Juegos De Caballeros ~ Capítulo 13

Capítulo 13

Yunho le echó un vistazo al rostro de Jaejoong mientras entraba por la puerta justo antes de las dos de la tarde y supo con sólo mirarlo desde lejos que algo había cambiado.

Para empezar, obviamente había estado llorando. Después, había un nuevo brillo en sus ojos, algo audaz y decidido. Pero, por mucho, la señal más reveladora de que algo había pasado, fue el gran bolso que llevaba bajo su brazo.

—Bueno, hola, Señor Kim. —Arqueó una ceja—. Me gustas y todo eso, pero no estoy seguro si estoy listo para que nos mudemos juntos. 

 

No se rió, sólo se limitó a dejar caer su bolso junto a la puerta.

—Me pediste que me quedara contigo hasta el domingo. Soy todo tuyo.

Él asintió y golpeteó la punta del lápiz contra el escritorio mientras apreciaba su sobresaliente mandíbula desafiante. Estaba molesto con alguien y el hecho de que estuviera allí, significaba que no era con él.

—¿Estás seguro de que el Señor Tibbles puede sobrevivir sin ti? —Arqueó perezosamente una ceja en señal de pregunta.

Jaejoong suspiró profundamente.

—Se ha vuelto muy claro para mí que a nadie le importa donde estaré esta semana, Yunho.

Auch. Al parecer, el idiota de su esposo se había vuelto demasiado perezoso como para esforzarse en esconder sus huellas. Pobre príncipe.

—Siéntate, Jaejoong.

Momentáneamente, pareció sorprendido y luego se sentó frente a él.

Hoy le recordaba a un asustadizo potro moviéndose de un pie a otro, con ojos cautelosos; un hombre totalmente distinto del que había seducido anoche en el club.

—¿Quieres hablar de eso?

Suspiró de nuevo y hundió sus hombros.

—No hay mucho que decir. Ayer pensaba que mi esposo tenía un romance. Hoy sé que es así.

Yunho asintió. —El conocimiento es poder, Jaejoong.

—¿Lo es? —Sus angustiados ojos se elevaron para encontrarse con los suyos—. No me siento poderoso. Me siento como una mierda.

—Sin embargo, aquí estás.

—No estoy orgulloso de ello, Yunho. No estoy orgulloso de querer herirlo.

Esto no estaba bien. —pensó Yunho— Necesitaba hacerlo por sí mismo, no por su esposo.

Yunho habló con sentimiento.

—No hagas esto para lastimarlo, Jaejoong. Hazlo por ti. 

Hazlo porque te mereces algo mejor. Hazlo porque eres hermoso. 

—Se inclinó hacia delante—. Hazlo porque lo deseas, y luego el domingo vuelve con él y toma las riendas de la relación.

No había apartado la mirada mientras él hablaba, por lo que Yunho vio todas las emociones que pasaron por su rostro. Incredulidad. Dolor. Determinación. ¡Cristo!, era exquisito. Iba a joderlo de diez maneras diferentes hasta que no pudiera pararse y luego iba a mandarlo a casa para que barriera el piso con ese hombre mal llamado esposo.

Jaejoong se movió a través de las peticiones en su escritorio, buscando consuelo en la familiaridad de desplazarse por su computador y borrar correos metódicamente. Había estado seguro que lo mejor sería venir al trabajo y ahora que se encontraba aquí, estaba seguro de que había sido un error.

Jung Yunho lo embrujó. A pesar de la explosión de emociones que había sentido desde que lo dejó en su casa la noche anterior, sólo tuvo que mirarlo esa mañana y la lujuria serpenteó a través de sus venas.

Jesús, lo hacía sentir bien. Tenía una manera de mirarlo que opacaba todo a su alrededor, sin importar si se encontraban solos en la oficina o en medio del club INFERNO.

El computador sonó, anunciando la llegaba de un nuevo mensaje.

¿Ha hecho un voto de silencio, Señor Kim?

Jaejoong negó con la cabeza y levantó los ojos hacia el cielo.

Estoy ocupado.

Y yo estoy sediento.

Jaejoong suspiró lo suficientemente alto como para que Yunho lo pudiera oír, y luego caminó hacia la máquina de café. Yunho se reclinó en su silla, y Jaejoong se esforzó en mantener la compostura relajada mientras era consciente de una mirada fija en su trasero. La taza se sacudió ligeramente en el plato mientras que lo levantaba y lo dejaba en el escritorio de Yunho.

