Capítulo
31 +18
Se
vistieron para la cena.
Yunho
parecía el hermano sexy de James Bond, letal y goteando
atractivo sexual. Jaejoong se sentía como si hubiera entrado
en un set de filmación y hubiera sido involuntariamente
contratado como su suertudo interés amoroso. Pero por supuesto, como
en todas las mejores películas de James Bond, no era más
que el coprotagonista hasta que la aventura terminará.
La
comida se hallaba divina, y sin embargo apenas la probaron.
Su
rodilla toco la de Yunho mientras cogía su copa de vino. Sus dedos
rozaron los de Jae mientras volvía a llenar su vaso. Su mirada se
detuvo en sus labios mientras probaba el dorado puré de mora
rociados por la pannacotta perfectamente arreglada.
—Esto
es delicioso. —Jae saboreó la fría y aterciopelada crema en la
boca.
Yunho
asintió mientras saboreaba su propio postre. —Le falta
algo —Empujó su silla hacia atrás y se dirigió a la mesa con el
plato de postre en la mano—. ¿Qué piensas tú? —Le dio
un poco de pannacotta en su boca, sus ojos fijos en sus
labios. Se encontraba en modo depredador máximo, y un
estremecimiento de anticipación onduló por la espalda de
Jaejoong.
Se
apoyó en la mesa y Jae puso una mano intencionalmente casual en la
pierna de Yunho mientras se tragaba su bocado del impecable postre.
—Mmm.
Veo lo que quieres decir...
Los
ojos de Yunho bajaron al ver su mano que se deslizaba hasta el
muslo. En segundos, lo atrajo hacia sus pies contra su cuerpo.
—Sabes,
creo que tiene que ser más dulce —dijo, y deslizó la
cremallera de su pantalón. Cayó al el suelo, dejando a
Jaejoong escandalosamente encendido y vestido sólo con su ropa
interior y zapatos de gamuza negro. Sus ojos vagaron por su
cuerpo, y su lengua tocó su labio en concentración mientras
lo movía para posarlo en la mesa. Los dedos de Yunho ya
trabajaban en abrir los botones de su camisa y la tiró a
un lado un momento después y pasaron a sentarse de forma
más segura en el borde de la mesa.
Era
frío y suave por debajo de su trasero, más aún cuando
un segundo o dos más tarde Yunho prescindió de su ropa
interior. Se movió más cerca entre sus piernas, su boca sobre la
de Jae.
—Debes
decirle a la cocinera que añada un poco más de azúcar
—dijo, masajeando su erección a través de sus pantalones.
—Hmm…
—Yunho sumergió su dedo en el postre y lo limpió en
el labio inferior de Jaejoong. Éste deslizó la punta de su
lengua para saborearlo, y se encontró con su lengua haciendo lo
mismo. Sus brazos le agarraban cada lado de su cuerpo mientras
inclinaba la cabeza hacia atrás para dejarle hacer un buen trabajo
en su boca.
—Eso
tiene ya un sabor un poco más dulce —murmuró.
—¿No
es suficiente, aun verdad? —preguntó, consciente de que
no lo sería.
Sacudió
la cabeza, triste. —No del todo.
Jaejoong
asintió, luego sumergió sus propios dedos en la pannacotta y pintó
sus pezones endurecidos hasta que se parecían a los Alpes fuera de las
ventanas.
—Con esta ayuda, ¿qué te parece?
Yunho
levantó una ceja en aprobación. —Déjame ver.
Lamió
cada uno de sus pezones hasta dejarlos limpios, y la conexión entre
su lengua caliente y el postre frío en su piel hizo a
Jaejoong suspirar de placer. Su pene se hallaba tan duro como una
roca bajo su mano.
—¿Y
bien? —susurró, asediado por la lujuria desenfrenada en
sus ojos cuando se enderezó.
—Está
casi allí. —Llegó detrás de Jae, y en un rápido
movimiento tiró todo el contenido de la mesa en el piso. Todo
excepto su pannacotta.
Sus
cálidas manos abarcaron su cintura y lo desplazaron hacia
atrás sobre la mesa, y separó sus piernas. Jaejoong sabía
muy bien hacia dónde se dirigía, y su cuerpo tembló de
anticipación. Se mordió el labio mientras los dedos de Yunho se
sumergieron en el postre, y su cuerpo se tensó por la sorpresa
erótica mientras untaba la crema fría entre sus piernas.
