Capítulo
22 +18
De
vuelta en la sala, Jaejoong se alegró de ver el crepitar
del fuego recientemente hecho en la chimenea. El aire de afuera traía
consigo una ventisca helada mientras se quitaba sus
zapatos y se paraba junto al fuego para calentarse el
trasero.
Yunho
se sacó su chaqueta y paró frente a él con el fin de
desenroscarle la bufanda, y luego bajar el cierre de su abrigo para finalmente sacárselo fácilmente por los brazos.
A pesar de la perdida de una capa de ropa, Jaejoong se
sentía más caliente que frío, una combinación del efecto
del fuego y del deseo que siempre tenía cuando miraba a ese hombre.
—Todo
el personal se ha ido a casa. —Yunho acarició con la
punta del dedo su clavícula.
El
significado tras sus palabras era claro. Estamos solos aquí,
podemos hacer lo que sea que queramos. El fuego que
calentaba sus espaldas no era nada comparado al fuego encendido en
su vientre por sus palabras. Los ojos de Yunho se deslizaron
sobre su hombro, y sin girarse, Jae sabía qué era lo que
estaba mirando. La bellota. Sus ojos regresaron a los suyos, un
brillo de diversión en ellos mientras pasaba su mano detrás de él
y le acariciaba el trasero.
—Ahora
desnúdate y agáchate.
Los
ojos de Jaejoong se agrandaron en alarma, pero Yunho sacudió la
cabeza.
—Estoy
bromeando, Jaejoong. —Su mano seguía aferrada a la parte
trasera de sus jeans—. ¿Aún no has aprendido a confiar en mí?
—Su otra mano se desplazó para jugar con el botón superior de su
camisa—.
Para
el momento en que vayamos a usar esa bellota, rogarás por ello.
La
mirada de Jaejoong se detuvo en su boca. No dudaba de él
ni por un segundo. Sus labios se abrieron un poco, y Jae
se inclinó más cerca. Nariz contra nariz, respiración con
respiración, hasta que vio que sus ojos se iban a la deriva un
segundo antes de que su boca tocara la suya.
El
deseo lo recorrió mientras Yunho se tomaba su propio
tiempo con el dulce beso, sus manos acariciando su cuerpo mientras
su lengua danzaba un lento tango con la suya. Jaejoong sintió que
sus pezones se ponían duros mientras las palmas de él le rozaban la
punta, así que buscó los botones para quitar las barreras de ropa.
Quería tener sus manos sobre su cuerpo.
—¿Demasiado
calor, Señor Kim?
Yunho
lo ayudó a quitarse la camisa y también se deshizo de la suya,
luego se detuvo para pasar un dedo por la pretina de sus pantalones
—¿Debo quitar esto también? —Jaejoong tuvo la clara
impresión de que la pregunta no requería respuesta, pero
decidió seguirle el juego.
—Todavía
tengo bastante calor —dijo, batiendo las pestañas.
Yunho
lo desabrochó con confianza.
—¿Mejor?
—Deslizó los pantalones por sus piernas, dejándolo casi
desnudo—.
He decidido que puedes quedarte con el rubor —dijo
Yunho—. Eres más como un melocotón maduro que nunca.
Carne cremosa… —Sus dedos recorrieron su garganta y llegaron a
los pezones—. Y rosa justo aquí. —Hizo círculos con su pulgar
alrededor de él—. Y aquí. —Su mano restante se encargó
del otro pezón, jugando con ellos delicadamente.
Jaejoong
lo miró, enloqueciendo ante el placer carnal en sus ojos
mientras miraba su cuerpo. Y entonces los ojos de Jae se
posaron en las cuerdas de su cuello, sobre la hermosa
definición de sus hombros, los contornos de granito de sus
musculosos abdominales, y fue su turno de ser seducido.
Yunho
era alguien por quien babear a la vista, sexy, y los dedos de Jae
habían encontrado el botón superior de sus jeans por
propia voluntad.
Jae
levantó los ojos hacia su rostro y lo vio apreciando la situación,
entonces él tomó sus jeans y lo miró en acción. Jaejoong
liberó el segundo botón de su ojal, y Yunho hizo lo mismo con el
más mínimo movimiento de cejas. Cuando Jae abrió el tercero
supo qué esperar, y segundos después ambos se ayudaron a
quitarle los jeans al otro.
