Lothaire ~ Yunho Enemigo De Lo Antiguo (Adaptación) ~ Capítulo 45

Capítulo 45

Los recuerdos de Park de la ubicación del anillo habían sido caóticos y confusos. Lo que significaba que Yunho había estado a gusto con ellos, usándolos para teletransportarse directamente al escondite de Shim, en las Montañas Himalayas.

Jamás habría supuesto que eran los Himalayas.

Más temprano, cuando Yunho había despertado, había actuado como si nada estuviera fuera de lugar, dejando a Jaejoong en casa de Hag.

A pesar de que una vez que comenzó a besar a Jaejoong en despedida, se le hizo difícil detenerse.

Ahora examinaba la parte delantera de un rancho inclasificable... uno rodeado por algo de la más alta tecnología en seguridad en la tierra.

Y más, Park había estado familiarizado con cada dispositivo de seguridad, lo que significaba que Yunho también lo estaba. Los eludió todos, rompiendo fácilmente las defensas de la estructura.

Haciéndose incorpóreo, Yunho medio se teletransportó por los pasillos poco iluminados. Invisible a los ojos mortales, irrumpió en los aposentos privados de Shim. La caja fuerte del hombre debía estar detrás de una pared dentro de esta habitación, y el anillo adentro.

Encontró a Shim sentado en su escritorio, en medio de una llamada telefónica, con los músculos de sus hombros agrupados en tensión.

Yunho podía escuchar ambos lados de la conversación.

Shim estaba hablando con el Hombre de Hierro, Yoochun Park.

Interesante.

—No puedo decirte lo mucho que significa para mí que hayas llamado—dijo Shim.

—No deseo reanudar la comunicación contigo —dijo Park en su espeso acento irlandés—.

Pero para resarcirte por haberme salvado la vida, he decidido darte una advertencia.

—¿De qué?

—El Enemigo de lo Antiguo bebió mi sangre en la isla. Tiene mis recuerdos, lo que significa que él eventualmente soñará la ubicación de tu rancho, tu seguridad, todo. Irá por ti. Y por el anillo.

Ya estoy aquí... Yunho simplemente ahogó una carcajada. El tiempo es lo importante, Park.

—No tendrá las combinaciones, y hay contramedidas en su lugar —dijo el comandante—. Pero me mudaré de inmediato, escondiéndolo de él esta misma noche.

—Una pesada pausa—. A menos que tú quieras hacerlo.

Vuelve al redil, Yoochun. Necesitamos tu fuerza. Todavía hay trabajo que hacer para detener a la marea de inmortales de apoderarse de la tierra. De esclavizarnos.

Como si nosotros te quisiéramos.

—Mi conexión con la Orden está terminada —dijo Park—. Sólo mantén el anillo lejos de las manos del vampiro. Sorprendentemente, confío en Yunho incluso menos que en ti.

Las palabras lastiman, Park.

—¿En realidad vas a aliarte con los miscreats? —Demandó Shim—. ¿Has olvidado que esas abominaciones torturaron y asesinaron a tus padres? ¿Te torturaron y casi te mataron? ¡Te salvé de ellos!

—Soy uno de esos miscreats, Shim. Un berserker de nacimiento.

¿Estamos sacudiéndonos el lavado de cerebro de la Orden?, ¿verdad, Hombre de Hierro?

A pesar de que el rostro de Shim estaba rojo de ira, su tono permaneció paternal, preocupado.

—Hijo, tu mente no está clara. Esa mujer te ha influenciado.

—No soy tu hijo —chasqueó Park—. Y esa mujer va a ser mi esposa.

Es preferible que me influencie Sora que tú.

Discutible.

—He reportado a la Orden que falleciste en la isla —dijo Shim—. Y me apegaré a eso, pero sólo si dejas de estar en contra de nuestra misión.

Park respondió, —Me dijiste que o estaba de tu lado o del de ellos.

Tenías razón. Daña a alguno entre mis aliados, y tomaré represalias.

Clic.

El Hombre de Hierro subió un escalón en mi apreciación.

Tan pronto como la llamada terminó, Yunho dijo, 

—Ah, ¿ese era Park advirtiéndote sobre mí?

Lástima. Si tan sólo lo hubiese hecho mucho antes.

El comandante se volteó, disparándole un lanzador de carga.

Yunho se echó a reír mientras la corriente eléctrica pasaba a través de su torso. 

—Medio teletransportado, Shim. No puedes tocarme. Pero yo puedo tocarte —Brevemente se materializó para golpear el arma en la mano de Shim, rompiendo el brazo del mortal con un satisfactorio crujido.

Shim gritó de dolor, con su otra mano lanzándose por un botón bajo su escritorio.

—Ah—ah, no toques esa alarma —Yunho aseguró la mano del hombre en su propio puño. Dando el más ligero apretón, destrozó los huesos de Shim como una nuez triturada.

Mientras el hombre emitía un grito, Yunho sonrió con desdén, sabiendo cuan terrorífico lucía... el rostro de la muerte. 

—Ahora, tienes dos opciones, humano. Si me dices la combinación de tu caja fuerte y revelas cuales contramedidas están en su lugar, puede que te perdone la vida. O puedo torturarte por la información, luego beber tus recuerdos de modo que pueda encontrar y castigar también a tu familia.

Tienes una escondida en alguna parte, ¿no es así?

—Nunca. ¡Nunca te lo diré!

—Muy bien. Lo disfrutaré más si te resistes... 

