Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 51

Capítulo 51

Al caer la tarde, Jae despertó sin aturdimiento. Un segundo antes estaba dormido, al siguiente despierto. Extraño.

Encontró a Yunho observándolo con una ternura desconcertante, con el cabello alborotado colgando sobre uno de sus ojos.

Si él había sido magnífico antes... Yunho con ese aspecto de amarlo era impresionante.

Con voz áspera, él dijo, —Buen crepúsculo.

¿La versión vampiro de buenos días? —Uh, para ti también.

—¿Cómo te sientes?

—¿Mentalmente?—El jurado sigue deliberando. ¿Cuerpo sabio?

Sorprendentemente bien. Aunque rechazó admitirlo.

Jae no quería pensar que él podría seguir saliéndose con la suya tratándolo con esta arbitrariedad. Si Jae iba a hacer una vida vampirica —oh querido Señor—necesitaba cortar este comportamiento de raíz.

Jae se encogió de hombros. —Me siento bien. Es definitivamente diferente.

—Jae no tenía ningún remordimiento, a pesar de su sexo agresivo.

Pero tampoco tengo ningún anhelo por mis waffles habituales.

—¿Qué estas pensando?

—Echo de menos la comida.—Con una punzada de tristeza, Jae se levantó, sintiendo sus ojos sobre su cuerpo como nunca lo había hecho antes.

Palpable. Posesivo.

—Seré tu desayuno. He reemplazado al refrigerador. Ven, Joongie, te encantara mi sabor, el modo en que sé. Y sé muy bien qué prefieres hacer una punción directamente en mí… fuente.

Tan petulante. Jae miró la cama — esta parecía la escena de un crimen. El colchón estaba destrozado.

¿Por sus garras? La sangre estaba por todas partes.

Jae se sonrojó al darse cuenta que nunca le ofreció su propia sangre.

¿Esto lo hacía un amante egoísta?

Yunho siguió su mirada, pareciendo orgulloso de la destrucción. Le lanzó una sonrisa de satisfacción como si acabara de ganar una discusión. Y por cualquier razón sus colmillos eran tan... increíblemente... sexys.

Su cabeza estaba en blanco. Lámelos, siéntelos en ti. Se frotó la lengua por uno de los suyos.

Ese vampiro pecaminoso podría hacerlo un estúpido esclavo sexual si se lo permitía.

Sacudió fuertemente la cabeza, luego se dirigió a su habitación para ponerse algo de ropa. No confiaba en si mismo para estar desnudo a su alrededor.

Cuando abrió su closet, rompió la perilla de la puerta limpiamente.

—Ya te acostumbrarás a la fuerza, —dijo Yunho de repente detrás de él.

Mientras abría la perilla de la puerta, él añadió, —No es algo malo ser fuerte.

Con un trago, Jae puso la perilla sobre el anaquel y minuciosamente comenzó a vestirse, cuidando de no destruir la tela que sentía tan frágil como telaraña.

Yunho lo veía con una expresión cautivada, como si nunca lo hubiera visto desnudo antes —o talvez él simplemente no quería perderlo de vista. —Admítelo. El sexo vampiro es mejor. Ráfaga atómica. —No importa.

Yunho, tenemos que hablar.

—Vamos. —Llego hasta Jae, atrayéndolo, hasta que pudo sentir su erección como una barra de acero contra él. —Después de que pasemos de nuevo, y de que te alimentes de mí una vez más. La Dorada volverá a la medianoche, pero después, tengo una sorpresa para ti.

—Ahora. Por favor vístete.

Al ver que hablaba en serio, él se encogió. —Me siento muy generoso ahora mismo.

El vencedor. Si había sido arrogante antes, ahora era insoportable.

Esto lo irritaba como nunca antes.

Yunho se teletransportó lejos. Cuando Jae regresó al dormitorio, él salió de su closet totalmente vestido. Tal como lo habían hecho tantas veces antes, él se sentó en su escritorio, Jae en el sofá.

—Dime, Jaejoong. ¿Qué no puede esperar hasta más tarde?

—Yunho, no puedes tomar decisiones por mí otra vez.

—Desde luego que puedo.

—No, empezaremos esta cosa como iguales. Dilo.