Yunho
terminó primero y se quitó la ropa interior al mismo
tiempo, e incluso a pesar de que ya lo había visto,
Jaejoong tragó duro ante la vista de su pene. Él estaba
duro y listo, tal como Jae esperaba. ¿Cuándo no?
Sólo
se dejó puestos sus bóxers negros, tanto por la emoción de
que fuera Yunho quien los retirase, así como por modestia.
—¿Necesitas
algo de ayuda con eso? —Los dedos de Yunho se deslizaron
bajo la tela.
Jaejoong
asintió y se mordió el labio. —Creo que podría necesitarla.
Yunho
pasó sus dedos sobre el material, suavemente sobre su
trasero, explorando entre sus piernas. Jaejoong cerró los
ojos y deseó que se los quitara, sin embargo él no
parecía tener prisa. Sus ojos se abrieron con sorpresa
cuando colocó un brazo tras su rodilla y el otro detrás
de su espalda, levantándolo en brazos. Era algo tan
primitivo, y tan sexy encontrarse presionado contra su pecho,
que enrolló los brazos alrededor de su cuello y se aferró con
fuerza.
Yunho
lo sostuvo como si pesara menos que el aire y por un
segundo, sintió que era como una damisela en apuros siendo
rescatada de las fauces del dragón. Excepto que en ninguna
película de peligros había visto al héroe con la cabeza desnuda
de su erección presionándose en el trasero de la damisela.
Su
boca era una tentación, justo allí y estaba lista cuando
Jae alzó la cabeza. Apretó los brazos alrededor de su cuello y se
empujó para que él lo besara, un suave y lento roce de su boca que
lo dejó queriendo más, un lánguido toque de su lengua que lo dejó
mareado. Sus dedos se deslizaron en su cabello y así mantuvo
su boca contra la de Jae, mientras éste se movía en sus
brazos para sentir el roce de su pene un poco más.
Era
un preludio, y él ya lo tenía arqueado para el evento principal.
Yunho
se arrodilló suavemente y lo acostó sobre la enorme
alfombra frente a la chimenea. Jae movió su espalda contra la suave
sensación. Yunho se giró bruscamente hacia la mesa de café
y abrió el cajón inferior para sacar algo. Cuando se
volvió, Jaejoong vio que se trataba de una pequeña botella.
—Date
la vuelta.
Jae
se sentó, y entonces se detuvo mientras sentía su pene
justo ahí, irresistible. Bajó la cabeza y lo lamió, luego deslizó
su boca sobre éste y tomó su miembro dentro de la misma.
Yunho gimió en agradecimiento, sacudió sus caderas y le
acarició el pelo. Jae sintió que se ponía más duro,
entonces él enroscó el cabello en sus dedos y le apartó la cabeza.
—No
todavía, príncipe. —Se inclinó y lo besó para alejar
la decepción, soltándole el pelo—. Recuéstate y date la vuelta.
Jaejoong
se dejó caer sobre la alfombra y se volcó sobre su frente, sus
manos haciendo de almohada bajo su barbilla y el calor de
anticipación en sus piernas. Yunho dio un rápido beso contra la
parte baja de su espalda, y luego se movió a horcajadas sobre
sus muslos. Mientras se sentaba, la punta de su erección
empujó contra su trasero cubierto, un recuerdo de lo
que estaba por venir.
Las
gotas de un aceite para masajes cayeron de a una, dos, tres por su
espalda, y luego el mismo goteo cayó sobre sus hombros. El
exuberante aroma a naranja tiñó el aire mientras Yunho dejaba la
pequeña botella en el piso cercano a su rostro, entonces los ojos de
Jaejoong deambularon hasta la etiqueta negra. Aceite para
Masaje Sensual Neroli. El ahora conocido logo plateado de
Jung Corp. estaba discretamente impreso sobre la parte
inferior, una pequeña y brillante estrella sobre la “u” del
nombre.
En
su nombre. Jung Yunho, el nombre detrás del logo, y en ese
momento el hombre detrás de Jaejoong. Sus manos bajaron por su
espalda, haciendo movimientos largos, asegurándose de trabajar el
aceite contra su piel. Sobre sus hombros, era ligero como una
pluma, y sus dedos iban a ritmo sobre su columna, entonces bajó
de nuevo uno a uno hasta la parte superior de su ropa interior.
