La Caricia De Las Alas (Adaptación) ~ Capítulo Seis

Capítulo 6

Yunho miró su cara en el reflejo brillante de la cubierta de aluminio y se estremeció.

Se vio bendecido, pero no exactamente con el aspecto que quería presentar a Jaejoong, la criatura más hermosa que había visto en su vida.

Pero a él no parecía importarle menos su aspecto. Cuando regresó, casi exactamente treinta minutos después, él le sonrió.

—¡Tienes mejor aspecto! ¿Cómo te sientes? ¿Tu estómago está bien?

—Oh, sí. Es como si estuviera hecho de hierro fundido.

Había comido hasta la última migaja de una comida que podría haber alimentado a una

familia entera.

Al parecer, había mantenido el apetito de un hombre muerto de hambre, sin ninguno de los negativos efectos secundarios. Y sentía como si todas las grasas y cualquiera de los nutrientes estuvieran disponibles en la comida rápidamente se estaban dispersando a través de su sistema. Levantando la mano, casi podía ver como se llenaba y parecía menos huesudo.

—Voy a comprobar a los sujetos —dijo Heechul, en dirección a la puerta —. Ha sido genial charlar contigo, Yunho.

—Lo mismo digo —contestó, aunque en verdad se había sentido extraño. Era muy

inexpresivo, tan diferente de Jaejoong, él cual era tan cálido. Y él lo miró como si mirara

un bicho raro con una lupa.

—Te he traído unos guantes. —Jaejoong levantó una caja —. Y pensé que podrías darte

una vuelta por mis investigaciones y sus resultados y que me dieras tu opinión.

—¿Mi opinión? —Sonrió Yunho—. Me siento halagado. También estoy muy oxidado.

—Te puedo ayudar con eso. —Se acercó a Yunho, pero rápidamente, él dio un salto hacia atrás.

—No, no. Primero tenemos que hablar sobre esa cosa de la fusión mental.

Su gesto era adorable, como lo era el resto de Jaejoong cuando no le hacía pensar en cosas que no debía. Estaría mejor si mantuviera sus alas en pantalla, así no olvidaría que estaba muy, muy fuera de su alcance.

—¿Fusión mental? —preguntó Jaejoong.

—Cuando laves mi memoria... ¿la voy a perder? —Su rostro se aclaró en una máscara impasible.

—¿Heechul hablo contigo de eso? No debería haberlo hecho.

—¿Por qué no?

—Porque no necesitas nada más de lo qué preocuparte. Ya tienes bastante con lo que hay

en tu cabeza . No tiene sentido preocuparte por ello. Para todos los efectos, no debe preocuparte lo que nunca ha ocurrido.

Lo evaluó, tomando en consideración su declaración de que no sentía emoción.

—Estaría encantado de no tener estos recuerdos. Sé que metí la pata sobre ellos y

preferiría no tenerlos. Pero, ¿cómo quitar algunas partes de la vida de un hombre de su cabeza y fundamentalmente no alterar quién es él?

—¿Qué quieres decir? ¿No quieres ser el hombre que eras antes de lo que te pasó?

¿Realmente es así de simple?, Yunho se preguntó.

Jaejoong lo hizo sonar como si pudiese volver atrás las manecillas del reloj y tal vez en cierto modo, eso es lo que haría. Restablecerlo de regreso a donde había estado antes de su secuestro.

—Pero el mundo ha cambiado a mí alrededor. ¿No me convertiría en un hombre fuera de

época?

— Jaejoong suspiró.

—No es exactamente así. Serías él que eras antes, un año después. Si eso tiene sentido.

Todavía tienes que vivir con las consecuencias externas de lo que te pasó. Jung Yunho está presuntamente muerto, eso no se puede cambiar. Sin embargo, puedo reducir la

unidad de disco y la información para ti.

—¡Guau! Ahora estás hablando de cambiar la manera en la que siento las cosas.

—No puedo hacer eso. Nadie puede hacer eso, Yunho —le aseguró—. Tus sentimientos

son de tu propiedad. Pero la motivación de tus sentimientos puede ser ligeramente

alterada. Tal como el deseo de llamar a tu hermana.

—¿Cómo?

—Si sabes, realmente que ella está bien, no sientes una necesidad imperiosa de

contactarla. Puede que aún tengas el deseo, pero no va a pesar sobre ti. —Se acercó a Jaejoong incapaz de resistirse a hacerlo.

—¿Se trata de protegerme? ¿O de proteger a los Centinelas?

—¿Ves? —Jaejoong sacudió la cabeza. Debes estar centrado en tu recuperación. No en esto.