—No puedo decir eso. Mientras que tú, mi amor, conservas la capacidad de mentir, yo no la tengo.

—¿Qué fue eso?—Jae lo había entendido mal.

—No somos iguales, Jaejoong. Tengo miles de años de conocimiento sobre ti.

La sabiduría sangrienta de épocas.

La habitación pareció mecerse.

—Tú eres mi Novio, mi posesión más preciada, y soy tu compañero y técnicamente tu padre. Tomaré las decisiones por nosotros, y confiaras en mí para saber qué es lo mejor.

—¿Cómo puedes decir esto?

—No querías ser un vampiro, pero terminaste amándolo.

—Amando una noche de ello. ¡El resto está por verse!

—Jae trató de decirse que él solamente no sabía que no debía de decir estas cosas.

Como SoHyun había explicado, Yunho era emocionalmente insensible porque nunca había aprendido cuando —o por qué uno podría —comportarse de manera diferente. Tienes que ser paciente, Jae...

—Yunho, prométeme que nunca me quitarás la opción de elegir otra vez.

—Cuidaré de ti por el resto de mi vida, haciendo lo que sea necesario para garantizar tu seguridad. Si esto incluye tomar decisiones por ti, entonces así será. 

 

—Sus labios se separaron. Jae era ahora un vampiro, y él todavía seguía tratándolo como mierda. Esto nunca va a terminar.

¿Una eternidad de vida con este imbécil arrogante?

—¡No, Yunho, esta mierda se termina ahora! O te dejo. ¿Me entiendes?

No tengo que estar contigo —y prefiero estar solo que ser constantemente ser tratado como un niño.

—Tu sangre sigue estando alta todavía. Esto se aliviará con el tiempo.

—Yunho le dio una mirada indulgente. —Te perdonaré estas imprudentes palabras por ahora.

Jae farfulló, —¿Perdonar? —Vamos a hablar sobre quien debería perdonar a quién.

—¿A quién?—, él corrigió.

—¡Cállate! Estoy en lo correcto aquí. ¿Recuerdas todas esas cosas que me hiciste? ¿Amenazar a mi familia? ¿A mi madre y hermano? ¿El envío de mi trasero a la prisión? Tú nunca me pediste disculpas. Nunca ni una sola vez me pediste perdón. Solamente mandaste a tu mascota a que lo superara.

Y sólo después de que reconociste que yo era tu Novio, una vez que el foco finalmente parpadeó sobre tu cabeza dura.

—¡Y tú me dijiste que superarías estas cosas!—Espetó. —Lo prometiste.

—Mentí.

Yunho parecía aturdido, como si esa posibilidad nunca se le había ocurrido. 

—¡Entonces ya me has traicionado!

—¿Pensaste que yo solamente haría caso omiso de todo en el transcurso de un par de semanas? ¡Yo no puedo —especialmente cuando no has cambiado en lo absoluto! 

Y todo eso pasó antes de que me convirtieras en un bebedor de sangre contra mi voluntad.

—¡Convertirte en un bebedor de sangre debería anular cualquier ofensa en contra tuya!—Yunho gritó, poniéndose de pie. —Deberías sentirte aún más en deuda conmigo. ¡Trabajé durante años para encontrar ese anillo! ¡Arriesgué mi vida una y otra vez —y no le hago la corte a la muerte a la ligera!

—Nunca pedí esto. —Ser la criatura —hecha—de Yunho, ser su posesión. 

—¡Nunca te lo pedí!

—Me dijiste que aceptabas lo que había entre nosotros, que me aceptabas. Tomé tus palabras por ciertas y confié en ellas. ¡Confié en ti! 

—Mentiste, también—gritó Jae.

—Me dijiste que nunca lamentaría esto. ¡Ahora mismo lo hago, con todo mi corazón! 

Se está haciendo claro que esto nunca funcionará entre nosotros dos.

En ese momento, su expresión furiosa se transformo en una mueca cruel. 

Jae despreciaba esa mirada.

—Un problema. Te has enamorado de mí. No serás capaz de vivir sin mí.

Él pensaba que lo tenía a su merced; Jae ansiaba hacerle tanto daño como él se lo seguía haciendo.

—No, no me he enamorado de ti.

