Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 38

Capítulo 38

Cuando Jae salió de la ducha, sentía su cuerpo rígido y entumecido. Hag lo estaba esperando con un cambio de ropa. —Junsu se rehusó a irse hasta que Yunho regrese, pensando que podrías necesitar algo de “vigilancia” hasta que su “hermano” vuelva.

—Claramente Junsu nunca te ha visto blandir un machete. —Jae tomó la ropa: una camiseta y un par de pantalones cortos de mezclilla que había dejado ahí.

—No es como si el código le permitiría irse de todas formas. Sin un portal o una escolta, nadie excepto Yunho puede teletransportarse dentro, o fuera.

Yo había planeado retenerlo aquí hasta que Yunho decidiera lo que hay que hacer con él.

—¿A dónde me llevó Yunho más temprano? ¿Qué era ese horrible lugar?

—Accidentalmente te teletransportó a Helvita la capital de la Horda.

—De la que he leído. ¿Ahí es donde fue torturado?

Hag no lo confirmó ni lo desmintió.

—Ahora, respecto a este chico. Si le dices cualquier cosa acerca de tu situación actual, Yunho lo matará. Una palabra al respecto equivaldrá a su sentencia de muerte. No puedes pedirle ayuda para escapar.

Jae se metió en los pantalones cortos. —No diré nada.

—Te vi mirar el celular de Su antes de que te excusaras para ir a la ducha.

—Sí, bueno, te vi mirándome ver su teléfono.

Hag cruzó los brazos sobre el pecho. —¿Es por eso que no le pediste usarlo? ¿Por qué temías mis represalias?

—Cierto, no quería que le cortaras la mano. Pero también me retuvo otra razón. —Ante la expresión interrogante de Hag, Jae dijo—: Soy el Novio de Yunho, ¿verdad?

Hag se volvió bruscamente para acomodar la toalla sobre el estante.

—¿Por qué me preguntas esto otra vez?

Jae se puso la camiseta. —Hubo un momento en la pelea cuando él pareció… estupefacto mientras me miraba. Algo ocurrió en él, lo sé.

Las últimas veinticuatro horas habían sido como una montaña rusa para Jae. La noche anterior, él había aceptado su final. Ahora, algo lo había hecho cambiar.

¿Cómo podría Jae creer que Yunho lo condenaría después de su obvia preocupación, de su pánico?

—No importa si lo eres o no, Jaejoong. Él necesita a Ren para reclamar la corona de la Horda.

—Porque es ilegítimo.

Hag asintió vacilante con la cabeza.

—¿Por qué no puede usar simplemente el anillo para conseguirlo?

Yunho me dijo que puede hacer casi cualquier cosa.

—Sólo puede usarse cierto número de veces antes de que los deseos comiencen a salir mal. Además, sin Ren a su lado, se desatarían incontables rebeliones.

—No entiendo. Ren no tiene poderes.

—La Horda sólo aceptará un heredero vampiro de la realeza, o a uno casado con alguien de la realeza…

—O con un antiguo ex dios vampiro.

—Exactamente.

Y ya que él planea usar a la Horda para tomar el control de los Daci, Ren es equivalente a dos coronas.

Jae era equivalente a nada.

No importa que yo sea su Novio. Él tendría que quererlo más de lo que quería a esos tronos.

Cuando Jae terminó de vestirse, Hag dijo: —Una vez más, no puedes decirle a Junsu nada que pueda interponerse en el curso de los planes de Yunho.

—Ya entendí. Pero bueno, no le digas al chico que estuve en prisión por asesinato, ¿de acuerdo?

Hag asintió en acuerdo, y regresaron a la cocina.

En ese instante, Junsu se levantó de su asiento en el mostrador. Qué caballeroso.

Estaba vestido con pantalones gastados que destacaban sus poderosas piernas y una camiseta lisa negra que se extendía sobre sus bien desarrollados pectorales.

El chico era una extraña mezcla de ángel con defensa de fútbol americano.

—Jae, tú color ha regresado. Estarás tan bien como la lluvia para cuando regrese el señor Yunho.

Mientras Hag continuaba su trabajo en la base de su nueva poción, Jae tomó asiento a su lado.

—Cuéntame cómo es que mi hermano y tú se conocieron —dijo Junsu con ojos entusiasmados. De cerca, Jae pudo ver que eran de color avellana con vívidos puntos azules. —Uhm, Hag nos reunió —respondió Jae vagamente.

Él frunció el ceño ante la palabra Hag.

—Me refiero a que SoHyun usó su previsión y todo eso.

—Esos oráculos —él sonrió hacia la Fey—siempre ayudando a la gente.

Muérdete la lengua, Jae. —Entonces tú… ¿no puedes ser realmente amigo de Yunho?

—Lo soy, joven —respondió orgullosamente, haciendo una reverencia con el pecho—. Estoy bastante seguro de que soy su único amigo.

¿Por qué eso hacía que su corazón se contrajera? Jae odiaba a Yunho más que nunca después de lo de anoche. ¿No es así?