—Prométeme que no desordenarás mis recuerdos sin decírmelo. Y que nadie más lo hará

tampoco. Le pidió Yunho — Sus ojos se abrieron. 
 

—Es mejor cuando está hecho que cuando no estás pensando en ello.

—Prométemelo, Jaejoong —insistió—. Esto es importante para mí.

—Bueno, sí. Muy bien. Te lo prometo.

—Bien. —Su aliento le dejó en un apuro—. ¿Puedes ponerme al día sobre mi familia?

—Pedí algunas fotos actuales para ti, mientras te curabas. Tan pronto como lleguen, te las daré.

—Pero, ¿están bien?

—Sí. Están bien. El último hijo de tu hermana fue un niño. Y lo llamaron como tú.

Yunho se giró lejos, mientras sus ojos le ardían por las lágrimas. Jesús. Eso dolía como una perra.

Se frotó el dolor del pecho. La mano de Jaejoong se posó en la parte superior de su hombro.

—Lo siento, Yunho.

El sintió que la punzada aguda comenzaba a aliviarse, pero no podía estar seguro de si eso era simplemente por su contacto, o de lo que podía hacer con ese toque.

Puso su mano sobre la de él y la mantuvo en su lugar, mientras se volvió para mirarlo.

Lo atrapó antes de que pudiera alejarse, abrazándolo. Sintió su aliento tenso, pero él enterró su rostro en su cuello y lo meció.

Finalmente, Jaejoong se relajó. Cuando se movió para poner sus brazos alrededor de él, rodeó sus muñecas y se las capturó en la parte baja de su espalda.

Sabía que Jaejoong podía liberarse en cualquier momento, pero no alteró el efecto de la dinámica, él sentía un nivel de control muy necesario y Jae conscientemente se rindió a ese control.

Suspirando, Jaejoong apoyó la mejilla sobre su corazón.

—Este tipo de contacto... ¿es importante para los mortales?

—Sí, lo es.

—¿Por qué? ¿Qué consigues con él? —Yunho pensó por un minuto.

—Es reconfortante. Nos recuerda que aun cuando sentimos que estamos solos, no lo

estamos. No se… ¿y no es por eso qué Adán consiguió a Eva? ¿No sientes nada cuando te abrazo como ahora?

—Bueno... es placentero —dijo tímidamente Jaejoong—. Eres muy cálido y eso es agradable. Y realmente hueles muy bien. Me gusta escuchar los latidos de tu corazón. Y sentir que respiras.

No estoy seguro acerca de que sea cómodo, pero sin duda es muy confortable.

—Sería mejor si tuviera un poco de carne en mis huesos —dijo Yunho secamente.

Jaejoong se acurrucó más cerca, su vientre firme se deslizo contra su pene. Hizo una mueca cuando se hinchó con la excitación, incapaz de contener la reacción instintiva a su proximidad.

Jaejoong se congeló.

—Oh.

Pero él no se apartó, incluso cuando le soltó las muñecas.

—Lo siento —murmuró Yunho, sorprendido de que pudiera llegar a excitarse físicamente después de lo que había pasado en tan poco tiempo. Sabía que no sería posible con cualquier hermoso hombre. Sólo Jaejoong hizo que todo lo demás se desvaneciera de su mente, hasta que sólo quedara él y la manera en que lo hacía sentir.

—Por favor, no te ofendas.

—Jaejoong se quedó callado un momento, entonces dijo:

—Te gustan los hombres y te gusta el sexo, pero no has tenido ninguna de las dos cosas durante un largo tiempo. No me lo tomaré como algo personal.

Yunho sintió el calor de su cara y se maldijo por dentro. Maldita sea, era demasiado viejo para ruborizarse, como un adolescente de mierda en su primera erección.

—Jaejoong...

Era personal. Profundamente personal. Pero, ¿cómo decirle que fue por él sin asustarlo? Si Jaejoong empezaba a esquivarlo, lo perdería. Lo necesitaba.

—Al final no sentirás estas cosas por mí —dijo Jaejoong en voz baja, como si hubiera leído su pensamiento. Entonces, Yunho se dio cuenta de que, probablemente, lo había hecho. Se apartó, como si le hubiera quemado.

—¡Maldita sea! Eso no es justo. No puedes invadir la privacidad de alguien sin su

permiso—.

Sus brazos se envolvieron alrededor de su cintura y parecía arrepentido.

—No estaba leyéndote el pensamiento.

—Entonces, ¿cómo sabes lo que estoy pensando?

Se encogió de hombros, pero lo que debería haber sido un gesto despreocupado, fue percibido como uno incómodo.

