Capítulo
44
El
no está enamorado de mí, pensó Yunho mientras dejaba a Jaejoong
con Hag.
Eso
lo dejaba sumamente perplejo.
Le
había dado placer a su Novio, lo había consentido, lo había
protegido. Quería darle la inmortalidad y hacerlo de la realeza. Era
el hombre más apuesto que Jae había visto nunca.
Aun
así, Jae continuaba guardando una parte de sí mismo.
¡Eso
lo enfurecía sin fin! ¿Por qué se aferraría a su miserable
familia?
¿A
su vieja vida?
No
tenía respuestas... porque todavía no había soñado ninguno de los
recuerdos de su Novio...
Como
saludo, Hag le dijo:
—Junsu
preguntó por ti más temprano—La fey lucía rayas de pasta púrpura
en sus manos y una mejilla—.Quiere ir en tu misión de venganza,
para cuidar de ti.
—Do
pizdy. Haría bien en olvidar siquiera que existo.
Hag
estuvo de acuerdo. —¿Has tratado de explicarle al muchacho cómo
eres realmente?
—Se
lo mostré. Perforé su cuello a los diez segundos de haberlo
conocido, justo después de que me ayudara a salir de un apuro.
Y
a partir de esas escasas gotas de sangre, había robado los recuerdos
de Junsu con bastante facilidad. Yunho ya había experimentado un par
de ellos, había soñado correr bajo el sol, sintiendo la calidez en
su piel.
No
le extrañaba que su Novio lamentara la pérdida.
—¿Por qué ya
nadie cree que soy malvado? —le preguntó.
—Oh,
yo lo hago. Honestamente —dijo solemnemente Jaejoong antes de dar
la vuelta hacia el baño—. Voy a lavarme el agua salada. ¡No te
vayas hasta que regrese!
Mientras
lo miraba alejarse a paso lento, pensó, "él no cree que sea malvado,
no en realidad". Ayer cuando regresó a la casa de Hag para recoger a
Jaejoong, estaba dormido.
Cuidadosamente lo levantó en sus brazos, y
él había enterrado el rostro contra su pecho tan confiadamente. Su
mirada había caído hacia Jae, inquieto, pensando, todavía no sabe
de lo que soy realmente capaz, no tiene idea de lo que he hecho.
Lo
que haría por poseerlo para siempre.
Ahora
exhaló una bocanada de aire, sentándose en la mesa del comedor. En
un tono bajo, le preguntó a la fey, —¿Jaejoong habla de mí?
—Hag
dio un cauteloso asentimiento—. ¿Y? ¿Cuáles son sus sentimientos
hacia mí?
—Varían
de acuerdo a tu comportamiento —dejó caer unas hojas en una olla—.
Impresionante como funciona eso.
Su
mirada se estrechó, —Ten cuidado, Hag —Su humor de nuevo era
insoportable. Había pasado el día inútilmente soñando sus propios
recuerdos una vez más.
—No
me ha dicho que te ama, si eso es lo que quieres saber.
Eso
era. Necesitaba que Jaejoong se enamorara de él... porque sólo
entonces confiaría en su lealtad hacia él.
Sin
embargo un hombre inferior podría sospechar que todavía lo odiaba
por todos sus pecados en su contra y simplemente esperaba su momento
para estar libre de él.
Y
libre de Ren.
Hag
preguntó, —¿No ves sus pensamientos en sueños?
Yunho
se pellizcó el puente de la nariz. —Ninguno —Incluso a pesar de
que continuaba bebiendo de Jae. Cada vez que dormía, Jaejoong era
como un tranquilo punto en blanco en su mente. Y no importa cuánto
se lo pidiera, él nunca le diría sus sentimientos.
Sin
embargo todas las noches, decía o hacía algo que le recordaba lo
mucho que anhelaba a su familia. Aunque se sentía como un amante
mezquino y celoso, sabía que si Jae era leal a ellos, entonces no
podía ser completamente leal a él. La situación sería perfecta
para una traición, porque elegiría sus intereses por encima de los
de él si un conflicto surgiera alguna vez.