—¿Hay alguna cosa en particular que quiera que haga, Señor Jung?

El brillo lascivo en los ojos castaños le dijo a Jaejoong la cantidad de respuestas que consideraba. Respiró profundamente y miró por la ventana, pero aún escuchaba el profundo retumbar de su risa.

—De hecho, Señor Kim, sí la hay.

Jaejoong lo miró recelosamente de nuevo y esperó que hablara. No lo podía adivinar.

Era igualmente probable que le pidiera un descarado masaje o la última boleta de la recaudación del dinero de la empresa.

—Un nuevo proveedor ha enviado en archivo de demostración de sus últimos productos. ¿Podría revisarlo por favor?

Jaejoong asintió con una sonrisa tensa. Podía hacer eso. Podía ver el video de los productos e informarle sobre ello. —Por supuesto. —Inclinó la cabeza y se dirigió hacia el santuario de su oficina.

—¿Jaejoong? Quiero que escuches muy cuidadosamente las descripciones de los productos y escojas tus tres favoritos.

Jaejoong frunció el ceño. —Yunho, de verdad, no me hagas escoger el stock. No tengo ni idea de esas cosas.

—Lo sé. No estás escogiendo el stock. —Negó con la cabeza, ese brillo sucio aún en sus ojos—. Estás eligiendo el entretenimiento de esta noche.

La boca de Jaejoong se abrió en una perfecta O, y se giró sobre sus talones mientras se alejaba hacia su escritorio, antes de que él pudiera ver el rubor de sus mejillas.

*******

Una hora después, Jaejoong tragó duramente y abrió el archivo que Yunho le había mandado. No estaba seguro de qué esperar, ¿pero qué tan malo podía ser? 

Era una presentación corporativa después de todo. Bajó el sonido del computador con la esperanza de que Yunho no se diera cuenta de que lo veía, ya que su silla se hallaba muy cerca de la puerta de su oficina.

La idea de que él supiera que estaba allí, viendo videos de juguetes sexuales se sentía mal, como si estuviera viendo porno cuando se suponía que tenía que estar sumando hojas de cálculo. Excepto por el hecho de que se había prestado para hacer eso. Tenía que superar sus complejos y rápido, o podía darse por vencido y regresar a casa.

Subió el volumen al nivel normal y presionó el botón de reproducir.

La pantalla se quedó en negro, y un par de segundos después, apareció una sensual silueta de una pareja teniendo sexo. Miró bruscamente hacia la puerta, y luego de vuelta hacia la pantalla. Podía hacer esto. De hecho, era algo realmente fácil. Y lo fue, al menos por los primeros minutos. Jaejoong se relajó cuando vio que el director de la empresa comenzaba a hablar sobre la reducción de carbono y las cualidades naturales de sus productos.

Jaejoong había estado esperando algo espeluznante de neón plástico, así que fue una grata sorpresa ver la atención que la empresa había puesto para que sus juguetes parecieran atractivos a la vista y a la conciencia, así como el cuerpo.

La pantalla se quedó en negro de nuevo, y luego tres palabras aparecieron. Tony & Kris.

Jaejoong echó la cabeza hacia un lado mientras un hombre diferente y muy caliente, aparecía en la pantalla con algo en su mano de un color azul pálido y de forma ovalada. ¿Qué era? De aspecto suave y curveado, el objeto posaba de manera inocente en la palma de la mano.

Un hombre se sentó en el asiento junto a él y deslizó un dedo por el pétalo azul con una sonrisa, y luego se inclinó para besar su boca.

Se separó al cabo de unos segundos y se sentó en un banquillo para bajar sus pantalones, dejando ver a la cámara que no llevaba ropa interior y que estaba completamente afeitado.

El chico se sentó a horcadas detrás de él, dándole un tierno beso en el cuello y luego miró a la cámara con una sonrisa.

—Me encanta usar el pétalo con mi esposo. Se ve muy inocente, ¿no es así?

Kris se rió y abrió las piernas un poco más. —Puede que lo parezca, pero se siente cualquier cosa menos inocencia cuando Tony lo usa en mí.

Los brazos de Tony se deslizaron alrededor de su esposo, el pétalo en una mano y su otra mano descansó en el interior de su muslo. Kris apoyó la cabeza en el hombro de su esposo y cerró los ojos.