—Está bien documentado que las situaciones intensas y traumáticas a menudo llevan a los mortales a formar un vínculo con quien comparte la experiencia.

—Sientes algo por mí. —Yunho se dio cuenta con intenso asombro y placer—. Estás

hablando tanto por ti mismo, como por mí, cuando dices que seguiré sintiéndome de este modo por ti. —Su pecho se expandió en un aliento bruscamente inhalado.

—¿De qué modo? —susurró Jaejoong

Yunho debatió su respuesta, preguntándose lo lejos que podría llegar. Lo lejos que debería llegar.

—Me siento atraído por ti, Jaejoong. No sé qué tipo de problemas voy a tener,

considerando que eres un ángel, pero no es algo que pueda controlar. Soy sólo un hombre y eres tan hermoso con un corazón amable y una sonrisa deslumbrante. También eres bastante, malditamente aterrador, cuando quieres serlo.

Has tenido que serlo para hacer lo que sea que hiciste para conseguir toda esa sangre que

traías cuando me encontraste y también me gusta eso de ti.

Me gusta que seas duro y fuerte y sigas siendo suave y dulce. Y eres tan condenadamente sexy. No puedo imaginar el por qué eres tan sexy, a menos que signifique para mí, que me siento atraído por ti.

La puerta se abrió y un chico rubio entró. Se detuvo en el umbral con la mano en el picaporte, manteniendo la puerta abierta. Sus ojos eran del mismo color que los de Jaejoong y examinó a Yunho con una dura y asesina mirada.

—¿Debemos volver a salir? —Preguntó el chico a Jaejoong, ignorando por completo a Yunho—. ¿Necesitas más vampiros enfermos? —Jaejoong se desplazó, moviéndose alrededor y lejos de Yunho.

—Cometí un error al no traer algunos vampiros sanos de vuelta con nosotros.

Debería haberlo hecho para poder preguntarles sobre cómo y cuándo los infectados enfermaron.

Ahora Changmin me requiere para encontrarlos rápido, porque las personas infectadas pierden las funciones superiores del cerebro y no tengo ningún sujeto sano para infectarlo y ponerlo a prueba.

—Pues cacemos —dijo el rubio.

—Cuanto antes, mejor. —Estuvo de acuerdo.

Los hombros de Yunho se echaron hacia atrás.

—Quiero ir con ustedes.

—No.

—Junsu —le advirtió Jaejoong en voz baja —. ¿Puedes encargarte de los preparativos? Llevaremos al equipo afuera a la puesta del sol .

—Junsu se quedó inmóvil durante un buen rato, con la mandíbula tensa, como si estuviera restringiéndose a la fuerza las palabras.

—Me ocuparé de eso.

—Gracias.

El ángel estaba cerrando la puerta cuando la empujó bruscamente, abriéndola de nuevo y apuntó con un dedo en la dirección de Yunho.

—Él es una responsabilidad mayor, Jaejoong.

—Sólo si estás preocupado por mantenerme vivo —dijo Yunho por detrás—. Y, ¿Qué

importa si lo único que quieren es limpiarme la mente de todos modos?

—La mirada de Junsu se estrechó.

—Jaejoong ha tenido muchos problemas para mantenerte vivo.

—¿Los ha tenido? —Yunho miró a su ángel, tomando nota de cómo evitaba su mirada.

—Estoy muy agradecido. Sin embargo, una vida es algo por lo que vale la pena luchar. Tengo entrenamiento en combate y experiencia.

Seguro que no es nada que se compare con ustedes, pero pueden usarme para algo. Puedo conducir, soy un excelente tirador, el mejor con los cuchillos, además de tener buenos ojos y oídos afilados. Utilícenme. Dejenque me gane el sustento.

—No tienes que ganarte nada —replicó Jaejoong con un mordisco a sus palabras—.

De hecho, te debemos mucho por lo que sufriste, por causas ajenas a ti. Te fallamos, Yunho. Es nuestra responsabilidad protegerte y no lo hemos hecho.

—Está bien. —Cruzó sus brazos.

—Entonces déjame ir por mi causa. He estado indefenso e inútil durante mucho tiempo. Ha llegado el momento de recuperar la inversión.

—Estamos hablando de vampiros —dijo Junsu, burlonamente—. Se mueven más rápido de lo que puedes ver. Vas a estar muerto en un abrir y cerrar de ojos.

—Tú puedes moverte tan rápido como ellos, ¿no? —A Yunho se le estaba ocurriendo

una idea, algo que él podía hacer y ellos no.

—¿Van a atacar otro nido?

—Jaejoong sacudió la cabeza.

—Sabemos que hay más por ahí, pero es difícil para nosotros encontrarlos. Vamos a tener

que barrer la zona hasta que algo aparezca.

