Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 42

Capítulo 42 +18

Cuando Jae se levantó y tentativamente se deslizó por primera vez, los ojos de Yunho se ampliaron, luego se entrecerraron una vez más.

¿Estaba tan sorprendido como él lo estaba por como de correcto se sentía esto?

Incluso sus iris parecían más nítidos, su forma mejor definida, su mirada lúcida mientras se encontraba con la de Jae.

Conexión…

En el pasado, Jae nunca se había comunicado con otro, nunca había visto los ojos de un muchacho y sentido algo más profundo que la necesidad de liberación.

Ahora, con Yunho… él lo hacía.

Esto era más que solo sexo; esto era un vínculo, como una promesa entre ellos.

Pensó que había sabido que tipo de hombre quería. Ahora se daba cuenta que siempre había necesitado a este amante vampiro con sus hambrientos ojos rojos y su eternidad de anhelos.

El ha estado anhelándome todo este tiempo.

Cuando Jae lentamente comenzó a cabalgarlo, ahuecó su cara, inclinándose hacia adelante para besarlo con todos los sentimientos que burbujeaban dentro de él. Yunho encontró su boca buscando con la lengua y labios implacables.

Cuida tu corazón, Jae. Pero su beso posesivo… ¿quién podría protegerse en contra de eso?

¿O las sensaciones que caían sobre él? Sus pezones se arrastraban hacia arriba y hacia abajo en su musculoso pecho, sus manos calientes eran como marcas a través de su culo.

Cuando se echó hacia atrás, tratando de recuperar el aliento, con voz áspera Yunho dijo. —Mira tú expresión. Estás enamorado de mí.

Apenas podía pensar, pero por alguna razón no quería que él tuviera ese poder.

—No estoy enamorado de ti—. Podría enamorarme de ti.

—Claro que lo estás.

¡Protege tu corazón! —Y… yo nunca dije eso.

—Ah, pero yo soy yo.

—Yunho, ¿siempre eres tan malditamente hablador durante el sexo? Puedo hacerte…

Soltó una risa dolorosa, luego gimió cuando Jae movió sus caderas.

—¡¡Jaejoong!!—Pulsó en su interior. —Más de eso.

Jae se estaba acercando a su punto, pero él quería ver su placer.

Esto no era sólo acerca de su salida; necesitaba satisfacer a su hombre. Jae disminuyó su ritmo.

Un error.

—¡Muévete sobre mi!—entrelazó su pelo alrededor de su mano, atrayéndolo para lamer su cuello. —Más fuerte, más rápido.

Como si Yunho nunca se permitiría irse insatisfecho.

—¡Tendré más de ti!—él liberó su pelo para agarrar sus pezones. —Dado o tomado.

Envolvió sus brazos alrededor de su cuello, cabalgándolo con abandono. Sin embargo mientras miraba sus ojos, su claridad se desvaneció.

Un gruñido comenzó a emanar de él mientras su eje se hinchaba aún más dentro de Jae. Sus labios se apartaron de sus colmillos. —Necesito follarte con fuerza. —Él lucía salvaje, sus ojos como fuego.

El miedo corrió a través de Jae. —Yunho…

Lo rodeó con sus brazos y los teletransportó a la cama -con Jae atrapado debajo de él.

Cuando empujo en el interior de Jaejoong, Yunho rugió hacia el techo por lo correcto de ello.

Él era un vampiro nacido, y Jae era su pareja predestinada, ahora maniatado a la cama.

A través de la bruma del placer inconcebible, lo sintió tenso por debajo de él. No, él puede tomarme. Se retiró para otro empuje, sumergiéndose en su agujero apretado.

—D…demasiado fuerte, susurró.

—¿Qué? ¡Quiero que sea duro! Tú me das lo que quiero.

—Por favor, se suave conmigo, Yun. —Jae se apoyó hasta besar su cuello con un roce ligero de sus labios. Como las alas de una mariposa.

Su mortal. Tan delicado. Con cuánta facilidad podía romper su pequeño cuerpo.

¡Endgame! Esta criatura es mi pareja. Lo dañare con mi maldita fuerza.

