Capítulo
15 +18
Jaejoong
siguió a Yunho al interior de la casa y se encontró en un enorme
salón hundido, el cual, desde el ángulo de la ventana, parecía
ser cortado por la pared. Lujosos y cálidos tonos madera
complementaban los descomunales sofás de visón de
terciopelo.
Elegante
y discreto con enormes alfombras y muebles lujosos, gritaba sexy
urbanidad, con su artístico ambiente iluminado desde el suelo al
techo de cristal. Todo muy de acuerdo con el hombre de pie a su lado.
―Siéntete
como en tu casa. Regresaré en unos segundos.
Él
le acarició con una mano a través de su columna mientras
hablaba, haciéndolo estremecer con anticipación. Jae había
elegido su traje del día con cuidado, sabiendo que
se
iba con él con la intención de quedarse.
El
traje azul de Yoochun se le entallaba perfectamente alrededor
del cuerpo.
Se
sentía coqueto, una decisión deliberada para señalarle su
intención a Yunho, y un recordatorio para si mismo ―si necesitaba
uno― de que no había vuelta atrás.
Lo
dejó momentáneamente para arreglárselas solo y miró toda
la habitación por pistas del Yunho real. No había nada.
Sin fotografías, sin adornos, ni una pequeña señal
reveladora. Podría haber sido la casa de alguien más,
aparte del hecho de que de algún modo cantaba en voz alta
su nombre desde sus ladrillos y argamasa.
Volvió
a la habitación, habiéndose cambiado de la ropa oscura de
trabajo a jeans gastados y nada más. Jaejoong cerró los ojos y
contuvo la respiración. Realmente era hermoso, todo hombros
anchos y excelentes músculos firmes y duros. Estaba descalzo,
y Jaejoong sabía, sin necesidad de comprobarlo, que no habría
ropa interior debajo de aquellos jeans.
Yunho
colocó tres artículos sobre la mesa de café con
deliberado cuidado, levantando la mirada hacia Jae cada vez
que dejaba uno para medir su reacción. Tan pronto como el
primer artículo apareció, el pulso de Jaejoong rebotó,
debido a que sabía exactamente qué iba a pasar después.
―Una
venda de seda negra.
―Un
consolador de vidrio, más arte con brillo que juguete sexual.
Y
el último de todos, ―un tapón anal pesado, plateado, en
forma de bellota sobre un soporte de vaivén.
―Su
catálogo, creo, Señor Kim.
Jaejoong
miró los artículos. ¿Realmente había elegido un tapón
anal?
Kris
parecía haberlo amado, y Jaejoong había estado muy
nervioso pensando en Yunho como para considerar por completo
la realidad de él trabajándolo en su propio trasero.
Yunho
cruzó la habitación para pararse a su lado, y segundos
después Jaejoong sintió sus dedos bajar la cremallera en
un movimiento fluido.
―Tienes
que relajarte, Jaejoong.
Le
quitó la chaqueta y la camisa y deslizó sus pantalones hasta el suelo,
dejándolo solo en su ropa interior.
¿Cómo era posible relajarse en este estado? Él había
empujado deliberadamente sus botones durante toda la tarde,
sin duda sabiendo que sería masilla en sus manos para el
momento en que lo trajera aquí. Lo giró en sus brazos y
Jae encontró su estómago contra su cálido y duro cuerpo.
Sus
manos se deslizaron por su cabello mientras él le
levantaba el rostro hacia el suyo, arremetiendo contra su boca para
tomar su beso. Sus labios fueron desde cariñosos a insistentes,
hasta un completo asalto sensual en segundos, dejándolo
tambaleante cuando él elevó la cabeza.
Sus
ojos ardían en los suyos y sus manos se acercaron furtivamente para
posarlas sobre su pecho. Le pellizcó los pezones con duros
movimientos.
―¿Ves?
¿No es eso mejor?
Sinceramente,
Jaejoong no estaba seguro de sí se sentía más relajado, pero no
quería que se detuviera, así que juntó los brazos y
extendió la mano para masajear la entrepierna de Yunho. Jae bajó la
mirada a su pecho sus pezones rosas expuestos y erectos,
rogando por su atención.
Yunho
cerró los ojos un momento cuando sus manos rodearon su
erección, luego los abrió de golpe y los fijó en los de Jae. Él
meció su miembro cubierto por los jeans hacia adelante, hacia sus
manos.
―Voy
a follarte hasta que no puedas ponerte de pie ―dijo en
voz baja.
La
excitación se acumuló entre las piernas de Jaejoong cuando
abrió el botón superior de sus pantalones. Yunho negó con
la cabeza y caminó hacia atrás.
―Pero
todavía no.
Él
recogió la venda de la mesa.
―Supongo
que esto fue la primera cosa que elegiste.