—Sería mejor con un cebo. —Horrorizado por el entendimiento, sus ojos se iluminaron.

—¡No! —Su vehemencia los tomó a Yunho y a Junsu por sorpresa.

—¿Por qué no? —desafió Yunho.

—Obviamente, quieren mi sangre, ya que me tuvieron como un jodido bar durante un año. Y como he dicho, no soy tu ciudadano promedio. No soy inexperto. En el momento en que se aferren a mi cuello, no se estarán moviendo más y entonces son vulnerables.

Puedo sostenerme contra algo pegado a mí, si no estoy encadenado.

—Eso es lo más…

—Tiene un punto. —Junsu soltó la puerta y entró en la habitación.

—Tienes que admitir que estarás en gran desventaja —protestó Jaejoong.

—Yo sólo consideraría la idea de que él trate de ser útil a nuestro lado. Como cebo, sin embargo, su idea tiene mérito.

—Después de lo que ya ha sufrido, ¿lo dejas colgando en el viento? —Jaejoong sacudió la cabeza violentamente.

—Estoy avergonzado ante esta idea.

—No tenemos tiempo para tonterías, Jaejoong. Si volamos de vuelta a América y lo ponemos ahí, es probable que su maldito olor sea recogido por alguien que lo ha probado y no van a ser capaces de resistirse.

—Porque querrán vengarse. Su nido fue destruido mientras estaban cazando y Yunho está paseando alrededor renovado e ileso —dijo Jaejoong.

—Y estaremos ahí para capturarlos —dijo Junsu sombríamente.

—He dicho que no. —Yunho se acercó a él, tocándole el brazo.

—Oye —dijo en voz baja—. Yo quiero esto. Déjame hacerlo . —Lo miró y en un

momento de descuido, vio lo preocupado que estaba.

—No quiero esto para ti, Yunho. No me gusta.

—Lo sé. Lo entiendo. —Se acercó, muy consciente de que el otro ángel los

observaba atentamente—. Pero ahora soy una víctima, Jaejoong. Prefiero ser un

sobreviviente, un luchador. Estos vampiros están por ahí aterrorizando a otros como yo. Déjame ayudarte a detenerlos.

—Yunho... —Su respiración lo dejó en un apuro—. Por favor, no me pidas esto. No me

siento cómodo.

Y él no se sentía cómodo con su caza dejándolo ir de caza sin él. Sabía que era ridículo para él sentirse de ese modo, no era un hombre común y corriente, pero no podía luchar contra la necesidad de vigilar su espalda, si remotamente iba a estar en peligro.

—Hay algo en lo que he creído durante mucho tiempo y vivido por eso —dijo—. Todo

sucede por una razón. Normalmente se tarda en averiguar cuál es, incluso todavía.

Quería atraerlo a sus brazos y ese anhelo era como llevarlo a casa. Era un hombre amable

por naturaleza, cariñoso y rápido de tocar, pero nunca se había sentido tan propio de otro ser.

—Todo lo que podemos hacer es ser fieles a nosotros mismos y a nuestros seres queridos, y esperar lo mejor.

—Nos estamos enfrentando a lo peor.

—Déjale que venga, Jaejoong —dijo Junsu—. Tiene razón. Hay una razón por la que lo encontramos cuando lo hicimos.

—¡Es demasiado pronto! ¡Acabamos de sacarlo de ese infierno!

—Pero dijiste que estoy en buena forma física —argumentó Yunho—. No es como si el tiempo me fuera a hacer más saludable. Más grande, sí. Pero no más sano.

—De acuerdo. Está bien. —Sus ojos brillaban con llamas azules—.

Pero tienes que dejarme refrescarte la memoria de tu entrenamiento de combate. Quiero llevarlo lo más cerca de la superficie de tu mente, hacerlo más vibrante.

Y Junsu te conseguirá algunas bebidas de proteínas de alto contenido calórico. Quiero que bebas todo lo que puedas desde ahora y hasta que partamos para que ganes algo de peso.

Mi sangre asegurará que los efectos se manifiesten rápidamente.

—Lo que tú digas —estuvo de acuerdo fácilmente—. Eres el jefe.

—Si eso fuera cierto, me escucharías — murmuró Jaejoong.

—Lo haré por ti. —Él no quería que la promesa sonara sugestiva, pero la nota en su voz

ronca desmintió sus intenciones.

—Puedes mandar a mí alrededor todo lo que quieras en la enfermería.

—Te mandaré también durante esta loca operación encubierta. —Se dirigió hacia la

puerta—. Vamos. Te voy a enseñar la armería.