Y
seamos realistas, ¿cuándo no estaré en conflicto con esos humanos
maleducados?
Romper
el contacto con ellos era lo más prudente. Nuevos reportes
de prensa afirmaban que Jaejoong había sido mortalmente herido en
un escape fallido de la cárcel. Su familia lo creería muerto.
—Estás
cediéndole tu corazón —observó Hag.
Él
miró en dirección a Jaejoong. —Jae es… —se detuvo, luego
admitió —atesorado. Si algo me sucede alguna vez, tienes que
protegerlo.
Busca
la manera de liberarlo.
La
fey asintió. —Hablando de si algo te sucede, la Dorada ha sido
sentida en el Sur, cerca del aquelarre de las Valkyrias en Seúl.
La
hechicera antes había vivido en el Amazonas; ¿ahora estaba en
Corea? Había apostado que la repugnante momia y sus lacayos
Wendingos estaban escondiéndose en la cuenca del pantano.
—Iré
allá esta tarde —Se teletransportaría a un bar en el pantano
llamado "El lugar de Rain", uno frecuentado por docenas de inmortales.
Quizá la Dorada había viajado a esa área por la energía del Lore.
O quizá había sentido que él había estado ahí recientemente.
—¿Ren
se ha alzado? —preguntó Hag.
—Una
vez. Mientras Jaejoong dormía —El chico ni siquiera se había
enterado.
Yunho no
había perdido tiempo castigando a Ren, desatando su furia consigo
mismo sobre él.
—¡Sabías
que no eras mi maldito Novio!
—¿Estás
tan seguro?
¿Cómo
pude haber sido engañado? —No eres mío. ¡Buscaría el sol del
mediodía si me emparejara contigo!
—¿No
le había dicho la misma cosa a Jaejoong? Se estremeció al pensar en
lo increíblemente mucho que lo había insultado.
—Sabías desde el
principio que yo no tenía un vínculo predestinado contigo.
—Usé
tu propia arrogancia como un arma en tu contra. Semejante arsenal es
abundante. Además, muy en lo profundo reconociste a Jaejoong como
tuyo pero te negaste a aceptarlo. Lo que es en extremo comprensible,
Yunho. A pesar de todo, lo abandonarás por mí, porque todavía
quieres tus coronas.
—Ren había
mirado hacia abajo al cuerpo de Jaejoong con desprecio.
—A pesar de
que obviamente estás apareándote con él.
—Encontraré
otra forma de recuperar mis reinos.
—Si
encuentras la manera de que un vampiro rompa un juramento con el
Lore, déjamelo saber...
Sus
votos lo ataban como grilletes, obligándolo a ir por un camino del
que no podía desviarse. Lo obligaban a buscar sin descanso. Con el
fin de pasar tiempo con Jaejoong, tenía que resistir la compulsión,
pero sólo podía hacer eso por una cantidad limitada de tiempo.
Entonces
Jae regresó, bañado, vestido, llevando una bandeja de desayuno
cargada.
—¿Te portarás bien con todos los demás pequeños
vampiros cuando estés afuera buscando esta noche?
—Por supuesto —se levantó. —Me voy ahora.
—Buen vampiro.
Él
ignoró la mirada inquisidora de Hag. Sabía que la fey se preguntaba
de qué se trataba ahora su Juego Final.
Yunho
sólo esperaba que fuese tan claro como lo había sido antes durante
milenios.
—Al
menos bésame como si fueses a extrañarme, Yun —exigió Jaejoong
en un tono picante que lo hizo querer hacer nada más que
teletransportarlo de regreso a su cama. —De otro modo no pensaré
que eres dulce conmigo.
Las
esquinas de sus labios se curvaron. Le gustaba su acento ahora.