Jaejoong
asintió y tragó fuerte.
―Debido
a que pensaste que era la opción más segura. ―Era una
afirmación más que una pregunta.
Jae
levantó un hombro, incapaz de discutir, debido a que tenía
razón. Se había sentido como la opción más sosa
comparada con los demás artículos que había visto esa tarde.
―No
pensaste esto meticulosamente, príncipe, en absoluto ―murmuró
cuando se puso frente a Jae otra vez―.
Las vendas son
todo sobre control. O pérdida de él. ―Colocó la seda
negra sobre sus ojos y la ató suavemente detrás de su
cabeza.
Jaejoong
cerró los ojos detrás de la tela, desorientado por la
oscuridad. Podía oír a Yunho moviéndose, pero no podía establecer
la posición en la que estaba sin su visión para ayudarlo.
―Yunho,
por favor. No creo que esté preparado aún… ―murmuró, la
ansiedad pinchando por su cuerpo. Quería quitársela. Y luego no
quería, porque su boca caliente se cerró alrededor de un pezón y
chupó, y sus dedos se movieron a la otra punta endurecida.
La
sorpresa por no notar que había estado tan cerca lo hizo gritar, y
un rayo de lujuria atravesó de repente su interior.
Jae
intentó alcanzarlo, pero él atrapó sus brazos y los puso
hacia atrás, a sus lados. ―Cuando estés vendado, no me toques a
menos que lo diga.
¿Qué?
Minho nunca había sido un amante dominante, y la autoridad
de Yunho lo entusiasmaba más allá de lo que le gustaba admitir.
―Así
es como tiene que ser cuando estás vendado, Jaejoong ―susurró
detrás de él ahora y presionó su mano inesperadamente en
la parte delantera de sus bóxers.
―¡Mierda,
Yunho! ―jadeó Jaejoong, más allá de encendido por su juego
erótico.
―Eso
no es muy educado, ¿lo es, Señor Kim? ―Sus dedos
ahondaron más profundo hasta que su mano cubrió su miembro―.
La
segunda regla de estar vendado ―susurró mientras lo
masajeaba sensualmente― es que debes ser educado todo el tiempo.
Jaejoong
asintió. ―Sí, Señor Jung ―Cristo, sus dedos se sentían
asombrosos. No podía evitar más que mecerse contra él, y
chilló con asombro cuando su otra mano azotó su trasero en
verdad totalmente fuerte.
―¿Te
di permiso para gozarlo?
Jaejoong
no podía recuperar el aliento. Cuando lo había azotado había apretado
y masajeado tan a gusto que todo lo que podía pensar era "hazlo otra
vez, hazlo otra vez, hazlo otra vez."
―No,
Señor Jung.
―Eso
está mejor. ―Su mano acarició su trasero para disipar
el escozor, luego sacó con cuidado la otra mano de sus
bóxers―. Voy a quitarte la venda por ahora.
Cuando
te la ponga de nuevo más tarde, quiero que recuerdes las
reglas. ¿Puedes hacer eso, Jaejoong?
Jaejoong
asintió.
Su
palma le abofeteó el culo de nuevo. ―En voz alta, si te complace,
Señor Kim.
Jaejoong
deliberó por un segundo cuando lo masajeó otra vez. ¿Lo
complacía? Si él no lo decía en voz alta, se estaba haciendo
evidente que habría consecuencias. Parecía que la duda era
otro pecado prohibido, debido a que Yunho se quejó bajo su aliento
con clara impaciencia. Jaejoong se tensó.
―Tienes
mucho que aprender, príncipe. ―Su voz era seda contra su oído
cuando su palma golpeó la mejilla de su culo por tercera vez.
Chispas de dolor y placer ardieron entre las piernas de
Jaejoong. Se sentía mal querer que lo hiciera de nuevo, pero cada
nervio en su cuerpo gritaba por más.
Casi
se quejó en voz alta con frustración cuando sus dedos se
deslizaron para deshacer el nudo de la venda. Jaejoong
parpadeó cuando sus ojos se reajustaron a la luz, y su cuerpo lloró
la pérdida de su toque.
Cuando
dio media vuelta, vio a Yunho parado con los brazos
cruzados sobre su pecho desnudo y el brillo de triunfo en sus ojos.
―Al
parecer, las vendas no son tan inocentes como pensabas,
Jaejoong.
―No
creo que haya alguna opción inocente en ese video, Yunho.
―Tal
vez no.
―Yunho
extendió el brazo y lo presionó contra él, terriblemente cálido,
piel con piel, su evidente erección dura contra su estómago.
Bajó
la vista hacia Jae. ―¿Sientes lo que me haces?