Siguió
bajando por lo que éstos cruzaban por encima de sus muslos, y
Jaejoong instintivamente movió su trasero desnudo. El hecho de
tener su carne expuesta se sentía mucho más indecente que
la simple razón de estar desnudo. Las cálidas y resbaladizas palmas
de Yunho se deslizaron sobre sus nalgas y las apretaron, sus pulgares
pecaminosos se deslizaron dentro de la costura con cada nueva
contracción de sus dedos.
Cada
vez que pasaba sobre la apretada y pequeña entrada, se
detenía para tomar aliento, y Jaejoong contener el suyo.
Cada vez que él se movía, Jae soltaba una bocanada,
mayormente de placer, pero en parte de pesar. El conocimiento
asentado sobre ellos acerca de que él tenía intención de usar el
dilator anal en algún punto antes que la noche terminara, lo
había puesto al borde, esperando, mitad ansioso, mitad excitado.
En
la siguiente pasada, él aplicó una pequeña cantidad de presión
con su pulgar, y Jae se tensó, gimiendo un poco. En respuesta,
Yunho inclinó la cabeza y le acarició el cuello, su
respiración siendo un cálido cosquilleo contra su oreja.
—Relájate,
Jaejoong. —Su pecho le cubrió la espalda, y las manos
seguían en su trasero. El fuego lo mantenía caliente por
todos lados, y el cuerpo de Yunho estaba resbaladizo sobre el
suyo gracias al aceite neroli—.
Todavía
no es el momento. —Su pulgar trazó círculos lentos y
secretos mientras sus dientes rozaban su oreja—. Pero esto te
gusta, ¿no es así?
Jaejoong
cerró los ojos, respiró profundamente a través de la
nariz y asintió. Lo hacía. De verdad, de verdad le gustaba.
—Bien.
—Escuchó antes que ver su sonrisa. Él movió un poco
su mano, remplazando su pulgar con el dedo medio. Jaejoong se
movió contra su mano. El peso del pulgar se sentía sexy—. Te
has puesto tenso otra vez. —Le besó la nuca—. Recuerda el club,
Jaejoong. ¿En el cine?
Jaejoong
lo recordaba en un glorioso tecnicolor, y sí, recordaba
cómo los dedos dentro de su trasero habían hecho que se viniera.
Pero esto era diferente. Eso había sido rápido y sucio. Esto
era lento y sensual, y la anticipación de la bellota de plata
lo tenía jadeando mientras Yunho metía un dedo en él, un preámbulo
gentil. Sus labios viajaron por sus hombros mientras volvía a sacar
su dedo, y luego lo metía un poco más adentro por segunda vez.
Lo
tenía, y él lo sabía. Jae lo sintió reírse suavemente
contra su cuello cuando alzó su trasero, un instintivo
intento por hacerse más accesible a sus caricias. Él le dio lo
que anhelaba, empujando más adentro y torciendo un poco el dedo.
—No
tienes idea de cuánto me gustaría follarte aquí —susurró él,
la boca caliente contra su cuello. Si se hubiese puesto
condón y hecho exactamente eso, Jaejoong no lo habría detenido.
Tenía dedos mágicos, y se encontraba bajo su hechizo completamente.
Pero
no lo hizo. En su lugar, retiró el dedo y se sentó.
—Gírate.
Le
bajó los bóxers por las piernas y los arrojó a un lado,
luego se sentó a horcajadas sobre sus muslos otra vez.
Jaejoong
aspiró aire caliente mientras alzaba la mirada hacia el grande y
bronceado hombre, con cabellos castaños. Sus muslos
presionaban los suyos, y su erección descansaba contra su
cadera. Los ojos de él se movieron sobre Jae y se detuvieron en
sus pezones.
—Eres
muy hermoso.
Los
elogios eran pocos en su día a día, y Jaejoong usualmente
encontraba difícil aceptarlos, pero en ese momento no había dudado
de la sinceridad de Yunho. De todos modos, sus ojos se lo
habían dicho sin necesidad de palabras.
Él
volcó un poco más de aceite neroli en sus manos, las frotó, y las
colocó sobre los hombros de Jae, masajeándolos suavemente. Su
erección presionaba contra su estómago mientras se inclinaba
hacia adelante, y Jaejoong suspiró con placer. Estaba más
allá de lo sensual, estando desnudo y caliente aquí con sus
manos aceitándole el cuerpo.
Se
tomó su tiempo, bajando las manos por la longitud de sus brazos,
pasando el aceite por todos lados hasta la punta de sus dedos. Éstos
se cerraron en torno a los suyos, y él los apretó suavemente
antes de moverse para aferrar su caja torácica.