Incluso
si no hubiese comenzado a encontrar sexy su acento de montaña, era
una ventaja para Jae... la gente lo escuchaba hablar, veía su
belleza y lo subestimaban.
Justo
como había hecho él. Golpe bajo. Pero ya no más. Cada día con
Jae, Yunho estaba aprendiendo qué el formidable ser que era.
A
donde quiera que viajaran, su aguda mente absorbía el conocimiento
como una esponja. Enseñarle había probado ser gratificante,
agradable. Y experimentar esos lugares con Jae los arrojaba bajo una
nueva luz, haciéndolos excitantes para él de nuevo.
Jae
lo hacía sentir joven y vivo.
Jaejoong
Jung Daciano era una droga para un hombre como Yunho.
Así
que, ¿por qué no podía sacarse la sensación de que estaba
alejándose de él?
Se
inclinó hacia abajo para presionar sus labios con los de Jae,
recibiendo su suave aroma en él.
—¿Te
preocuparás por mí cuando no esté?
Jae
sacudió la cabeza. —Pero me compadeceré de cualquiera que se
cruce en tu camino.
Su
pecho se encorvó. Como una droga, Jaejoong...
De
mala gana se teletransportó lejos. Tan pronto como apareció en el
estacionamiento lleno de conchas de ostras del Lugar de Rain,
percibió una fuerte presencia. La Dorada estaba cerca.
Lloviznaba,
el trueno retumbaba. La música sonaba desde adentro de la choza en
ruinas del bar. El olor de tantos de sus enemigos enredados en un
solo lugar lo tenían deseando haber traído una bomba mística. Para
erradicarlos a todos tan fácilmente...
No.
Enfócate Yunho. Se acercó a la orilla del agua negra, agachándose
para espiar en un viejo escondrijo a lo lejos en medio de una
ensenada. Teletransportándose a ciegas, se encuclilló encima de
este, escuchando por la Dorada.
Por
encima de la lluvia fortaleciéndose, escuchó sólo los sonidos
esperados... reptiles deslizándose a través del pantano, el grito
errante de una Valkyria. Olfateó el aire húmedo, y percibió un
leve rastro a piel podrida de la Dorada, pero no pudo determinar con
precisión su origen.
En
el pasado, habría esperado aquí hasta el amanecer,
acechando a su enemigo, previendo su próxima batalla con
morboso detalle.
Ahora
estaba impaciente, sabiendo que sus pensamientos se volverían más
caóticos a cada momento que estaba lejos de Jaejoong.
El
rayo se bifurcó en lo alto, volviendo al pantano radiante
momentáneamente. Los ojos reflectantes de las criaturas del Lore
destellaron a lo largo del agua. Ninguno era su presa.
¿Dónde
estás Dorada? No tenía tiempo para perseguirla...
Su
cabeza se volvió de golpe cuando captó de nuevo el olor. Se
teletransportó de un salto, aterrizando en el perímetro del
pantano, girando en el lugar.
El
olor parecía provenir de todos los lugares a su alrededor.
Entonces
voy a recorrer cada centímetro de este fango olvidado por los
dioses. Medio teletransprtándose, comenzó a cubrir terreno,
desmaterializándose a través de matorrales de zarzas, luego
precipitándose alrededor de los árboles.
El
viento comenzó a aullar, extendiendo la lluvia hacia los lados,
dispersando el olor. Aun corriendo, sus pensamientos se volvieron tan
enredados como la maleza. Encontrar a la Dorada. Asesinarla. Entonces
nada me distraerá del anillo.
Había
considerado olvidar la deuda del Hombre de Hierro a cambio de la
ubicación de Shim. Después de todo, Park seguramente odiaba a
Shim; el comandante había actuado a sus espaldas y había
“estudiado” a Sora.
Pero
Yunho sabía que el Hombre de Hierro no le diría nada. Despreciaba a
Yunho incluso más que al hombre que había ordenado que cortaran y
abrieran a su mujer... mientras estaba consciente.