Yunho pasó un dedo desde un pezón al otro con lentitud. Luego
agachó la cabeza para reclamar su boca, sus labios cálidos y suaves
en los suyos. Lento. Sensual.
Sus
brazos se movieron para sostenerlo contra él, sus pezones
chocaron contra la pared de su pecho. Jaejoong se aferró a él,
perdido por la ternura de su beso.
―Príncipe
―susurró contra sus labios, sus manos entre sus cuerpos
acariciaron sus pezones.
―Yunho…
―Suspiró, arrastrado por lo bien que sus manos lo hacían sentir.
Él se agachó y lo alzó, y Jae envolvió las piernas
alrededor de su cintura cuando sus manos acunaron su trasero.
Jae se deleitó en la sensación de su firmeza alrededor de
su suavidad.
Ambos
gimieron en respuesta a la forma en que acunó su erección, y él
lo movió poco a poco para acomodarse por completo entre sus
piernas. Su boca nunca dejó la suya cuando cruzó la habitación
para recostarlo sobre los mullidos cojines del sofá. Le cubrió
el cuerpo con el suyo y Jaejoong suspiró con satisfacción
ante su peso encima de él.
Desde
el momento en que había conocido a Yunho había irradiado
peligro y lujuria, pero justo en ese momento, protegido debajo de la
calidez de su pecho, él le dio la última cosa que
esperaba, y resultó ser lo que necesitaba más que nada. Le
dio su contención de seguridad. Se sintió protegido en sus
brazos.
Jae
no había anticipado cuán increíblemente dulce podría ser
su beso, o cuán cariñosas podían ser sus manos mientras
deslizaba sus bóxers hacia abajo por sus piernas. Sin hablar de
vendas, sin mirar hacia los juguetes alineados en la mesita.
Jaejoong
sintió que eso estaba probablemente fuera del plan de
Yunho, y lo apreció más aún por entender lo que él
necesitaba. La respiración se sacudió en su garganta cuando
sus dedos se movieron para desabotonar sus pantalones. A pesar de todo
lo que había sucedido entre ellos, todavía no lo había visto
desnudo.
La
barrera final. Él buscó en su bolsillo un condón, y
luego pateó afuera sus jeans.
Por
unos momentos, Yunho simplemente encajó su cuerpo sobre la
longitud del suyo y lo sostuvo, dándole tiempo para aceptar el peso
de su erección contra su abdomen. Jaejoong se fundió. Lo quería.
Cristo, lo quería.
No
había duda, no había segundas intenciones. Yunho las había
dejado lejos. Rasgó el paquete de aluminio del condón con
los dientes y se recubrió a sí mismo, se acomodó entre
sus piernas con sus antebrazos a cada lado de su cabeza.
―Abre
los ojos ―murmuró cuando su rodilla se movió entre las
suyas. Jaejoong levantó las pestañas, y la mirada castaña de Yunho
se fijó en la suya cuando inclinó las caderas poco a poco, su
longitud dura como una roca alimentando la fricción deliciosa
de un lado a otro contra su propio miembro―. ¿Se siente
bien? ―Una sonrisa perezosa tocó sus labios.
Jaejoong
se mordió el labio para contener el llanto de placer en
su interior. Este hombre era algo más cuando tenía
confianza. Jesús, sí. Sabes que se siente bien.
Los
tiernos pulgares de Yunho acariciaron las solitarias lágrimas de sus
mejillas, y sus besos como plumas trazaron sus labios
cuando se posicionó.
Jaejoong
lo apretó, sus uñas clavándose en arcos en sus hombros. Él era
firme y magnífico, y cuando su hermosa polla dura se
deslizó contundentemente dentro de él, lo convirtió en su
amante Vikingo.
Jaejoong
gritó su nombre cuando lo llenó, extraño y misterioso, y
cada penetración dura, envió la lujuria ascendiendo en
espiral más alto, más apretado, más profundo… más, más,
más. La euforia se mezclaba con el placer físico, aumentando
con cada caricia y penetración de Yunho.
Más.
Más. Más. Intoxicado y sin control, Jae era un charco de calor y
deseo debajo de su dominio.
Su
mano le acunó el rostro cuando su otra mano serpenteó
entre sus húmedos cuerpos, y Jaejoong tragó aire en seco
cuando le manoseó su miembro. Penetrar. Acariciar. Frotar.
Penetrar. Acariciar. Frotar. Estableció un conjunto de
movimientos, y con cada repetición él empujaba a Jaejoong
más y más cerca del borde del control.
Sus
ojos todavía le sostenían la mirada y podía ver el esfuerzo en su
mandíbula apretada mientras él contenía su propio placer
por el de Jae. Su
mano estaba todavía acariciando su miembro, y su lengua
reflejaba el movimiento en su boca.
―Eres...