Pero, ¿cómo podría evitar penetrar dentro de él? Cuando cada vez que lo hacía, su canal lo acariciaba… un cielo húmedo de seda, que se frotaba sobre su glande como una lengua, y a continuación, apretaba su eje adolorido como un puño…

Nadie le hará daño, ni siquiera yo mismo.

Apretó los dientes, entonces se levantó sobre un brazo estirado.

Enjaulando su cuerpo inmóvil, deslizó el mano sobre el miembro de Jae. —Mueve tus caderas arriba y abajo sobre mí. —dijo.

Basándose en sus últimas reservas de control, se abstuvo de empujar, hasta que sus músculos empezaron a temblar por el esfuerzo y el sudor corría por su torso.

Entonces... su novio comenzó a moverse por debajo de él. —¡Ah, eso es todo! —Él bajó la cabeza para succionar sus rígidos pezones. —Más rápido, —gruñó alrededor de la punta, dándole un pellizco con su colmillo, estimulándolo.

—¡Oh!

A Jae le gustó eso. Conseguir que este tan húmedo. El olor de su delicioso sexo le hizo perderse, —¡Más fuerte!—Ponme fuera de mi miseria.

Sus manos volaron a su culo, sus dedos lo agarraron, utilizándolos para tirar de Jae hacia arriba. Sus gemidos se hicieron más fuertes, más urgentes.

—Tú me darás esto cada vez que yo lo quiera... me permitirás hacer todo lo que quiero, —Yunho recalcó. 

—Porque tú eres mi Novio, Jaejoong. Y tengo muchos años para compensar.

Entre respiraciones jadeantes, le preguntó: —¿Soy realmente tuyo?

—Hasta el día que muera, ─dijo, con voz tensa. La creciente presión en su miembro lo azotó con la necesidad de mover sus propias caderas, los instintos vampíricos que había negado sólo se hacían cada vez más fuertes. De alguna manera se contenía a sí mismo aún.

Pero lo que necesitaba era marcar su cuello. Sus colmillos goteaban por Jae, tan afilados como nunca lo habían estado. —¿Necesitas que te muerda?

—¡Sí! Hazlo ya.

—Una mordedura de verdad. En tu cuello.

Sin dudarlo, Jae volvió la cabeza hacia un lado, ofreciéndole esa piel dorada.

Anhelaba perforarla. —Intentaré no hacerte daño... —Debo hacer un mordisco limpio.

Yunho le enseñó los colmillos por encima de él, presionado las puntas contra su cuello.

Se hundieron profundamente, como si los hubieran arrastrado a su piel.

Perfección.

Yunho sentía sus gritos: —¡Oh, Dios, sí!

Delirando con la sensación, él tragó con prisa caliente.

Consumiéndolo completamente. Su sangre fluyó en verdad, como si viniera directamente de su corazón, vinculándolos.

—¡Yunho! —Jae se arqueó bajo él. —Yo me... ¡Vengo! Sus uñas marcaron su piel.

Gruñó contra Jae, disfrutando de sus marcas en él. Consumiéndolo.

Cuando Jae llegó al clímax, sintió su sexo ordeñando su miembro, exigiendo su pago.

"Toma todo lo que él te da. Toma..."

No. Él no podía tomar más sangre, porque su cuerpo quedaría demasiado débil, ni podía sembrar su semilla. No puedo terminar en su interior.

Mientras que era lo que necesitaba hacer desesperadamente.

De algún modo luchó contra la dicha completa de su mordedura, con la rectitud que nunca había conocido. De algún modo soltó su cuello.

Jae se arqueó una vez más. Su cabeza golpeaba. ¿Viniéndose otra vez?

—¡Ah, dioses, te siento! La presión que palpitaba en su pene le hizo tirar la cabeza hacia atrás y bramar —¡Jaejoong! Yo te reclamo…

En el último segundo, echó hacia atrás las caderas, al mismo tiempo que el semen comenzó a bombear de él, línea tras línea marcando su tierno cuerpo.

Yunho se derrumbó a su lado, con el corazón acelerado, todavía lánguidamente empujando contra la cadera de Jae.