Navegando
por un espeso grupo de cipreses, Yunho se escondió bajo una rama,
mirando fijamente a una manada de cocodrilos cambiaformas, y las
ninfas que malvivían con ellos.
Los
seres lo divisaron, gritaron con miedo, y luego se dispersaron en
todas direcciones.
No
malgastó en ellos ni siquiera un siseo. Ese olor... ¿por qué no
podía aterrizarlo en algún lugar... ? No, no habría ninguna
negociación con el Hombre de Hierro; acceder a los recuerdos de Park
era la única esperanza de Yunho de reclamar su anillo. Sin
embargo en vez de soñarlos, continuaba experimentando los
suyos.
¿El
último? Yunho había revivido la noche que finalmente había
capturado a In Wook para
Shindong,
siglos después de que la tortura de Yunho hubiera terminado.
En
una furia sin sentido, Yunho había torturado a In Wook por horas
—días—disfrutando de los ruegos de su padre por misericordia.
Una vez que Shindong dio la orden, Yunho levantó su espada para el
golpe mortal, calmándose lo suficiente como para comprender que el
corazón del rey estaba palpitando. —¡Blyad! Él ha sido
sangrado, Tío.
Shindong
lo miró horrorizado. —Entonces debe haber engendrado un heredero
secreto —Presionó el borde de su propia espada contra la garganta
de In Wook, comenzando a corta de atrás hacia adelante—. ¿Dónde
está tu Novia?
—Muriendo
—rechinó con dificultad In Wook; apenas si estaba vivo. —Como
las demás.
Las
hembras vampiros habían sido afectadas en número por algún
tipo de plaga. El Rey In Wook considerando eso como una
vergonzosa señal de debilidad —¡inmortales sucumbiendo a una
enfermedad!—había mantenido la epidemia en secreto, difundiendo
rumores salvajes...
—¿Y
dónde está tu heredero? —preguntó Yunho, preparándose para otra
ronda de tortura.
—Donde
nunca lo encontrarás, bastardo.
Pero
Yunho lo había hecho.
Moviéndose
como una sombra, silencioso como la muerte, se asomó sobre una cuna.
Un bebé de cabello castaño como el suyo alzó la mirada hasta él,
agarrando su dedo con una mano diminuta...
¿Por
qué veía esa escena de nuevo? ¿Qué estaba diciéndole su
consciencia?
Cuando
el amanecer se acercaba, disminuyó su ritmo implacable, dando tumbos
hasta detenerse. El sudor corría por su espalda y rostro para
mezclarse con la lluvia.
Echó
una mirada acusadora hacia el cielo iluminado por rayos.
Yunho
no había descubierto ninguna señal de la Dorada. Esa fuerte
presencia se había desvanecido en la nada.
Sin
embargo otra noche malgastada. ¿Será ésta cuando mi mente falle
para siempre? Estrujó su cabeza entre sus manos.
A
pesar de que sólo había dejado pasar el pensamiento de sus coronas,
su aprehensión por Jaejoong era incesante, oprimiéndolo, como lo
había hecho la tierra una vez hace siglos atrás.
¡Lo
quiero demasiado! ¿Qué demonios voy a hacer?
Eventualmente,
encontraría el anillo. Entonces tres posibles escenarios se
desplegarían ante él. Podría desear volver en el tiempo, borrando
sus votos por completo.
Una
vez ahí, expulsaría a Ren, entonces se tomaría su tiempo para
cortejar a Jaejoong, tratándolo como a un rey.
O
podría desear regresar, sin embargo se negaba... los votos en sí
mismos podrían impedirle usar el anillo de esa manera. Había hecho
un juramento de hacer todo lo posible para transformar a Ren en un
inmortal y para extinguir a Jaejoong.
Lo
cual significaba que cualquier intento de hacerlo de otro modo
encontraría oposición.
Si
todo lo demás fallaba, podía dejar a Jaejoong al cuidado de Hag,
luego quemarse hasta las cenizas bajo el sol.