Se
detuvo un momento para admirar su obra, una capa de remolinos de pico
grueso que cubría su modestia en la manera más lujuriosa posible.
—Pruébame.
—Se encontraba a medio camino de rogar, y la mitad de una
sonrisa arrogante apareció en los labios de Yunho.
—Dilo
de nuevo.
—Por
favor, Yunho. Pruébame.
Éste
dejó caer su cabeza, lentamente arrastró su lengua por toda la
longitud de su sexo. El estómago de Jaejoong giró mientras
observaba la transferencia de crema de su cuerpo a su lengua.
—¿Mejor?
Su
mano se extendió sobre su estómago. —Es jodidamente
delicioso.
Su
pulgar masajeó la crema dentro de su hueso púbico, a un
susurro de distancia de su miembro, y cuando por fin dejó caer su
cabeza y lo devoro, el cambio de juguetón a mortalmente serio
lo hizo casi venirse en el acto. Su lengua y labios se
hallaban sobre su miembro. Chupando, lamiendo, lamiendo hasta
dejarlo limpio.
Jaejoong
se dejó caer sobre la fría mesa y se llevó las manos
a sus mejillas sonrojadas, más cerca del orgasmo con cada
golpe de su lengua. Lo atrajo hacia el borde de la mesa y se
desabrochó los pantalones, y luego empujó su pene en su interior,
sin necesidad de preámbulos.
Estaba
caliente, húmedo y listo, y Yunho gloriosamente duro,
rápido y sucio. Se corrió casi tan pronto como golpeó
dentro de él, y Yunho se corrió segundos después, fue
demasiado intenso como para durar más que unos momentos, pero
eran fácilmente los momentos más sensuales de la vida de
Jaejoong.
*******
Yunho
arrojó un leño al fuego y se sentó al lado de
Jaejoong, con la espalda apoyada en el sofá. Su espalda con
curvas doradas y sensuales resplandeciendo de color ámbar
por las llamas, una pierna doblada por delante, apoyando su
codo y la otra extendida, por lo que pudo deslizar sus pies
en la alfombra de piel de oveja.
Se
puso sus bóxers de nuevo y medio abotonado la camisa de
Yunho sobre su cuerpo después de la cena, los gestos
típicos de su timidez a pesar de que había dejado que lo
follara hasta dejarlo sin sentido en la mesa de comedor.
—¿Estás
bien? —murmuró Yunho, jugueteando con su cabello ligeramente
alrededor de su dedo. Jae tomó un sorbo generoso de brandy y
asintió, con los ojos fijos en las llamas.
—Creo
que sí. —Sus rasgos eran un perfil de melancolía—.
Solo triste porque este sea el fin.
No
seguro de si se refería a su tiempo juntos o a su matrimonio.
O
ambas cosas. Suavemente puso sus manos debajo de su cabello
para darle masajes a la parte posterior de su cuello.
Jae
inclinó la cabeza hacia adelante un poco para sacar el
máximo provecho de sus acciones, y luego suspiró y rodó los
hombros.
—Sólo
deseo poder presionar el botón de pausa, le estoy temiendo al
mañana.
—Prefiero
el botón de rebobinado —dijo Yunho, complacido por la
sonrisa amable que curvó sus labios mientras miraba el reloj. Era un
poco después de las diez—.
De
todos modos, no hay que irnos hasta en unas horas, y no
estoy pensando en dormir.
Se
inclinó hacia atrás y se volvió hacia él. —Gracias
por traerme aquí, Yunho.
—Sus
ojos se encontraban redondos y serios, y besó sus mejillas
cremosas que parecían gemelas manzanas rosadas.
Todo en Jae
hablaba de bondad y salubridad, lo cual hacía que
desabrochar sus inhibiciones fuera aún más adictivo. Brillaba,
y él disfrutaba.
—Eres bienvenido en cualquier momento,
Señor Kim.
Sombras
opacaron el brillo de sus ojos, los dos sabían que no iban a volver
aquí después de esta noche. Sus mundos eran polos
opuestos, y esto sólo había sido cosa de una semana. Sin embargo,
todo eso podía esperar para otro día. Ahora quería
desaparecer esas sombras y rápido.
—Como
yo lo veo, podemos pasar la noche hablando o podemos
pasarla haciendo otra cosa. —Se inclinó hacia delante y
pasó un dedo en la piel expuesta por la profunda abertura
de su camisa de cuello en V—. Personalmente, creo que hablar
está sobrevalorado.