Jaejoong
cerró los ojos y dejó que las emociones lo inundaran.
Paz.
Deseo. Gratitud. Pasión. Alegría.
Y
entonces las manos de Yunho bajaron a masajear el vértice
superior de sus piernas, y la única emoción para la que había
espacio allí era el deseo.
Yunho
ahuecó su miembro y trabajó con un dedos aceitosos sus testículos
y su escroto.
Jesús,
Jae se sentía bien. Caliente, y ya húmedo para él.
Jaejoong parecía no tener idea de cuán sexy era, especialmente en
momentos como este donde se rendía a las inhibiciones y se
dejaba llevar.
Su
cuerpo brillaba en la luz dorada del fuego y florecía mientras Yunho
pasaba un dedo a lo largo de su sexo. Su respiración pasó
de acelerada a superficial, al igual que la de Yunho cuando Jae
hundió los dientes en su mano para evitar gritar. Yunho se
inclinó y chupó sus dulces pezones rosados otra vez, una
mano aún entre sus piernas, y la suavidad de su espalda en la otra.
Mirarlo
rendirse ante los deseos de su cuerpo era simplemente la cosa más
sexy que había visto, mucho mejor que porno hecho con ese
propósito. Jae era todo curvas y suavidad, cada vez que
tocaba su agujero sus muslos se presionaban contra él mientras
intentaba abrir las piernas.
Fácilmente
podría dejarlo correrse ahora mismo, pero no lo hizo. Sus ojos se
deslizaron de Jaejoong a la bellota plateada en la repisa
de la chimenea. La próxima vez que Jaejoong tuviera un
orgasmo, eso estaría presionado en su trasero.
waaaaaaaaaa so hot, tan solo imaginarme ese masaje a la luz de la chimenea kyaaaaaaaa >///<, me encanto, muchas gracias por el cap
ResponderBorrarbesos
Esa escena junto al calor de la chimenea pura sensualidad y amor. Presiento que el que no querrá que se marche será Yunho, pero Jae tendrá que arreglar primero su situación con Minho.
ResponderBorrarGracias!
Minho ya paso a mejorvida en la mente y kokoro de jj...mejor que siga disfrutando de dios del sexo duro yunho..y su yunhotron..aunq me da penita q solo dure una semana..espero q no quede solo en eso..
ResponderBorrarque frío ni que nada con solo el toque de Yunho sobre Jae derriten montañas y le Polo Ártico ellos solos
ResponderBorrarsi que se ra difícil para ellos no estar juntos cuando llegue el momento de ir cada uno por su lado no creo que después de que termine esta semana Jae pueda regresar a su hogar y Yunho a su vida sin que se extrañen horrores pues todo se pone mas intenso para ellos dos
Gracias
Jae despues de sentir tamto frio ahora con yunho haciendole lo q le hace se siente arder en extremo *q* magico y sensual jung yunho *w*
ResponderBorrarGracias por el cap amiga ^^
hot hot el capitulo y que en lo mejooo¡¡¡ yunho todo un dios del sexo tiene a jae loquito gracias gaby besos
ResponderBorrarme gustó la parte donde Jae siente ,paz, alegría, emoción ,etc con las caricias aceitosas de Yunho. ojalá le duren mucho más que una semana.
ResponderBorrarmuchas gracias Gaby
kkkkkk q momento tan hott jae debe sentirse en el paraiso con las caricias q le da su dios del sexo...me encantoo gracias unnie saludosy abrazoss!
ResponderBorrarCon esos masajes quien va a tener frío y mas aun junto a la chimenea están romantic ... JJ ya no puedes mas y Yunho que decir los dos ya cayeron ...y solo es el primer dia como sera los demás omg ....Minho bueno que descanses en paz ya te enterraron ....
ResponderBorrarGracias
Que puedo decir? Es magnifico....es muy grafica la descripcion.....de verdad me meto tanto en ello...que me olvido de lo que pasa a mi alrededor..... :3 ...
ResponderBorrarHummm.....yo quiero a Yunho para mi! Por que aun no existe la clonacion!? Yo tendria unos cuantos de Yunho.......*mi mente esta volando¬¬*
Gracias, solo uno......
OOOk, shitt!!! Esto se torna sexy, candente y cachondo. Sooooooo hot!
ResponderBorrarMasajito previo...eso fue sexy.... Este fic mata mis neuronas no me deja pensar coherentemente u.u
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