“Después de anoche, estoy completamente enamorado de ti”. Pero como siempre, Jae no quería que él supiera de sus sentimientos, no quería darle un nuevo poder sobre él. Además, el amor no lo conquistaba todo.

Si había aprendido una cosa al crecer en una comunidad miserable (empobrecida), era que a veces el amor no era suficiente.

—Y una vez más, estas mintiendo—, dijo él, pero a Jae le pareció ver un destello de duda en sus ojos.

—Amor o no, yo había decidido darnos una posibilidad. Pero lo arruinaste. 

¡Lo arruinas todo con tu arrogancia y egoísmo —todo!

Él parecía que ni siquiera lo escuchaba, su mente se aferraba a una sola cosa:

—Tu realmente me amas. Es obvio. Incluso si no me lo has dicho ah, ¿cómo lo pusiste?

—esto “lo que sentimos entre nosotros no es algo que todo el mundo experimenta en conjunto”.

—¿No te lo dije la noche que realmente me di cuenta que me ibas a matar? ¿Qué no habrías dicho en mis zapatos?

—Terminemos esto ahora, Jaejoong. Estas actuando tontamente.

—Desde luego que soy yo el que actúa tontamente. Nunca tú. 

¡Como soy demostrablemente tu inferior! ¿No es cómo lo has puesto? 

¿Cómo podría amar a alguien que me ha tratado como a un perro?

Esperas que tenga sentimientos por un hombre que me capturó, me atormentó, que en secreto planificaba destruir mi alma. ¿Qué piensas que diría eso sobre mí?

¿Te gustaría una pareja que permitió que un imbécil lo tratará de esa forma?

—¿Si no has estado enamorándote de mí, entonces qué hemos estado haciendo durante estas tres semanas?

—¿Nosotros? ¡He estado sobreviviendo! E hice lo que fue necesario.

Con una voz reservadamente siniestra, dijo, —¿Eso es todo esto para ti? ¿Una treta?

—¿Cómo podría ser algo más? Dime, Yunho, lo quiero saber.

Convénceme por qué debería amarte.

—¡Debido a que ninguna otra pareja lo haría! Sin embargo ¿fingiste afecto por mí?

—Sus ojos ardían con furia.

Esto... lo asustó. Lo que sólo lo hizo enloquecer. 

—Siempre en la parte posterior mi mente pensé en todo lo que habías hecho.

—¿Harás lo que sea necesario para sobrevivir una vez más? No tienes idea de cómo teletransportarte o conseguir sangre. Eres completamente dependiente de mí. Si tengo que usar tu sed para mantenerte como mi cautivo, entonces lo haré.

Toda la confianza que había logrado sentir por él solamente había sido violada —más allá de la reparación.

Sintió sus labios retrocediendo sobre sus propios colmillos, los sintió afilarse cuando los recuerdos lo atacaron. —He decidido dejarte ir a la prisión esta víspera. —Mataré a tu familia con deleite...

El miedo y la frustración que había construido y construido ahora hervía. 

—Nunca quiero ver tu cara otra vez.

—Es una lástima, Jaejoong. Estas atrapado conmigo. No durante unas décadas, no durante siglos. Estas atado a mí para siempre. ¿Esa niña y ese niño tus descendientes de los que hablaste? Vendrán de mí… o de nadie.

—¡Me marcho!— Jae se dirigió hacia la puerta, cruzando a zancadas hacia abajo al pasillo, estremeciéndose cuando recordó aquellas cosas que lo persiguieron la noche anterior.

—¿Dejándome?—Yunho se teletransportó delante de Jae con una risa burlona.

—Incluso si pudieras pasar por el límite, ¿a dónde irías?

Jae caminó a su alrededor.

—¿A dónde podrías ir que no te pudiera encontrar?—Yunho seguía, burlándose de él, aun cuando sus sentimientos estaban en carne viva, con los nervios raídos.

Ahora estaban en la sala de estar donde lo había traído esa primera mañana —directamente del banco de inyección.

Él lo había lanzado alrededor, empujándolo al piso. —¿A dónde iría yo?—Jae preguntó. —¡Que tal al mismo lugar donde mi familia fue… donde no puedes encontrarlos! Tarde o temprano, seré libre.