Jodidamente... Maravilloso... ―habló trabajosamente, puntuando cada
palabra con un profundo embiste. Los dedos de Jaejoong se curvaron
alrededor de su nuca cuando sus caderas comenzaron a
sacudirse sin control. Yunho leyó sus pistas bien y cambió
de lento y profundo a rápido y duro.
Su
lengua en su boca, su polla enterrada en su interior. ¡Más rápido,
más duro, sí, sí, sí! El orgasmo de Jaejoong explotó por su
cuerpo, haciéndolo estremecerse y sacudirse debajo de él. Yunho
arrojó la cabeza atrás y bombeó las caderas, dejándolo ir
a algún sitio aún más allá sobre la cima con él. Se
movieron al unísono, frenético y primitivo.
Animal.
Salvaje.
Sensacional.
Yunho
descansó la frente contra la de Jaejoong, las réplicas de
su orgasmo todavía vibrando por su entrepierna. Él no
había tenido la intención de que esto sucediera de una
forma tan vainilla, pero una mirada al rostro vulnerable de
Jaejoong y su gen protector-cazador en su cerebro se había puesto en marcha.
Por
encima de todo, quería calmarlo, confortarlo, ser suave con él
en lugar de escandalizarlo en la sumisión.
Le
besó la punta de la nariz.
Escandalizarlo
era lo siguiente en su agenda...
Mierda!!! Esto enciende a mil a cualquiera. Por más vainilla que fuera me dejó alucinando hardcore!!
ResponderBorrarOHHH GOD!!!
Ay Dios, yunho q hot *q* hasta me puedo imaginar el sonido d las nalgadas en jae. Ahora si ya lo hicieron, yunho ya lo probo y no quedra dejarlo al igual q jae. Gracias por actualizar ^^
ResponderBorrarHay por dios si esto lo llevo al extremo y fue vainilla que sera cuando lo haga escandaloso lo volverá loco de placer
ResponderBorrarGracias por el capitulo
OMG que capitulo mas hot dios si asi es el sexo vainilla ya me imagino como sera cuando sea escandaloso OMG OMG kyyaa esto solo es el preámbulo de lo que va a venir después *-*
ResponderBorrarEscandalizarlo era lo siguiente en su agenda...*p*
kyyaa ya se probaron mutuamente ahora sera el pan de cada dia XD jejeje ...
Gracias por actu doble ;)
omg sun ¡¡¡ el yunjae en accion y yunho fue muy suave con jae fue vainilla y ahora jae es perate lo que sigue con un dios del sexo y dominador jujuju gracias gaby por el capitulo besos
ResponderBorrarOhh por fin yunho le dio duro para que se olvide del maldito de su futuro ex esposo jajaajaja
ResponderBorrarValió la pena la espera para jae xD
Espero haya más y con juguetes la próxima xP
Oh dios mio! ya era hora de que esto pasara y después.. viene lo mejor(?
ResponderBorrarEs super corto mi comentario pero debo hacer unas cosas en mi casa! ><
Cuidate y gracias por etiquetarme siempre gaby! <3
Muero por los siguientes capis! <3
Uf!
ResponderBorrarEstos dos cada vez mas calientes....
A jae ya no le interesa nada.
Yun esta loco x jae, y quiere enseñarle incluso mejores momentos...
Lo estan pasando muuuy bien.
Gracias x tu esfuerzo.
~(*w*)/ Eso fue estupendo! Sexo vainilla.....hasta a Yunho le sorprendio......estoy segura que no acostumbra a ese tipo de sexo.....pero con Jae.....omo~ Divino ^_^ ....
ResponderBorrarEscogio un consolador y la seda........a claro y el tapon anal.......los usaran aun?
Me gusta mucho.....Gracias por compartirlo....y por subirlo diario.....yo creo entraria en crisis si tuviera que esperar mucho tiempo.....^^
Oh! Que sensacional y hot capitulo, y fue sexo vainilla y esperate Jae ni te imaginas lo que te espera, ya lo dijo Yunho, no podras ni caminar...
ResponderBorrargracias!
me encantoooo!! me gusta como yunho toma control sobre jae super hot el cap graciass!!
ResponderBorrarparece que Yunho por fin se va sacando ese disfraz de dominador y es un poco él mismo con Jae. me encanta que haya un toque de locura en las relaciones pero no hay que olvidar que no somos máquinas folladoras y Yunho parece que lo va entendiendo por el bien de Jae y por su propio bien también.
ResponderBorrargracias
Omaigooosh por un momento pense que yunho iba a ser todo un dominante la primera vez con jaejoong pero fue tierno por asi decirlo, aaw me encanto, y ahora se viene lo rudo y pesado xD agarrate JJ no creo que yunho vuelva a ser tan amable al menos no por un tiempo
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