Sus
párpados se cerraron y sus labios carnosos se abrieron con
un suave suspiro. Su pene se movió en sus jeans. La involuntaria
mezcla de inocencia y sensualidad de Kim Jaejoong era una combinación
letal que lo ponía duro cada vez que lo miraba. Fue la razón
principal por la que le dio el trabajo, y la única por la que lo
trajo con él en este viaje a Noruega.
La
última carta de su padre le trajo aquí con tanta
seguridad como si hubiera tirado de una cadena invisible, pero con
Jaejoong aquí el viaje se convirtió de una obligación instintiva a
un paseo de mucho placer adulto.
Se
inclinó, y su boca se abrió como una flor cuando la cubrió con la
suya. Sabía a miel mezclada con brandy. El toque de su lengua sobre
la de él, tenía sus manos moviéndose en su cabello para
atraerlo más cerca, para abrir más su boca, para dejarlo beber
más profundamente.
Un
pequeño suspiro de placer escapó de su garganta mientras
Jae inclinaba la cabeza hacia atrás y lo dejaba guiarlo y
no pudo resistir la tentación de deslizar su mano dentro de
su, ahora, camisa para acariciar la suavidad de su pecho
mientras su lengua se deslizaba sobre él.
Cristo,
hacía que su pene doliera. El pezón instantáneamente cambió de
terciopelo suave a un pico rígido cuando rozó con el pulgar
lentamente sobre él, y estaba satisfecho por dejarlo sin aliento y
por el arco fraccional de su espalda. Su cuerpo se encontraba
lleno de deseo sensual, e iba a tomar su dulce tiempo
satisfaciéndolo esta noche.
Jaejoong
sintió su pezón crecer en la mano de Yunho mientras cada
fibra respondía a sus caricias. Su lengua sin prisas
exploró su boca mientras la otra mano se deslizo plana en la parte
posterior de su pelo. Era tan minucioso, y lo único en que podía
pensar era en el aquí y ahora. Tenue música sonaba de fondo,
tarde en la noche, relajados sonidos que evocaban imágenes
borrosas de clandestinos bares parisinos.
Uno
por uno, abrió los botones de la camisa, y Jae se estremeció con
las expectativas cuando él presionó sus hombros. Desnudo, aparte de
sus bóxers, deslizó sus brazos alrededor de él y cerró
los ojos. Cuando lo arrastró a horcajadas sobre su regazo sus
pezones se aplastaron contra su abdomen desnudo, encontrándolo firme
y caliente por el fuego. Sus manos recorrieron su espina dorsal y
se enroscaron en su cabello, echando la cabeza hacia atrás
para dejar al descubierto su garganta al camino de besos que
le dejaba.
Podía
sentir su erección presionando entre sus piernas, separadas
sólo por mezclilla y tela. Duro contra suave. Las manos de Yunho
recorrieron la espalda de Jaejoong de nuevo para moldear su trasero
mientras Jae llevaba a cabo su propia exploración de su
espalda, comprometido a memorizar los planos suaves y las
curvas tensas. No podía verlo, pero sabía que el lobo solitario y
depredador dormía bajo sus manos mientras acariciaba sus hombros.
Mantuvo
sus manos en su cuello, luego bajó su rostro hacia su cabello y
respiró profundamente. Jaejoong se arqueó, codicioso de su boca
sobre él, su lengua en sus pezones, la sombra de su barba
cosquilleando deliciosamente contra la parte inferior de su pecho.
El
cabello de Yunho se deslizó entre sus dedos, y cuando
volvió a reclamar su boca, su beso envió a sus sentidos
tambaleándose.
—¿Bésame
toda la noche? —Hundió sus dientes completamente en su
labio inferior.
—¿Dónde?
—Pellizcó su pezón—. ¿Aquí? —Pasó el dedo por el
vientre—. ¿O aquí? —Trazó una línea a través del
borde superior de su ropa
interior.
—¿O
quieres que te bese aquí, Príncipe? —Sus dedos quemaron
contra su sexo caliente, masajeando a través de la frágil tela.
Sí,
sí, y oh Dios, sí. Quería su boca por todas partes.
Levantó sus caderas y lo sorprendió deslizándose hacia abajo
para acostarse sobre su espalda debajo de Jae, acariciándolo entre
sus piernas. Era más insistente ahora, podía sentir su lengua
explorándolo a través del material.