Le pareció ver un destello de alarma en sus ojos, pero su propia agresión rápidamente lo invadió.

—¡Resígnate al hecho de que nunca los volverás a ver otra vez! 

Están muertos para ti, tal como tú lo estás para ellos.

—¿Qué, se supone, que significa eso?

—Ellos creen que moriste en la fuga de la prisión, muerto a tiros por un guardia. 

Ellos nunca sabrán la verdad, mascota.

Y con esto, la liga mental de Jae... se rompió.

En lugar de irme, arremeteré contra alguien.

Agarró rápidamente un florero, lanzándoselo. —¡Te odio! ¡Sólo un idiota podría alguna vez amarte!

—Entonces una lámpara. —¡Horrible (Feo) en el interior!—Jae se abalanzó en picada sobre la espada decorativa con la que lo había amenazado el primer día. 

—¡Por qué no tratas de lanzarme a través del cuarto ahora!

—En un tono insidioso Yunho le dijo, —Hag te llamó salvaje antes. Hag no había visto nada.

—¡Te mataré!

—Nunca me harías daño. Niégalo todo lo que quieras, pero realmente me amas. Utiliza tu pequeña espada para convencerme de lo contrario, o acepta que eres mío para siempre.

—Una vez más él se echó a reír.

Su risa hizo trizas a Jae, cortando como un cuchillo. En una salvaje confusión, levantó la espada, deseando poder reducir su presunción.

Cuándo avanzó hacia él, Jae gritó, —¡Aléjate! No puedo... ¡No puedo estar aquí ahora! ¡Solo déjame ser yo!

—¿No puedes estar aquí? Y sin embargo, no te dejaré ir.

—¡Te dije que te vayas! ¡La balancearé! —Su visión se cubrió de rojo. Literalmente.

Lágrimas de sangre. Dios querido, ahora, tengo lágrimas de sangre. No puedo ver.

—Nunca podrías blandir esa lámina en mi contra. Ahora, deja de actuar como un niño, y ponla en su sitio antes de que alguien salga lastimado.

Jae gritó por la furia, pero todavía podía oír su risa.

No puedo dejar de gritar… la empuñadura de la espada aplastada en mis manos... 

a ciegas balanceó la lámina. La risa se detuvo. ¿Eso fue un golpe seco en el suelo? 

Tragó saliva, el vértigo lo envolvió.

¿Eso no había sido simplemente su cuerpo? El bastardo está jugando conmigo, engañándome. Se frotó los ojos, una y otra vez, y vió...

Horror.

Yunho yacía sobre su espalda, su cabeza colgaba en un ángulo de su cuerpo. Su columna vertebral estaba cortada separada de su cuello...

Sus dedos se aflojaron. La espada cayó al suelo.

Sus rodillas se encorvaron, Jae se desplomó al lado de su cuerpo.

¿Yo... lo maté?

Más lágrimas fluyeron cuando se arrojó sobre su pecho inmóvil. ¡No, no, no! Él era invencible —nada podía detenerlo. Y mucho menos yo.

¿Qué he hecho?

Ni siquiera había estado lo bastante cerca para alcanzarlo. ¿Cómo, como, como?

La angustia reemplazó a su rabia. Incluso después de todo, Jae nunca había querido hacerlo daño como para esto o... matarlo. El hecho de que pensara que ellos no podrían vivir juntos no significaba que Jae no hubiera sentido amor por él. 

 

¡No estaba cerca de él!

—Él no se ha i… ido,—sollozó.

—Él no. N… no puede ser.—Jae se levantó, estúpidamente rasgándose el pelo. 

Sus ojos llenos de sangre se vertieron.

Jae se congeló. El anillo. —N… no permitiré que pase.

—Jae saltó a sus pies, corriendo a hacia la caja fuerte. —T... te traeré de regreso.

—Tú no vas a hacer nada, —una voz dijo detrás de él.

Jae se dió la vuelta. Una mujer de pelo largo negro, orejas puntiagudas, y pequeños colmillos estaba al lado del cuerpo de Yunho.

Al otro lado había un demonio descomunal, observando la escena atentamente.

—¿Quién eres?—Exigió Jae. —¿Cómo rompiste la barrera?