Tony volvió a mirar a la cámara.

—Para prenderlo, sólo se aplica presión en el centro del pétalo.

Un zumbido bajo resonó por los altavoces del computador de Jaejoong cuando encendió el aparato, y Kris sonrió, soltando un bajo gemido de anticipación.

Extendió la palma de su mano hacia la cámara para mostrar como el pétalo vibraba ligeramente, una tierna forma de corazón que se extendía por su palma. Kris enredó un brazo alrededor del cuello de su esposo, abriendo su cuerpo completamente para que lo tocara.

Tony giró su cabeza para besar el brazo de su esposo, y puso la punta del pétalo entre sus piernas. Kris gimió de placer cuando Tony puso el pétalo entre sus testículos mientras que con la otra mano acariciaba su miembro. Kris se arqueó entre sus brazos, y él respondió aplastando más el pétalo entre sus bolas y cubriéndolo con su palma.

Jaejoong los miraba, hipnotizado. 

Tony sacudió el pétalo con dos dedos; y lo cambió de posición la parte más ancha vibraba en los testículos de Kris, mientras que la parte baja era sumergida en su interior con cada empujón que daba Tony con su dedo medio. Le besó la oreja a Kris, despacio y con ternura, y luego miró a la cámara. —¿Ves cómo el pétalo encaja perfectamente sobre él? Las vibraciones son más intensas aquí.

—Empujó el dedo índice contra la parte superior del pétalo y lo sostuvo con fuerza contra el escroto de Kris haciéndolo jadear y gemir—. Y aquí. —Empujó el dedo medio contra la parte baja de nuevo y la cámara siguió su movimiento, mostrando una detallada imagen del pétalo mientras se deslizaba al interior de Kris hasta su próstata. Los dedos de Tony sacudieron el pétalo expertamente contra su esposo, haciendo que sus gemidos fueran más fuertes y se arqueara mucho más.

—Casi termina —murmuró Tony y la cámara se enfocó en mostrar el rostro de Kris con sus ojos fuertemente cerrados y su labio inferior enganchado entre sus dientes. Tony empujó el pétalo más profundo en el trasero de Kris y él gritó mientras su cuerpo se sacudía durante varios minutos liberando hebras y hebras de semen debido a la intensidad de su orgasmo. Tony sostuvo a su esposo mientras abría los ojos y le sonreía débilmente a la cámara.

—El pétalo lo hace por mí todo el tiempo —suspiró—. Es bueno cuando estoy solo, y aún mejor con Tony.

La cámara se deslizó hacia atrás para mostrar el plano completo de la pareja en un abrazo, la mano de Tony aún apretada contra su sexo.

Abre tu cajón.

El mensaje de Yunho apreció en una ventana en la esquina de la pantalla del computador, haciendo que Jaejoong se sintiera culpable. Miró hacia su cajón cerrado. Lo abrió. 

Azul pálido y bonito, el pétalo se hallaba envuelto en un pañuelo.

Un regalo para ti.

Jaejoong tragó y tomó el pétalo. Se sentía mucho mejor de lo que había imaginado. Sustancial, pero táctil.

¿Te gusta?

Jaejoong descubrió que no podía respirar tan fácilmente como siempre.

Sí.

Estoy imaginándote usándolo en este momento.

Dios mío. Jaejoong tragó, había estado imaginando lo mismo.

Sí.

Jaejoong travieso. Estás en el trabajo.

Jaejoong asintió, más para si mismo que para Yunho.

Si voy hacia allí ahora mismo y deslizara mi mano dentro de tu ropa creo que estarías mojado y listo para mí.

Jaejoong se quedó inmóvil con los dedos sobre el teclado. No podía pensar en una sola palabra para responderle. Escuchó su sucia y baja risa y tuvo que luchar contra el impulso de ir allí y subírsele a horcajadas. Yunho continuó la conversación sin esperar que respondiera.

Mantén ese pensamiento para más tarde y mira el resto del video.

Jaejoong quería apoyar la cabeza sobre el escritorio y llorar de frustración.

Sí, Señor Jung.

¿Y Jaejoong? Recuerda. Tres cosas. Haz una lista. Voy a hacer que te corras más fuerte que Kris y más veces de las que puedas contar...