¿Buscar
mi propia muerte, después de haber sobrevivido tanto tiempo...?
Pero
un intento de suicidio también rompería sus juramentos con Ren.
¿Podría incluso ser posible resistirse a la compulsión —y al
dolor—lo suficiente como para morir por Jaejoong?
Los
tres escenarios implicarían que en efecto él había recuperado el
talismán que podría destruir a su Novio.
El
riesgo...
No
podía contarle a nadie sobre su apuro, ni podía pedir ayuda, sin
romper su pacto con el dios. Incluso no podía advertirle a Jaejoong
que lo dejara. No es que eso importara. El anillo funcionaría sin
importar cuán lejos o cerca estuviera Jae.
En
un enredo mortal de su propia creación, no podía establecer un
escape.
Desecho
por mi propia arrogancia, por mi interminable necesidad de
venganza. ¿Serán mis defectos literalmente mortales?
Todos
esos votos de sangre que había coleccionado no podían hacer nada
para ayudarlo a eludir el suyo propio. Su esperanza —o la perdición
de su Novio—yacía en el anillo.
Justo
cuando se tensaba para teletransportarse de vuelta con Jaejoong para
pasar el día, para perderse a sí mismo en su cuerpo y su olor,
escuchó el chillido de una Valkyria llevado sobre el golpeteo de la
lluvia que iba disminuyendo.
¿Podría
ser el de Ara? Tan traicionera como era, siempre parecía entenderlo.
Tal vez le concedería un favor; él no merecía menos de ella.
Con
su asediada mente a punto de romperse, decidió tragarse su orgullo y
llamar a la única persona que podía discernir su atasco.
Se
teletransportó al Val Hall, permaneciendo en la niebla, a la espera.
Momentos
después, Ara se paseaba afuera en el porche delantero, ofreciendo un
mechón de cabello negro a los espectros que la rodeaban.
El
cabello era su pago negociado. Yunho sabía que cuando el Azote
recolectara lo suficiente para hacer una trenza de cierta longitud,
podrían doblegar a todas las Valkyrias a hacer su voluntad por un
tiempo.
Las
poderosas Valkyrias serían esclavizadas. Apenas podía esperar.
Ara
se paseó hacia él en la llovizna, con actitud indiferente. En el
pasado, ella le había dicho que él desafiaba su previsión.
Conveniente, ya que ella desafiaba su intuición.
Pero
ahora él estaba apostando por su habilidad para leerlo todo excepto
su mente... básicamente con los poderes de una diosa.
Sin
embargo, ¿cargaba un maldito murciélago en el hombro? En su
camiseta rosada se leía: “¿Por qué no podemos ser amigos?”
Sutil, Ara. Muy sutil.
Se
detuvo a unos pocos pasos de él. Se quedaron de pie sin hablar,
valorándose el uno al otro. Su largo cabello negro estaba
húmedo y azotado por el viento, sus amplios ojos dorados
eran inescrutables. Su fluída falda estaba hecha jirones en el
dobladillo.
Hace
sólo unas semanas, la había visto en la isla prisión; desde
entonces parecía más delgada, cansada. Siempre había sido
chiquita, pero ahora parecía más pequeña.
A
pesar de eso, estaba favorecida en forma, tan hermosa físicamente
como dañada mentalmente.
Ella
inclinó su cabeza entonces, como si pudiera espiar dentro de él.
Él
silenciosamente la instó a ver —a conocer—lo que tan
desesperadamente necesitaba. Ayúdame a salir de este vínculo. Con
dificultad, pronunció, —Ara, debo tener a Jaejoong
—No
podía decir nada más, no podía explicar nada. Incluso esa
declaración probaba los límites de su voto; simplemente permanecer
en la presencia de Ara drenaba su fuerza.
Ella
sonrió, con la mirada vacía. —¿Entonces el rey negro busca la
ayuda de la reina blanca?