Oh,
él era muy, muy bueno.
Movió
sus bóxers a un lado con sus dedos y Jaejoong tuvo que
contener el orgasmo que se cernía listo para que él lo
reclamara. Quería que durara, pero el lento e insistente movimiento
de su lengua por su sexo estaba más allá de lo electrizante.
Caliente... húmedo... y cuando cumplió su deseo y besó su
agujero, su ternura abrumo sus esfuerzos para mantenerlo por
más tiempo.
Yunho
le dio un beso a través de los felices y largos
temblores, y luego se deslizó de debajo de Jae y lo
arrastró hasta sentarlo entre sus piernas. Sus rodillas
dobladas fueron el soporte de las de Jae mientras éste se
apoyaba contra su pecho.
—¿Más
relajado ahora? —Podía sentir su sonrisa contra su oído
mientras cruzaba sus brazos sobre su cuerpo y acariciaba su espalda
en un abrazo de amantes relajados y cómodos.
—Sólo
un poco. —Se rió con voz temblorosa, con el corazón
aún palpitante. El sexo con Yunho era un cruce entre una
película excesivamente romántica y una porno muy sucia, era
gentil como una pluma y eróticamente indecente, todo al mismo
tiempo.
Jaejoong
nunca había conocido a un hombre tan generoso. Parecía que
se calentaba, calentándolo a él, y justo en ese momento podía
sentir su intensa erección presionando contra la base de su
espalda. Extendió una mano detrás y cubrió su entrepierna
aun con ropa. —Tú no pareces tan relajado.
—Es
lo que me provocas.
—Levantó
el cabello sobre un hombro y lo besó en la base de su cuello.
Después de la semana que habían pasado juntos, Jaejoong sabía
que no eran solo palabras vacías. Deslizó sus bóxers y se
deslizó hacia él, con la mano hacia atrás en su
entrepierna, su boca sobre la de él.
Yunho
gimió bajo y le acarició la cara con las manos mientras
Jae desabrochaba sus botones. Se encontraba desnudo bajo sus jeans,
como sabía que estaría, y su pene saltó de sus confines,
grueso, rígido y rogando por su atención.
Jaejoong
empujó sus jeans lejos y lo rodeó con su mano entre sus
cuerpos. Se hallaba tan listo, podía sentir el pesado subir
y bajar de su pecho.
—Jesús,
Jaejoong...
Jae
besó sus párpados cerrados y la piel sensible debajo de su oído
mientras palmeaba su longitud. Estaba dorada y esculpida en
la luz del fuego. Más allá de lo hermosa.
—¿Condón?
—jadeó, aumentando su velocidad un poco y consiguiendo un
retazo de la mirada de placer casi agónica en su rostro—.
En
mis jeans—murmuró pesadamente, y Jae buscó en el bolsillo. Yunho
lo abrió y se lo colocó a sí mismo, y luego lo tiró a su regazo.
—Siéntate
en mí.
Jaejoong
se rió suavemente en su boca. —Di eso de nuevo.
Lo
besó con fuerza sus labios, rozando la cabeza de su pene
en su agujero.
—Siéntate en mí.
Jaejoong
se levantó y empaló a sí mismo en cada centímetro de
su glorioso pene. Suspiró con placer, sosteniéndolo tan
profundo en su cuerpo como le era posible. Completamente
conectados, totalmente perdidos.
—Mierda...
mierda... —Yunho repitió eso como un mantra, su rostro era de
concentración erótica mientras Jae dictaba el ritmo lento
del sexo. Besó su cuello cuando Yunho echó la cabeza hacia
atrás y Yunho lamió sus pezones cuando Jae ahuecó su columna
vertebral.
Sus
manos se extendían por su cintura, y podía sentirlo cómo
se aferraba a su control mientras se meneaba sobre él. Lujuria
oscureció sus ojos castaños mientras tensaba la mandíbula, sin embargo, se
encontraba duro como el hierro y sin prisas en su búsqueda de hacer
que el momento durara para los dos. Era exquisito, y
profundamente erótico, y Jaejoong sabía que sería un
recuerdo que se quedaría con él para siempre.
Puso
su mano en su mandíbula, mientras aumentaba el ritmo, sabiendo
muy bien que no iba a ser capaz de aguantar más. Sus dedos golpeaban
su espalda para curvarse sobre los hombros, sujetándole la cadera
cuando llegó a su clímax con un estremecimiento que sacudió todo
su cuerpo.