—Ahora eres mío,—él jadeó, chasqueando su lengua contra la marca de su mordedura.

“Está aturdido”. —Yunho pensó “No puede orientarme”. El vampiro lo mantendría, nunca más iría abajo.

Y Jae no podía estar más feliz. Su mordedura había sido como una droga, que lo envolvió en un cálido abrazo y cuando bebió su sangre diferentes imágenes llenaron su mente a la velocidad de la luz ¿qué había sido eso? Se sentía tan bien.

Yunho se levantó sobre un codo y retiró el cabello húmedo de su frente, inclinándose para besarlo a intervalos.

Cuándo pudo manejar sus palabras otra vez, Jae le preguntó, —¿Por qué te retiraste?

—No te dejaré quedar embarazado.

Jae frunció el ceño. —Dijiste que querías herederos.

—No tendremos ningún descendiente hasta que seas un vampiro.

Mañana Hag te dará una poción anticonceptiva que durará un mes o dos.

Tan arbitrario. ¿Ni siquiera me lo pregunta? —¿Tengo algo que decir?

—Justo hace una hora, acordamos que yo tomaría las decisiones por nosotros.

Bueno, no era eso. Jae le lanzó una sonrisa. —Tienes razón. Hasta el fondo de la poción.

Con una mirada enigmática, Yunho dijo, —Te guiaré correctamente, si confías en mí.

Jae se quedó viendo fijamente a la mirada fija de él. ¿Podría confiar ciegamente en un hombre como él? Se obligó a cabecear.

—También necesitarás un tatuaje de encubrimiento. Tengo mucho que mostrarte fuera de estas paredes, Jaejoong.

—¿Qué?—él preguntó sin aliento, porque él ya había comenzado a endurecerse para otra ronda.

—Nada menos que el mundo entero, muchacho hermoso...

Al final de la noche, cuando Jae le preguntó por cuánto tiempo más, él negó con la cabeza. —No importa lo mucho que te quiero. —Él lo arrastró cerca, hasta que yació sobre su pecho.

—Estoy bien,—dijo Jae con voz somnolienta. —Tu mortal puede pasar, incluso con grandes vampiros malos.

Yunho dobló su dedo bajo su barbilla, levantando su cara. —Hablaremos cuando despiertes. Necesitas descansar.—Yunho parecía mirarlo realmente.

—Yun tus pupilas son tan nítidas en este momento.

—Mi mente está tranquila.

Jae se acurrucó más cerca de él. 

—Eso me hace feliz, Yun.

—Me has complacido esta noche. —Él presionó un beso sobre su pelo. 

—Sobre todas las cosas, me has complacido.

Es él. Yunho es para mí. ¿Pacté con el diablo? Si esto está mal, no quiero tener razón.

Mientras se quedaba dormido, Jae realmente se sentía protegido, cuidado.

—Me alegro que me escogieras.

—Yo también. —Entonces, en un arrullo, en un murmullo amoroso, Yunho dijo, 

—Pero no me traiciones nunca, Jaejoong...

Una vez que Jaejoong se durmió, Yunho permaneció despierto, queriendo disfrutar de esta rara paz. Su aliento sobre mi pecho. Aliviando la tensión de cada músculo. Cálida relajación.

Su compañero. Reclamado. Era la cosa más exquisita que alguna vez había poseído.

Mientras enroscaba sus dedos por su brillante cabello oscuro, sus pensamientos eran sorprendentemente claros. Cristalinos. Encontraré un camino alrededor de mis votos de sangre. Su situación era simplemente un rompecabezas para solucionar.

Y soy el amo de ellos.

Su mirada cayó sobre el rompecabezas diabólicamente difícil de sesenta y cinco piezas entre su colección. Se necesitaban sesenta y cinco movimientos deliberados para ensamblarlo -sin un solo error.

Soltando a Jaejoong con un beso en su frente, se teletransportó a su escritorio.

Cinco minutos después...

Sesenta y cinco movimientos ridículamente simples, Yunho sostenía el rompecabezas resuelto en sus manos aturdidas.

Entonces Yunho sonrió malvadamente.

Estoy de regreso...