—El
rayo destelló en lo alto, severamente iluminando su cara. Sus
hermosas facciones se afilaron, su semblante misterioso mientras
murmuraba, —Yunho, has estado equivocado en algo. El abismo no se
queda mirándote, te guiña el ojo.
Luego
giró sobre sus talones y lo dejó.
Incredulidad.
Ella ya había pasado a los fantasmas cuando él encontró su voz.
—¡Maldita
perra! —
Bramó,
mientras pensaba—, estoy perdido...
Ese
día mientras dormía, con Jaejoong apretado en sus brazos, Yunho por
fin soñó con el anillo.
Do
pizdy : Significa “A la mierda” en polaco.
Me perdi un poco jejejejejje gracias por el capítulo me encanta Bechitos 😘 😘 😘 😘 😘 😘 😘 😘
ResponderBorrarVamos Yunho encontraras la forma es a Ren que debe desterrar pero si no estoy mal es la Dorada que busca a Ren
ResponderBorrarhay no esa mujer no lo podrá ayudar espero y encuentre algo para romper el pacto que hizo con Ren y pueda sacarlo del cuerpo de Jae para que se quede Yunho con Jae solo sin su intruso de por medio y Ren ya se a dado cuenta de que Yunho sabe que el no es su novio sino Jae espero y todo termine bien para los dos y no muera Yunho y deje a Jae solo
ResponderBorrarGracias por el capitulo
Bien!!! Por fin soño con el anillo ;) ahora solo queda esperar que lo obtenga y buscar una solución para los de Jaejoong con Ren :/
ResponderBorrarMató al bebé o ése es Junsu o.O? Ya que Junsu es adoptado xD
Gracias por el capítulo Gaby <3
Por fin soñó con el anillo pero tiene que hacer algo para que se rompa el pacto que hizo con Ren y tambien desterrarlo del cuerpo de Jaejoong hay Yunho estas que te enredas esto es algo que tu mismo hiciste al no admitir que Jae era tu novio tu venganza te cego y esto es lo que sembrastes y estas cosechando Peri bueno espero que ee pueda solucione sin la necesidad de que entregues tu vida aún Jaejoong no lo diga el te ama y creí q sufriría sin ti ..kyaaa esta muy interesantee..
ResponderBorrarGracias
en su afán de querer dar muerte a la Dorada, presiento que es una trampa para él. lo que me intriga es que sigue experimentando los suyo propios.
ResponderBorraro sea que tiene un hermano , qué será de él ahora??
las tres posibilidades que tiene de romper el juramento con el lore son las tres difíciles ....
qué dilema,
pero no sé la Dorada me da mala espina, presiento que le quieren hacer una trampa para que caiga y así atraparlo y vengarse de él.
veremos cómo sigue
gracias por este capítulo
Yunho esta en un gran problema y como saldrá de eso?? iso una promesa por el lore y no es seguro que jae lo ame por el sigui amando a su famlia o sea que problema tiene yunho ¡¡ Gracias por el y gaby besos
ResponderBorrarEspero que pueda conseguir el anillo com mucha facilidad y que deje ser felices ya que Yunho a sufrido mucho y Jae tambien.
ResponderBorrarGracias por la actu<3
Se complican las cosas por los votos que YH. Pacto con Ren ...Pero acaba de soñar con el anillo esperemos que con el si pueda. Resolver ello^~~
ResponderBorrarNoooo ya soño con el anillo !!! Y ahora? No puede postergar mas esto... Que hara? Realmente va a matar a jaejoong?
ResponderBorrarMaldiro Ren logro mover bien sus hilos sobre yunho.... Debe de haber una solucion -_-
Y el bebe? Yunho realmente lo mato? Tengo mis dudas, como si al momento de tomar su manita se arrepintiera... Y si el bebe en realidad es junsu?? (No se porque pense eso...seguramebte nada que ver xD, es solo por el apego que tiene junsu hacia yunho y el hecho de que hay una posibilidad de que el bebito siga vivo)
Gracias