—La valkyria que está a punto de secuestrarte. Y estoy dentro por la información de una adivina.

—Intenta apartarme de lo que me propongo. —Jae descubrió sus colmillos.

—Si fuera tu no me atrevería.

Con una velocidad equivalente a la de Yunho, la mujer de pelo negro se lanzó contra Jae, su puño lo tomó descuidado.

Jae giró sobre un pie, su boca roció sangre antes de que cayera sobre sus rodillas. La mujer estuvo sobre él inmediatamente, atando sus muñecas, luego empujo una cuchilla contra su garganta.

—¡No! ¡Déjame ir!

—¿Entontes fuiste primero un humano? Apuesto a que eso le bajó los humos al engreído hijo de puta. —Ella señaló al demonio. —Deshazior, ahora.

Inmediatamente el demonio se teletransportó a su lado, agarrando el brazo de Jae.

Él podría teletrasportarlo en un instante de aquí.

Lejos de Yunho.

—¡No, no me toques!—Jae siseó, luchando con toda su fuerza nueva, pero Jae no podía romper el agarre del demonio. Ahora suplicándole a la valkyria, exclamó, —¡Tengo que llegar al anillo! ¡Estoy rogándote! ¡Negociaré por ello, solo escúchame!

—La mujer fue inamovible. Para el demonio, Jae gritó, —¡No! No hagas esto.

Él empezó a teletransportarse tanto con la valkyria como con Jae. Justo antes de que desaparecieran, Jae volteó para un último vistazo de Yunho.

El vampiro del que se había enamorado. Maté al hombre que amaba.

Pero lo traeré de regreso...

Un instante más tarde, los tres aparecieron frente a una enorme mansión con espectros vestidos de rojo volando alrededor. El relámpago rayó el cielo brumoso de la noche, chillidos sonaban constantemente.

¿Me ha tomado un aquelarre de valkyrias? Jae tenía que averiguar dónde estaba, y luego idear un plan de escape. Tengo que conseguir al anillo antes de que La Dorada llegue.

Mientras la valkyria lo arrastraba hacia la entrada principal, la mente de Jae zumbaba con ideas. ¡El podría forzar al demonio a punta de espada a que lo teletransportara de regreso! Entonces podría curar a Yunho, podría retroceder en el tiempo si tenía que hacerlo.

Liberarse. Encontrar una espada. No ha terminado. Sus nuevas garras mordieron las palmas de sus manos hasta que la sangre goteó. ¡Tengo que escaparme! 

Yunho ahí tirado... muerto.

Cuando la mujer comenzó a empujarlo hasta los escalones del pórtico, el demonio hizo una reverencia burlona. —Hasta que nos encontremos otra vez, Carafina.

—¡No!—¡Era su viaje de regreso! Jae se agitó contra el asimiento inflexible de la mujer, pero él ya había desaparecido.

Después de ofrecerle con total naturalidad un mechón de su pelo a los espectros voladores, esta Carafina tomó rígidamente a Jae de los brazos, aventándolo, enviándolo a través de las puertas delanteras.

Jae se dió la vuelta. —¡Déjame ir, perra!

Los ojos violetas de la valkyria estaban, brillando misteriosamente. —Soy lo único que te protege de mis hermanas ahora.

El interior, estaba repleto de mujeres con orejas puntiagudas, por todas partes del lugar lo miraban fijamente desde el descanso del segundo piso, revistiendo las paredes. Aunque cada una de ellas era asombrosamente hermosa a su manera, todas ellas tenían garras y colmillos y se movían con una gracia sobrenatural.

A medida que su captora forzaba a Jae más adentro, una valkyiria dijo, 

—¿Permitimos que una sanguijuela aun camine a través del Val Hall?

—¡Val Hall!—¡la fortaleza valkyria! En Seúl.

¿Ah, Dios, cómo podré regresar a Nueva York? Derramó más lágrimas inútiles, pero fue capaz de parpadear más rápidamente. ¡Todavía no ha terminado!

—¿Dónde encontró el Enemigo de lo Antiguo una pareja vampiro?—pregunto otra. 

—¡Oh, me da asco, odio cuándo las sanguijuelas lloran!