******* 

Al final, Yunho torturó a Shim hasta que el hombre rogó para divulgarlo todo. Después de un tiempo, Yunho se lo permitió.

—Y una última pregunta —dijo Yunho, elevándose por encima del mutilado cuerpo del hombre—.

¿Quién le dió mi nombre a la Orden?

¿Quién me puso en la lista de captura de Park?

La sangre burbujeó en los labios de Shim cuando se echó a reír con la voz entrecortada. —Vampiro... en el fondo... lo sabes.

En ese momento, la compostura de Yunho se tambaleó. Él había tenido una sospecha, por supuesto, pero no podía ser correcta. —No es posible.

Entre toses de asfixia, Shim rechinó, —Sabes... quién te entregó a nosotros.

Tenía que estar mintiendo. Sólo hay una forma de saberlo con certeza.

La mirada de Yunho cayó sobre el cuello del hombre. ¿Sería esta la víctima que lo enviaría al abismo? ¿Podría detenerse de beber a Shim hasta la médula?

Deberé arriesgarme. —Te drenaré ahora —Yunho arrastró al hombre hasta sus pies—. Resístete. Eso le añade algo —Luego perforó la yugular de Shim, haciendo una mueca ante la sangre.

El comandante sabía a aguas de cloaca comparado con Jaejoong. Sin embargo la inminente muerte se burlaba de Yunho, atrayéndolo a succionar con más fuerza mientras el agitado cuerpo de Shim se volvía más y más ligero debido a la pérdida de sangre.

Cuando el hombre quedó inerte, Yunho lo dejó caer, tambaleándose.

¿Qué hay en su sangre?

Una neblina narcótica lo envolvió. Cruda, potente. Yunho estaba drogado, demasiado colocado como para meditar por qué. Deslizó su espalda hacia abajo por la pared, cerrando los ojos contra la habitación girando.

Cuando Webb tomó su último aliento tembloroso, las imágenes comenzaron a fluir a través de la mente de Yunho a la velocidad de la luz. Cayó en un semisueño, drogado, inmerso en los retorcidos recuerdos del hombre.

Pasaron lo que se sintieron como horas antes de que Yunho pudiera apoderarse del recuerdo que buscaba...

El comandante no había mentido acerca del traidor de Yunho...

La bilis se alzó en la garganta de Yunho, un golpe adrenalínico de puro odio resucitándolo. Entrecerró los ojos. Todos aquellos en los que alguna vez había confiado habían muerto... o lo habían traicionado.

Jaejoong todavía podía hacer una de esas cosas. O ambas.

Por siempre traicionado. In Wook, Jong Suk, Shingdong, Ren, incluso el único ser que Yunho había llamado amigo...

Pero no Jaejoong. Nunca él.

Se puso de pie pesada y ruidosamente, pateó el cuerpo sin vida de Shim — hasta nunca, escoria— luego se puso en marcha hacia la caja fuerte.

Ahora a desactivar todos los dispositivos de seguridad. Presionar un botón ahí, ingresar un código falso, girar la palanca una vez. Meter el código real.

El acertijo se movía. Si Yunho no tuviera tanto en juego, habría disfrutado esto.

Con un siseo, la puerta de la caja fuerte se abrió. Ahí. Una bolsa de terciopelo negro.

Deslizó el anillo de ahí. Mientras se ponía la banda lisa de oro, sintió un insondable poder irradiando de él.

Sin perder ni un segundo, Yunho giró el anillo, pidiendo su deseo.

Regresar en el tiempo para deshacer mis votos a Ren El Segador de Almas.

Nada. Yunho no sintió ninguna oleada de energía como lo había hecho en el pasado con otros talismanes menores.

Tal vez el anillo prohibía el viaje en el tiempo. Modificó su deseo: Borra mis votos a Ren.

De nuevo, nada. Queridos dioses, el anillo lo rechazaba; los votos permanecían inquebrantables. El impulso por destruir a su Novio crecía abrumadoramente.

La muerte era el único movimiento que quedaba en el tablero de ajedrez. ¿La de Jaejoong o la suya?

Miró por la ventana del estudio. El sol estaba alzándose, rayos de luz estallando sobre las montañas distantes. Como dedos agarrando. Su instinto era ir bajo tierra, evadir su alcance.

¿Podría sacrificarse a sí mismo por Jaejoong? ¡Parte de él apenas podía creer que Yunho —el atroz Enemigo de lo Antiguo—¡estaba siquiera contemplando esto! Para protegerlo, ¿iba a volverse cenizas?

Como había hecho JiYool todos esos años atrás para protegerlo...

Se dijo a sí mismo que sólo estaba considerando esto porque la muerte de Jaejoong lo alteraría.

¿Cómo podría cualquier vampiro continuar viviendo sin su Novio? Trató de convencerse a sí mismo de que su corazón no tenía ninguna influencia en esta decisión.

Pero la tenía. Pequeño mortal, lo has cambiado “todo”...

Antes de que JiYool hubiese ido a encontrar su muerte, Yunho le había preguntado, —¿Cómo puedes hacer esto? —Finalmente entendía su respuesta.

Porque todo lo que es digno en mí comenzó con Jaejoong.

Se frotó el pecho con la mano, sorprendido por el dolor que sentía ahí.

Desearía haberlo visto una vez más...

Enderezando los hombros, se teletransportó hacia afuera para encontrar el amanecer, retando a un enemigo que había eludido toda su vida.

Un enemigo que ahora rezaba que lo derrotara.