Jaejoong
miró la cara de Yunho mientras se corría. Vio que sus
dientes se apretaron y cuando abrió los ojos de color
castaño avellanado, vio la vulnerabilidad pura allí, que se
hallaba fuera de lugar con el dios del sexo seguro de sí mismo que
por lo general el mundo veía.
Puso
su mano en su mejilla y él se giró y le dio un tierno beso contra
su palma. Entonces, instintivamente, le echó los brazos al
cuello y lo apretó contra su pecho.
De
todas las emociones que Jung Yunho despertó en Jae en los
últimos días, lo único que no esperaba sentir era protección.
Yunho
soltó un profundo suspiro mientras su orgasmo disminuía.
De
alguna manera, Jaejoong giró las cartas. Nunca había sentido nada
igual como el orgasmo que Jae le dio, ni durante los años que
él compartió con demasiados hermosos amantes que habían
cumplido.
Como
un botón de rosa, Jae emergió aún más brillante y más
fascinante de lo que imaginó. Usó su cuerpo para darle
placer y en sus brazos encontró mucho más que la liberación
física.
El
mundo parecía un lugar bastante sombrío de pie en la tumba fría
esa tarde, pero ahora mismo, anclado en el cuerpo desnudo de Jaejoong
con el calor del fuego en su piel, parecía muy cercano a la
perfección.
Algún
tiempo justo después de la una, y entre despierto y
dormido en alguna parte, Jaejoong se movió debajo de Yunho
otra vez. Miembros enredados. Dedos entrelazados. Mejillas
humedecidas. Corazones lastimados.
owch están tan bien juntos que la despedida de su luna de miel esta siendo muy dura
ResponderBorrartotal que no se separen y permanezcan juntos por siempre que Minho es el que sale sobrando en esta historia de amor
pues ellos se aman tanto que ni Yunho ni Jae podrán estar sin el otro y menos pasar la noche si no están enredados entre ellos dos como ya se les a echo costumbre en tampoco tiempo
Gracias por compartir
Jaejoong esta ya en el corazon de yunho. Sera dificil para yunho admitrlo pero en algun momento hara.
ResponderBorrarGracias por los caps
CSM!!! Ya se aman...... Lo ultimo... Me mato. Se aman se aman ... Gracias!
ResponderBorrarFue amor a primera vista, aunque no se hayan dado cuentas, hasta ahora cuando Jae dio protección a Yunho y esto el lo sintió, algo que nunca habían hecho por él, y una satisfacción que nunca nadie le dio. Es la pareja mas perfecta que hay...
ResponderBorrarGracias
uu que desir si es tan cera de volver a a la realidad de jae y su matrimonio y como cambiaron las cosas era yunho el que protejian a jae a hora jae lo protejia a yunho gracias gaby por el capitulo
ResponderBorrarya falta poco para que Jae vuelva a su realidad, no quierooooooooooooo, Yunho no lo dejes ir con alguien que no se lo merece.
ResponderBorrarmuchas gracias por el cap, cada vez esta mas interesante
besos
No, no! No quiero que se separen! Son tan.....se complementan juntos, de verdad que si Yunho lo deja ir.....ruego para que no!
ResponderBorrarGracias. Gran capítulo!
yo quiero que de una put... vez Jae se enfrente con la realidad y se divorcie. más de los mismo no quiero más. ya sé que son una bomba sexual los dos juntos,han follado hasta el hartazgo y quedó bien claro que se super complementan en ese aspecto. ahora quiero que la historia avance. que llegue mañana ya y Jae se enfrente a su marido y lo deje. gracias por el capítulo
ResponderBorrarNo quiero ni imaginar como sera la relacion entre ellos una vez que vuelvan al trabajo y Jae se enfrente a Minho...
ResponderBorrarGracias x el capitulo!! ^.^
Esto significa algo mas enserio es algo que se darán cuenta con esta separación van admitirlo que no solo era placer sino algo mas kyyaa se van extrañar dios esta emocionante ....gracias
ResponderBorrarAww son tan perfectos juntos, pero ya llegara la mañana, de vuelta a la realidad u.u
ResponderBorrarMe encanto que jaejoong le diera un giro a las cartas, de verdad lo dejara ir asi nada mas, asi de facil despues de esos dias juntos??