Una tercera dijo en broma, —Entonces ¿por qué siempre haces que lo hagan en el campo de batalla? El grupo se echó a reír.

Regresar con Yunho, volver a Yunho. Pero Jae se debilitaba por momentos, con la boca seca por la sed. ¿Por sus lágrimas?

—¿Sabes que el perro acaba de mirar mi cuello?—Una pequeña pelirroja espetó. —Porque en caso de que me estuviera comiendo con ojos hambrientos.

Cuando entraron a otra habitación, Jae vio aún a más valkyrias cubriendo las paredes. Una de mirada dorada estaba sentada a la cabeza de una mesa larga en el comedor —con un murciélago sobre su hombro.

—Bienvenido, Jaejoong Jung Daciano. Soy Ara lo que Todo lo Sabe y seré tu adivina esta noche.

Así que esta es la famosa Ara. —¿Por qué he sido traído aquí?

—Cara la Justa, tu Valkyria/secuestradora Furia por la noche, planeó rescatarte de Yunho para conseguir información. Verás, él tomó a la hermana gemela de Cara -nuestra reina, Furie- y la encarceló.

Cara le dio a Jae otro empujón, sus ojos violetas se volvieron plateados por la emoción. —¡Tu amante la encadenó al fondo del océano para que ella pudiera ahogarse una y otra vez hasta el final de los tiempos!

¡Él lo hizo hace seis décadas!

¿Había flamas avivándose en torno a la cabeza de Cara?

Ara murmuró, —Carafina tranquila, tus alas comienzan a mostrarse.

—¿Alas de fuego? Jae estaba demasiado angustiado para preocuparse. 

Jae se arrancó las palabras hacia afuera, —Llegas muy tarde. Él está muerto.

—¿Qué?—Ara gritó, viéndose sinceramente trastorna —¡Yo no vi esto!

—Y… yo lo decapité. —La sangre burbujeaba en su estómago en forma de náuseas, pero Jae logró contenerlo.

Alguien a lo largo de la pared murmuró, —¿La pareja vampiro decapitó al Enemigo de lo Antiguo? No puedo decidir si lo debo destripar o conseguir su autógrafo.

Jae se dio la vuelta siseando.

Cara le dijo a Ara, —Él no está muerto. Su Novio dejó una franja de tendón. Suficiente para mantener vivo su cerebro. No fue una decapitación completa. Él surgirá de nuevo.

La esperanza saltó en el corazón de Jae. —¿Él va a... él va a vivir?—Una vez más sus nuevas garras se clavaron en sus palmas.

—Ven más cerca, Jaejoong, y déjame verte por cierto, —dijo Ara.

Cuando Jae lo hizo con impaciencia, la adivina parecía mirar detenidamente dentro de su mente.

Después de lo que parecieron horas, Ara pronunció, —Yunho está muy vivo.

—¿Lo juras?

—A menudo. Aunque no tanto como la mal hablada de Sora. Intento no hacerlo delante de Bertil. —Ella acarició al murciélago.

—Quise decir… si ¿Yunho vivirá?

—Él lo hará.

Por alguna razón, Jae confió en esta loca valkyria. Si Ara decía que él viviría, entonces Jae le creería. Se hundió con alivio.

Cara lo agarró rápidamente. —Y una vez que él se cure, vendrá a buscarte. Hasta ese momento, serás retenido aquí,—dijo Cara. —No hay escapatoria del Val Hall. Si intentas teletransportarte de aquí, los espectros te lo impedirán violentamente.

Jae apenas escuchaba. “No lo maté, su mente cantaba, no lo maté”.

Ara añadió, —Serás una clase de preso político.

Él vendrá por mí. Jae nunca habría esperado estar tan emocionado por la perspectiva.

Entonces frunció el ceño. ¿Vendría Yunho por él? ¿Lo perdonaría? En un momento de su pelea, Yunho lo había visto de forma homicida. Y eso fue antes de que casi lo hubiera decapitado. Desde luego él sabría que fue un accidente.

Era su Novio vampiro; tendría que venir por él. Más tranquilo, Jae finalmente miró alrededor de la sala.

A pesar de que el alivio de que Yunho viviría lo atravesó Jae no podía sentir felicidad.

¿Encarcelado una vez más?