Sin duda que sí. Sin embargo algo más se removía en su interior. Jae no se atrevía a nombrarlo porque eso confirmaría que era un tonto.

No soy ningún tonto, no más de lo que lo es Yunho.

Él podría haber cambiado la forma en que lo miraba, pero Jae recién había sollozado por su próxima ejecución. Sin mencionar el paseo de esta mañana… —Espera, ¿me llamaste señor? No soy mucho mayor que tú. Te ves como de veinte.

—Acabo de cumplir los diecisiete. —Con tono decisivo, dijo—: Todo el mundo cree que soy más grande porque soy alto y fornido.

Hag murmuró: —Es que lo eres. —Después de aclararse la garganta, preguntó—: ¿Cómo conociste a Yunho? Nos parece poco probable que seas un conocido de él.

—Él y yo fuimos capturados por los soldados humanos, luego nos encarcelaron en una isla para torturarnos y experimentar con nosotros y todo eso.

—Oh, Dios mío, ¡eso es horrible! —Jae dijo, brevemente apretándole el musculoso brazo—. ¿Por qué les harían esas cosas?

—Se hacen llamar la Orden. Consideran a los inmortales criaturas—antinaturales. Abominaciones y todo eso. Planean exterminar hasta el último de nosotros.

—¿Cómo es que te capturaron?

—Ese es el condenado asunto. Sólo fui a recoger a una chica para llevarla al cine, preocupado por nada más que los Eagle Scouts, mi toque de queda —y tal vez en robarle un beso a mi cita. —Le guiñó un ojo a Jae, y él sintió como si se ruborizara—. 

Lo siguiente que supe fue que desperté en un depósito de retención con todas esas criaturas. Fue entonces cuando enloquecí.

—Debe haber sido aterrador.

—Bueno, no fue un día de campo en junio, eso es seguro. ¡Y la celda!

No puedes imaginar lo que es estar encerrado durante días y días.

¿No puedo? Tú amigo me metió en la casa grande por cinco años.

Chasquido liga. ¡Chasquido!

—Yo sólo recibí una sesión de tortura, nada demasiado grave, ¿pero el señor Yunho? 

Lo quemaron hasta que se le carbonizó la piel y podían verse sus huesos. Lo tenían muerto de hambre. Él solamente se reía, jugando con las mentes de los humanos y todo.

Jae fácilmente pudo imaginárselo haciendo eso.

—Cuando los prisioneros se liberaron, me salvó la vida, en repetidas ocasiones. Y todo el tiempo, estaba desesperado por salir de la isla. Nos imaginamos que tenía a alguien con quien regresar. ¡No sabíamos que eras tú! —Evidentemente recordando algo, Junsu dijo—: Seguro que el señor Yunho está loco por ti.

No por mí.

—Y, ¿qué haces tú, Jae? —preguntó.

"Bueno, antes, tenía un puesto en el corredor de la muerte, pero últimamente he sido el juguete de un vampiro. Pronto seré sacrificado para que así el Segador de Almas y el Enemigo de lo Antiguo puedan hacer bebés".

—¿Qué hago yo? —Jae captó la mirada de advertencia de Hag. En un simulado tono burbujeante, dijo—: Oye, ¿quieres un trago, Junsu? A mí me vendría bien un trago.

Tengo que mostrarte ese cofre…

*******

Tres horas más tarde...

Jae estaba arrastrando las palabras hacia el cofre. —Te dijeee tee…quilaa…cueervooo, poor favooor.

De alguna manera Junsu, Hag y Jae ya se habían terminado dos cubetas de Coronas.

Junsu le había dicho que nunca había probado el tequila. Jae apenas lo recordaba.

¡Una manera para remediarlo!

—Limón. Sal. Otra cubeta de Coronas. Y papas fritas, gracias.

Cuando Jae sacó sus suplementos a la terraza, encontró a Junsu medio borracho ajustando una bisagra del obturador con una herramienta de bolsillo multiusos. Así que Eagle Scout.

Jae y Hag estaban en trajes de baño y él se había quitado la camiseta. Aunque era un día sin nubes, Junsu no tenía ningún problema con el sol, y tenía un bronceado para demostrarlo. —Supongo que es mi mitad fantasma —le había explicado con un encogimiento de hombros.

A espaldas de él, Jae imitó a un gatito dando zarpazos hacia él; Hag sonrió con su cerveza en la boca. Después de abrir en un estallido una nueva ronda para cada uno de ellos, Jae se hundió en el diván para observar el sudor goteando a lo largo de las elevaciones y bajadas de los músculos en el torso de Junsu.

¿Estoy sintiendo lujuria por él? ¿O simplemente estoy apreciando su increíble atractivo?

Se le ocurrió que él era exactamente el tipo de chico con el que siempre se había imaginado. De buen carácter, apuesto, considerado.

Entonces ¿por qué se sentía atraída hacía una letal y mortifera sanguijuela como Yunho?

¿Debido a los traumas mentales y a su desesperación sexual?

