído, acariciándolo con respiraciones sensuales, entonces apretó su boca en la parte inferior de su clavícula. Seguido de otro beso en el pecho.

Un hombre con imaginación podía pensar que estaba haciendo camino con sus labios hasta abajo. Se volvió de espaldas, su eje surgió preparado.

—Mi pobre, pobre, vampiro —Jae lamió uno de sus pezones, lo que lo hizo estremecer —todo lo que siempre has querido es a mí en lencería sexy dándote una mamada.

De alguna manera se tensó aún más. Con la voz aun más ronca, le preguntó: 

—¿Voy a tener lo que quiero, por fin?

—No.—Se quitó el camisón por completo, tirándolo a un lado. —Sólo la mamada.

—Supongo que tendré que conformarme. Sus labios se curvaron. —Estoy hambriento de ti, Yunho.

—¿Lo estas, entonces?—Su tono era dudoso.

—Cuando chupé tu pulgar, me imaginaba que era tú corona.—Jae continuó su camino hacia abajo. —He soñado con eso, también.

¿Así que eso es lo que sueña? —Tú comportamiento es... inesperado.

—Ahora, nunca he hecho esto antes, así que no seré tan experto como lo fui montándote.

Mocoso insolente. Profundizó los calientes lengüetazos a lo largo de su torso, sus mortales lengüetadas eran como si se lo estuviera haciendo a un dulce.

Cuando alcanzó su ombligo pasó las uñas a través del pelo nítido que descendía sobre de él. Yunho ya había empezado a mecer sus caderas, su saco tensándose.

—Tendrás que ser paciente conmigo mientras me tropiezo en mi aprendizaje.

¿Paciente? Su eje no había sido succionado en eones, Yunho no iba a durar a través de sus tropiezos. Sin advertencia, se teletransportó a los pies de la cama. —Prefiero enseñarte cómo...

Roofie : Droga que usan los violadores para dormir a las víctimas.