¿O debido a su mente brillante como ninguno y su toque seductor? Esa mirada fundida…

Tal vez debería poner a prueba si verdaderamente deseaba a Yunho o si simplemente necesitaba a un hombre, a cualquier hombre.

¿Tal vez comprobaría eso con Junsu? Las innumerables Coronas decían que era el mejor plan de la historia.

Cuando el temporizador sonó, Hag se levantó tambaleantemente, señalando al cielo. —¡Poción! — dijo, como si hubiera dicho “¡Eureka!” Luego se fue a la cocina.

Solo con Su, Jae dijo: —Muchas gracias por traerme de regreso esta mañana. —Tomó otro trago para armarse de valor, se puso de pie, acercándose a él—. Eres mi héroe.

Todavía concentrado en su tarea, él arrastró las palabras: —Cuando quieras, cariño. —Había descubierto que él había nacido y crecido en Seúl. Un largo, alto, magnifico trago de Seúl…

—¿Te importaría si te doy un abrazo de agradecimiento? —Su voz se había vuelto gutural.

Se volvió hacia Jae con el ceño fruncido, frotando la palma de su mano en la barbilla.

Antes de que dijera nada, él lanzó sus manos alrededor de su cuello, sus uñas se cernieron en el cabello de su nuca.

Dios, él huele increíble. Los músculos de su pecho se flexionaron contra el pecho de Jae, su piel húmeda estaba tan caliente que podía sentirla.—¿O qué tal un beso de agradecimiento? —Se puso de puntitas.

Junsu se ruborizó profundamente. —Uh. Eres la pareja del señor Yunho, lo que significa que estás tomado. Realmente tomado. Y en cuanto a mí, yo…

Jae presionó sus labios contra los de él, apretando su abrazo mientras él se paralizaba en estado de shock.

Pero sus labios eran firmes, con sabor a limón y una pizca de sal. Lindo.

Jae lo besó con más ímpetu, y sus labios finalmente se separaron en un suspiro.

Él huele, se siente, y sabe maravillosamente.

¿Y entonces dónde está la lujuria?

¡Maldición! Ahora podía admitir lo que instintivamente sabía. 

Sin Yunho, nunca sentiré la misma pasión otra vez.

Jae estaba a punto de apartarse cuando Hag salió. —¡Dioses Oscuros! ¿Qué es esto, Jaejoong? —exclamó—. ¿Quieres que este chico muera?

Tanto Junsu como Jae se apartaron a trompicones murmurando disculpas a Hag, el uno al otro.

La Fey le señaló el baño a Jae. —¡Ve a lavarte la cara ahora mismo!

—A Junsu, Hag le dijo—: Siéntate. Tú serás el siguiente.

Dentro del baño, Hag cerró la puerta de un golpe detrás de Jae. 

—¡Lávate! Quítate su aroma. 

Jae se frotó obedientemente la cara. De acuerdo tal vez las cervezas se habían equivocado y esa no había sido la mejor idea.

—¿No le vas a decir a Yunho?

—Esto pasó bajo mi vigilancia. Dejé que dos pos—adolescentes, se emborracharan estando solos.

Yunho no puede enterarse jamás. ¿Por qué, en nombre de los dioses, lo hiciste?

—Yo sólo… tenía que saber por qué siento estas cosas tan intensas con Yunho. Si se trata por qué acabo de salir directamente de prisión, o si es por él.

El semblante desaprobatorio de Hag se suavizó. —No importa lo poco aconsejable que fue tu experimento, no puedo criticarte por tu curiosidad.

—Jae exhaló—. Sólo puedo imaginar lo que debes estar sintiendo. ¿Pero al menos conseguiste una resolución?

—Sólo Yunho para mí. En cuanto a la pasión, al menos. —Nadie es tan tonto.

Luego Jae frunció el ceño. ¿Qué tal si en realidad había un futuro con un vampiro como él? ¿En algún lugar —y de algún modo—para ser encontrado?

Para salvarse, él había seducido su cuerpo y su mente, con cierto éxito. Pero había dejado a su corazón fuera de ello.

¿Qué tal si se disponía a ganar al vampiro porque quería probar una vida con él?

—Haré que Yunho se enamore de mí. Me refiero a realmente enamorado. 

—Pondré su corazón en la mira. Transpórtate, vampiro, pero no puedes ocultarte.

—¿Y si aún así te sacrifica por Ren, por sus coronas? —Preguntó Hag—Todo lo que estarás

haciendo es hacerlo peor para los dos.

Jae mantendría su corazón protegido todo el tiempo, decidido a no enamorarse de Yunho. Y una vez que tomaba una decisión, no podían hacerlo cambiar de idea. —Entonces tengo que hacer que me ame más que a dos reinos vampiro.

—¿Y exactamente cómo vas a hacer eso?

Jae sonrió. —Lo averiguaré con más tequila. Ahora, déjame ir a suavizar las cosas con el pobre Junsu...

Eagle Scouts: Grupo de chicos exploradores.